Janer Hurtado recibió el 13 de marzo una de las noticias más soñadas, con la que esperaba cambiar su vida y la de su familia: una empresa agrícola de Canadá le envió un contrato para trabajar. Le prometían 3.900 dólares canadienses mensuales (aproximadamente 13.400.000 pesos) con contrato fijo a un año y opción de renovación. Los tiquetes de ida corrían por cuenta de la empresa contratante y, además, le cubría dos meses de hospedaje.

Para llegar a la firma del contrato, el joven de 23 años, que vive en Timbiquí, Cauca, se demoró más de dos meses en el proceso. Arrancó por contactar a una empresa que promete ayuda en el trámite de visas de trabajo para Canadá y que ofrece sus servicios en internet. Sin saberlo, al parecer, dicha compañía suplanta a otras serias y de trayectoria. En ese momento, tuvo que cancelar 86.000 pesos para que su hoja de vida subiera a una plataforma en la que muchas empresas canadienses pueden ver el perfil de los aspirantes.

A diario los estafadores han afilado tanto sus técnicas de engaño que hacen parecer que el largo proceso es real y siempre funcionan de manera virtual para dificultar a sus víctimas instaurar denuncias penales.

“Yo soy técnico en soldadura y en sistemas, pero acá nadie me contrata, no hay trabajo y menos en esta región del Cauca. Pagan menos del mínimo y sueño con salir adelante y ayudar a mi familia”, cuenta Janer, desilusionado al sentir sus sueños frustrados. Sabe que muchos jóvenes del municipio han viajado a Estados Unidos, varios de ellos por el hueco, y estando allí pasan a Canadá.

Él en alguna oportunidad lo intentó, pero no le fue bien. Así que cuando vio la opción de irse con visa y trabajo no lo dudó. A las dos semanas de haber postulado su hoja de vida, recibió un mensaje en el celular que decía que una empresa estaba interesada en contratarlo. Pero para continuar con el proceso tenía que pagar 850.000 pesos, equivalentes al 75 por ciento del valor de la visa, pues supuestamente la compañía le daría un bono por el 25 por ciento restante.

Canadá es uno de los destinos predilectos para estudiantes de latinoamericanos y para ciudadanos que buscan una mejor calidad de vida. | Foto: Libre de derechos

Con esfuerzo, Janer consiguió el dinero, tuvo que endeudarse con varios familiares a los que les prometió pagarles con el primer sueldo. Pasaron varias semanas entre mensajes de chat con una mujer que se presentaba como asesora de la empresa que solicitaba la documentación.

Los últimos días de marzo le envió un documento en el que le pidieron el registro de las huellas para radicarlo en el Gobierno canadiense y obtener el permiso de trabajo durante cinco años. A fin de radicar ese documento debía cancelar 900.000 pesos más.

Asimismo, tenía que imprimir el documento, que, por cierto, tenía errores ortográficos en francés y fallas de edición en los sellos. Le indicaron que debía conseguir un huellero en Timbiquí y escanear los papeles. En ese momento se dio cuenta de que todo se trataba de una estafa, pues se enteró de que ese tipo de trámites de identificación biométrica se realizan en una oficina directamente.

Logró conseguir un número telefónico canadiense con el nombre de la empresa que le estaba ofreciendo el servicio de la visa y allá manifestaron que no sabían de qué hablaba, lo que incrementó su sospecha de suplantación.

Para emigrar a Canadá hay múltiples vías y programas a los que se puede aplicar, pero hay personas que se han dedicado a estafar. | Foto: Libre de derechos

SEMANA confirmó con la Embajada de Canadá en Colombia y la documentación no pertenece a su Gobierno. La tasa real por ese trámite es de 85 dólares canadienses para una persona o 170 dólares para una familia de dos o más miembros. Menores de 14 y mayores de 79 años no están obligados a enviar datos biométricos. El caso de Janer es solo uno de decenas que se presentan.

A diario los estafadores han afilado tanto sus técnicas de engaño que hacen parecer que el largo proceso es real y siempre funcionan de manera virtual para dificultar a sus víctimas instaurar denuncias penales. Por esa razón, Inmigración, Refugiados y Ciudadanía de Canadá (IRCC) insta a utilizar su sitio web oficial para obtener información sobre sus programas con el fin de evitar convertirse en víctimas de fraude.