La vida de Bryan de Jesús Áñez le cambió minutos después de cumplir sus 14 años. Junto a seis amigos, caminaba por la vía troncal Santa Marta-Barranquilla, contigua al barrio Gaira, en Santa Marta, durante la madrugada del 13 de septiembre para celebrar su aniversario decimocuarto, cuando un conductor en grado tres de embriaguez los arrolló.

Sus seis amigos fallecieron en el lugar de los hechos y solo él sobrevivió a la tragedia. Desde ese momento ha recibido asistencia médica, primero en un hospital cercano y ahora en su casa, donde permanece custodiado 24 horas por uniformados de la Policía, ya que su testimonio es clave en el juicio que se sigue contra Enrique Vives Caballero, el conductor ebrio que ocasionó el accidente y quien está recluido en una cárcel de Cartagena.

Enrique Vives Caballero | Foto: Semana

“Él tiene acompañamiento psicológico constante. Apenas está preguntando por sus amigos, porque él aún no sabe que ellos murieron. Tampoco sabe que su tía Rafaela (Petit) también está entre las víctimas”, le contó a SEMANA un allegado de Bryan.

Asegura que por ahora lo tienen completamente aislado de redes sociales y del mundo exterior, hasta no contarle toda la verdad con el acompañamiento de expertos. “Todos estamos muy tristes porque esto ha sido muy duro. Me imagino que para Bryan será un golpe tremendo”, agrega la fuente consultada.

Detalles de lo ocurrido

La noticia llegó a casa de Álex de Lima pasadas la 1:05 de la madrugada del lunes 13 de septiembre. Un sobrino dedicado al transporte informal en moto le avisó que su hija Laura fue atropellada por una camioneta Toyota Hilux en la avenida principal. Como pudo, Álex se incorporó, aunque por segundos pensó que aún seguía dormido y se trataba de un mal sueño. Mientras caminaba por inercia hacia el lugar del accidente, se repetía como un mantra el último diálogo que sostuvo con su hija ese día a las 8:30 de la noche: “Te amo, papi, porque nunca me desamparas (...). Yo no te desamparo, mi niña”, decía una y otra vez para calmar el dolor.

A la avenida principal, contigua al barrio Gaira de Santa Marta, llegó siete minutos después. Recuerda poco de ese momento, no vio los otros cinco cuerpos sobre la vía, solo se enfocó en tratar de abrazar el cadáver de su hija. Quiso tocarla para comprobar con sus propias manos que ya no respiraba, pero la Policía lo detuvo. Cinco días después parece que su alma se quedó detenida en ese momento. “Ellos venían caminando por la acera y el carro los levantó como si fueran piezas de bolos”, le contó Álex a SEMANA.

Su sobrino relató todo lo que vio esa madrugada: “Él me dijo que sonó un golpe duro y que vio en el aire cosas que volaban, como si fueran cartón. Los cuerpos quedaron totalmente destrozados”, agrega Álex. En el accidente no solo falleció su hija de 17 años, también murieron Camila Romero Troncoso, 19 años; Eleonor de Jesús Romero Troncoso, 17 años; María Camila Martínez Mendoza, 24 años; Rafaela Petit, 30 años, y Juan Diego Alzate, 17 años. Este último era futbolista en formación y ya tenía todo arreglado para incorporarse al Junior de Barranquilla. “Era arquero, me prometió que sería jugador profesional y el reemplazo de David Ospina en la Selección Colombia”, dijo su papá, Armando Alzate.

“Una cosa es decirlo y otra verlo. La escena era impactante. Yo todavía no me repongo de lo que vi”, subraya Álex. Sobre su hija, recuerda que era muy carismática, alegre y con un propósito insistente por ingresar a la Policía Nacional. “Todos eran muchachos muy sanos. En el momento del accidente venían de un cumpleaños e iban para otro”, añade.