La Convención Conservadora elegirá este domigo al nuevo presidente de la colectividad. En medio de la tensión política que generó el anuncio de una refrendación del acuerdo de paz vía Congreso, David Barguil, asegura que se buscarán consensos en varios puntos críticos. Dice que con un sector importante de la colectividad mantendrán su oposición a varios puntos de la reforma tributaria y a la decisión de refrendar los acuerdos de paz sin pasar por las urnas. Dice que para las electorales del 2018 quieren candidato propio. Semana.com: ¿Qué deja a su salida de la presidencia del partido? David Barguil: En dos años y medio a cargo del Partido Conservador el primer sentimiento que tengo es gratitud a quienes confiaron en mí y se la jugaron por brindarle la oportunidad a un joven representante costeño. El segundo es satisfacción, porque logramos como partido posicionar en la agenda pública problemáticas a las que antes nadie daba importancia y ahora sí se les busca solución. Dejo un partido al que nunca le tembló la voz para sentar su posición frente a las diferencias que existían en el proceso de paz de La Habana, que no fue algo fácil, pero lo hicimos con respeto a cada órgano y grupo base. Así mismo con las observaciones en las reformas tributarias presentadas en los últimos años, que a nuestro parecer golpeaban el poder adquisitivo de los más pobres. También lideramos las denuncias contra los abusos de los bancos y emprendimos una cruzada para reducir las tarifas bancarias, incluidos varios proyectos de ley que benefician el bolsillo de millones de colombianos. Quitamos los intereses a los créditos educativos para los estudiantes de más bajos ingresos y fuimos capaces de volver tema nacional la problemática que teníamos con Electricaribe, y juntos logramos la intervención que exigimos insistentemente para mejorar la calidad y las tarifas del servicio de energía en los siete departamentos de la costa. Semana.com: ¿Qué siente que no pudo lograr? D. B.: Debo decir que finalizo mi periodo con una frustración: la división conservadora que tanto daño le ha hecho a la colectividad y que erosiona la vocación de poder del Partido Conservador. Sin embargo, las diferencias frente a distintos temas no son nuevas en esta ni en ninguna colectividad con tantos años de historia, pero siento que en momentos cruciales no fuimos capaces de permanecer unidos. Recordemos lo que pasó en las candidaturas presidenciales de Marta Lucía Ramírez, Juan Camilo Restrepo y Noemí Sanín, donde la división del conservatismo hizo que otros partidos aprovecharan la ocasión para sus propias aspiraciones. Semana.com: ¿Qué va a pasar en la Convención del domingo? D. B.: Debe ser una oportunidad para reunir las voces de todos los sectores del partido para trazar la hoja de ruta que seguirá la colectividad en los próximos meses de cara a las elecciones presidenciales. Además vamos a definir posiciones conjuntas frente a los temas más relevantes del país. Tenemos que fijar posturas claras en cuanto a la reforma tributaria, lo que rechazamos definitivamente y lo que apoyaremos en el Congreso. Vamos a insistir en nuestra petición de buscar la refrendación popular del nuevo acuerdo con las FARC y discutiremos la postura que tendremos en el legislativo frente a temas sensibles de su implementación.Puede leer: "Conservadores ratifican sí al plebiscito" Semana.com: ¿Qué viene para el partido de cara al 2018? D. B.: Tenemos muy claro que llegaremos a las próximas elecciones presidenciales con candidato propio. El 2018 será un año de incertidumbres económicas, políticas e institucionales en donde el Partido Conservador debe aportar certezas. No vamos a permitir que los que asolaron el campo y asesinaron, despojaron y reclutaron a la fuerza a los campesinos vengan ahora a decir que son los protectores del agro. El conservatismo debe defender una de sus banderas más históricas que es amparar el campo colombiano. Semana.com: ¿Cómo cree que su colectividad va a tratar los temas de la reforma tributaria y el acuerdo de paz? D. B.: La convención tiene la última palabra, pero vamos a llevar nuestras posturas para lograr consensos. Junto a varios miembros del partido nos opondremos a que la canasta familiar sea gravada con IVA. No apoyaremos que los asalariados con menos ingresos queden gravados con retención en la fuente ni que se cargue con nuevos impuestos, como el de las bebidas azucaradas o el de los combustibles, a los ciudadanos de a pie. Tampoco permitiremos que se golpee a los más vulnerables mientras los más ricos evaden su responsabilidad social y tributaria con complejos esquemas de evasión. Vamos a luchar para que los grandes evasores sean penalizados y que los que más tienen ayuden a financiar las cargas del Estado con el impuesto a los dividendos, una batalla que libramos en el pasado con Juan Mario Laserna. En materia de paz, esta semana le pedimos al presidente Santos que recurriera una vez más a los ciudadanos para legitimar el nuevo acuerdo. Reconocemos que se ha hecho un esfuerzo importante por parte del Gobierno y las FARC por mejorar lo inicialmente pactado en La Habana, pero debemos ser coherentes. Nuestro partido fue el que presentó en el Congreso una proposición que ataba la entrada en vigencia del acuerdo de paz a la refrendación popular. Ahora seguimos convencidos que es el pueblo el que debe avalar el nuevo acuerdo para darle la legitimidad que requiere y que sea sostenible en el tiempo. Aquí no puede haber una burla hacia el pueblo y creemos que el país no aguanta más polarizaciones por cuenta de la paz.