Jesús Santrich dejó plantada a la justicia. El exguerrillero no se presentó a la cita que tenía para rendir indagatoria ante la Sala de Instrucción de la Corte Suprema y confirmó las sospechas que generó tras su desaparición el pasado 30 de junio. Desde ese día, el paradero del excomandante de las Farc se conviritió en una gran incógnita. Desde que abandonó una habitación en la zona veredal Tierra Grata en el Cesar, los interrogantes sobre su paradero se multiplicaron. Aunque hasta ese momento Santrich no era un prófugo de la justicia, el país se preguntaba, ¿hacia dónde había escapado? ¿Quién lo había ayudado? Los interrogantes saltaban a la vista pues el representante a la Cámara tenía este 9 de julio una citación en la Corte Suprema de Justicia por un caso de presunto narcotráfico. Santrich no asistió.  Le recomendamos: Santrich dejó plantada a la Corte Suprema de Justicia El sábado 29 de junio, el excombatiente viajó a la zona de reincorporación acompañado de su esquema de seguridad. Allí había estado un mes antes y al reunirse con las familias que viven en el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) les dejó un mensaje claro a los desmovilizados: seguir firmes con el acuerdo de paz. La noticia de su desaparición causó estupor en el país. En el cuarto en el que se encontraba apareció una nota que habría sido firmada por él en la que asegura que pasaría tiempo con uno de sus hijos en Valledupar, cita que nunca se cumplió. "‘Chatica’, me fui a pasar la noche con un hijo menor, pero no quiero montonera en su casa, así que cuando lleguen a Valledupar llamen a Daniel y me recogen. Estaré listo a las 8:00”. Santrich había logrado escabullirse, ¿pero cómo y con ayuda de quién lo hizo? 40 minutos separan a Tierra Grata de Valledupar. La carretera hasta la entrada del ETCR está pavimentada, pero los más de 800 metros que hay que recorrer desde la vía principal son de trocha. Como el espacio de reincorporación está enquistado en lo alto de una colina, esta distancia no es fácil de transitar en cualquier vehículo. Hasta allí se puede llegar o salir caminando o en camionetas 4x4. Puede leer: Santrich, el fugitivo Bajo esas condiciones, Jesús Santrich habría necesitado ayuda para escaparse por la ventana de la habitación en la que estaba y luego desaparecer de la zona en la que hace dos años 164 exguerrilleros de las Farc se despidieron de su armamento y se instalaron para comenzar su vida fuera de la clandestinidad. Aunque no hay información oficial confirmada, se cree que Santrich habría partido hacia territorio venezolano guíado por Juan Bautista Hernández Aro, conocido como Daniel. Hernández Aro, uno de sus hombres de confianza, habría estado con él en el ETCR el día en el que desapareció. Aunque las autoridades están confirmando si su nombre aparece en el listado de militantes que la guerrilla entregó tras su desmovilización, lo cierto es que Daniel era un acompañante permanente de Santrich.

No hacía parte de su esquema de seguridad pero sí se había convertido en los ojos del exguerrillero. Además, habría participado de las pequeñas manifestaciones que impulsaron los simpatizantes de Santrich cuando este permanecía recluido en la cárcel La Picota. El nombre de Daniel coincide con el de un ciudadano chileno que en 1996 fue condenado en Panamá por delitos relacionados con el narcotráfico. En contexto: 10 puntos para entender la encrucijada de Santrich (y sus consecuencias) Después de recibir un beneficio casi que divino durante la declaración que hizo el papa Juan Pablo Segundo sobre el Año de la Santa Gracia, Juan Bautista recibió una rebaja de pena y terminó siendo expulsado de su país. Ahora, las autoridades investigan si Santrich y su nueva mano derecha transitan para reencontrarse con Iván Márquez. El efecto boomerang de la no comparecencia de Santrich a la corte es, entre otros, sobre el proceso de paz. Los desmovilizados, que en tiempos de guerra hicieron parte de los frentes 19 y 41 del Bloque Caribe y operaron entre la Serranía del Perijá Sierra Nevada de Santa Marta, y en los límites de la frontera con Venezuela, llegaron a Tierra Grata después de que la comunidad indígena Yukpa se negó a que Los Encantos, un territorio ancestral de esa comunidad, fuera el lugar en el que ellos empezarían su tránsito hacia la vida civil.  Dos años después, mientras los exguerrilleros han levantado en el ETCR proyectos productivos de porcícola, avícola, productos apícolas, fabricación de calzado, ganadería y supermercados; Santrich y Daniel, habrían convertido a Tierra Grata en su pista de escape.