En el municipio Tibú, de Norte de Santander, se mantienen congregados en varios terrenos cultivadores de hoja de coca y amapola en una acción de protesta para impedir que funcionarios del Ejército Nacional continúen las labores de erradicación forzada de estos cultivos ilícitos.
Según informó Alirio Payares, líder de la Asociación de Asuncat, a la emisora Caracol Radio en las próximas horas se realizará una asamblea con las comunidades, a fin de acordar nuevos apoyos de los campesinos.
Payares aseguró que se mantendrán en estos asentamientos para exigirle al Gobierno nacional que se replantee la política de erradicación forzada que se tiene en la zona. “Los cultivadores han señalado que se mantendrán en la región y se busca el apoyo de las comunidades para seguir haciendo presencia en el territorio”, agregó.
Nariño y Norte de Santander agrupan más del 50 % de toda la coca del país. Si se suman Putumayo y Cauca, en esos cuatro departamentos se concentra el 78 % de los cultivos de coca en Colombia, según recoge un informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc).
De acuerdo con el documento de esta oficina de las Naciones Unidas, el 36 % de la coca del país se concentra en siete enclaves productivos. Catatumbo, Frontera Tumaco y Argelia-El Tambo son los tres enclaves con mayor área sembrada de coca.
En 2019, el potencial de producción de clorhidrato de cocaína pura se estimó en 1.137 toneladas métricas (tm), verificándose un aumento de 1,5 %.
La Unodc reveló que al 31 de diciembre de 2019 se reportó una reducción del 9 % en el área sembrada con coca en Colombia, pasando desde las 169.000 hectáreas en 2018 a las 154.000 hectáreas en 2019. Sin embargo, de acuerdo con el informe, a pesar de esta reducción, la producción de cocaína se mantiene estable.
Aunque los cultivos de coca siguen estando en la parte más alta de la serie histórica, la Unodc explica que el 38 % del territorio que alguna vez tuvo coca en los últimos diez años completó tres o más años sin ese cultivo. El fenómeno de expansión solo se concretó en el 3 % del territorio.
Además, de acuerdo con la categorización de la Política Ruta Futuro, el 47 % de la coca en Colombia se encontró en zonas de manejo especial, el 31 % en zonas de interés estratégico y el 22 % en zonas de libre intervención.
De acuerdo con el informe de la oficina de la ONU, por la venta de la hoja de coca, la pasta básica y la base de cocaína producida en finca (Upac), los cultivadores recibieron alrededor de 2,66 billones de pesos (810 millones de dólares) en 2019.
A nivel local, la incidencia del mercado ilegal es significativa, el presupuesto oficial de los diez municipios más afectados por coca, por ejemplo, representa apenas el 34 % del valor total de la producción potencial de la hoja de coca, pasta y base de cocaína que se produce en estos municipios.
Esta cifra se estima considerando que el 52 % de los cultivadores vendieron cerca de 518.500 tm de hoja de coca, valoradas en 1,22 billones de pesos (371 millones de dólares), mientras que el 48 % de los productores (PAC) procesaron la hoja en finca y produjeron 892 tm de pasta básica de cocaína, valoradas en aproximadamente 1,44 billones de pesos (439 millones de dólares).
Para la producción de la hoja y los alcaloides en finca se incurrió en costos de producción estimados en 1,5 billones de pesos (458 millones de dólares). Se estima que en este mercado participan entre 124.600-169.000 hogares.