María Paula Munévar, joven estudiante de la Universidad Javeriana, fue hallada muerta este miércoles 19 de abril en una zona del centro de estudios, según confirmaron las autoridades.
De acuerdo con información oficial, el cuerpo sin vida de la joven fue encontrado en la zona nororiental de la universidad, que estaba cerrada por “condiciones invernales”.
“A partir de las investigaciones y la búsqueda continua de las autoridades y del personal de la Universidad Javeriana, se encontró a María Paula sin vida en la zona nororiental de la universidad, que se encontraba cerrada por condiciones invernales”, señaló la Javeriana en un comunicado en el que agregó que los hechos están siendo investigados por las autoridades correspondientes.
“La universidad agradece a las autoridades, a los medios de comunicación y a todos aquellos que apoyaron la búsqueda de María Paula, quien dejará un profundo vacío en nuestra comunidad y en todas las personas que tuvieron la oportunidad de conocerla y compartir con ella”, agregó el centro de estudios.
Munévar, de 23 años de edad, había sido reportada como desaparecida por sus padres el jueves 13 de abril, día en que tuvieron un último contacto telefónico con ella.
El pasado sábado SEMANA entrevistó a Francia Olmos, madre de María Paula, quien desplegó una incesante búsqueda de su hija que había generado la solidaridad de miles.
Por medio de un sentido relato, dio cuenta de qué sucedió con su María Paula y pidió ayuda a las autoridades.
“Yo hablé con ella como a las 2:00 p. m. y ella me dijo que había hecho una vuelta en la Dian (Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales) con el papá (Pedro Munévar). Y el papá le dijo que tomara un taxi para la universidad porque él tenía que hacer otras cosas y no la podía acompañar. Lo que hacían era por inmediaciones del Parque Santander (carrera séptima con calle 15), en Bogotá, nosotros vivimos en Cota (Cundinamarca). Tomó un taxi y me llamó cuando iba llegando a la universidad. Ahí quedó la conversación en este momento”, aseguró Francia Olmos.
“A eso de las 4:00 p. m., ella me llamó de nuevo. ‘Mami, imagínate que no me alcanzó la plata y me tocó sacar por cajero, pero el cajero me dice que no puedo sacar plata porque la tarjeta no está habilitada’. Insisto, nosotros vivimos en Cota, ella no conoce bien Bogotá. Yo le dije: ‘No, dale, no estás desubicada, tranquila. Bájate a la (carrera) 13 y yo te digo dónde hay un banco’. Ella me dijo que estaba en la universidad, pero no queremos con mi esposo dar la ubicación precisa de la U porque mucha gente se ha comunicado con nosotros queriéndonos sacar dinero y diciendo cosas”, agregó.
“Ella me dijo que estaba por la (carrera) 13, pero el hermano le pudo rastrear el computador y sale que estaba por San Victorino, mucho más arriba en el centro. Hay mucha confusión. El asunto es que yo la guie por teléfono y me dijo que había entrado a un banco y que le habían dado un turno y dijo que tenía que apagar el celular. Esto para poder sacar plata. Me decía que no tenía dinero y que quería almorzar”, agregó su madre.
“‘Mami, estoy completamente desubicada’, me dijo cuando salió. Yo le dije que estuviera tranquila. ‘Vete por el mismo sitio y te devuelves’, le aseguré, pero es muy extraño, ella nunca estuvo en el banco ahí en la universidad. No sé, ella se fue cerca de San Victorino”, agregó, al dar cuenta de que ella la ubicaba, como madre, asumiendo dónde estaba su hija, pero sin ahora tener la certeza de que ella estuviera allí.
“Es una niña dulce, tierna, irradia paz, es muy tímida, está estudiando, me abstengo de decir la carrera y la universidad, está en la fase final. No tiene pareja, solamente existía un muchacho compañero de universidad y ella nos preguntó si podía tener novio. Y le dijimos que confiábamos en ella, pero el muchacho se fue del país, entonces únicamente quedó en prospecto”, agregó.
“María Paula no intenta hablar con nadie, no es buena socializando, eso es lo que más nos preocupa. Además, ella tiene una condición especial, sufre de depresión profunda recurrente y debe tomar medicinas”, aseveró Olmos, interrumpida por el llanto de su preocupación. “Debe tomar sus medicinas en la mañana y en la noche y si no lo hace se le empiezan a dormir las manos y la cara y la lengua. Sé que la red hospitalaria está en alarma. Esto no es vida”, aseguró.
La joven fue vista por última vez en horas de la tarde del jueves en la Avenida Jiménez con carrera novena, en el sector de San Victorino, centro de Bogotá. En el momento de su desaparición, María Paula vestía un saco amarillo, chaqueta azul oscura, jean azul claro, tenis negros y gafas de marco azul de lentes gruesos.