El príncipe Alberto, Bertie, y Elizabeth Bowes-Lyon, duques de York, eran una pareja muy sencilla. A pesar de pertenecer a la familia real, no vivían en un palacio, sino en una casa sin pretensiones, en el 17 de Bruton Street, en el glamuroso Mayfair, en Londres.

Isabel II fue la nieta mayor del rey Jorge V, famoso porque era furioso con sus hijos. | Foto: 1945 AP

Allí nació su primogénita, la aplomada Isabel II, y le siguió la vivaz Margarita, su polo opuesto. Isabel II fue la nieta mayor del rey Jorge V, famoso porque era furioso con sus hijos. Con la princesita, empero, dio un vuelco total y veía por sus ojos. Los York eran una rareza en el alto mundo británico, los padres eran fríos y severos con sus hijos. Ellos, en cambio, eran todo cariño, diversión y mimos con las princesitas.

Londres, 6 de mayo de 1935. En los festejos del Jubileo de Plata de su abuelo Jorge V, quien le puso el apodo de Lilibet, y su abuela, la reina Mary. | Foto: 2012 Getty Images

Jorge V vivía decepcionado del heredero, David, playboy, rebelde, popular. Vaticinó, asimismo, que abdicaría y quería que todo quedara en manos de Bertie y Lilibet. Así fue. En 1936, David subió al trono como Eduardo VIII, pero al año abdicó tras una infructuosa lucha para que lo dejaran casarse con su amante, Wallis Simpson, a pesar de que era dos veces divorciada, lo que era visto como una aberración.

El entonces duque de York se conformaba con que a Isabel II y a Margarita les enseñaran a escribir correctamente, en tanto que su esposa no participaba para nada en su educación. | Foto: AP1937

La más desencajada con el escándalo fue la madre de Isabel II, pues ello significaba que su marido, inseguro y tartamudo, era el nuevo rey, un papel para el que no estaba preparado. Además, ello implicaba el fin de su idílica vida hogareña. Bertie subió como Jorge VI y, a la postre, su reinado fue un éxito. El pueblo amó a la familia real porque compartieron con él los horrores de la Segunda Guerra Mundial, durante la cual Isabel II y Margarita fueron ocultadas en el Castillo de Windsor.

La princesita Isabel II con su tío Eduardo VIII, cuya abdicación puso a su padre en el trono y a ella como heredera. | Foto: Culture Club

Tras la contienda, se volvió más serio el romance de la nueva heredera con Felipe de Grecia y Dinamarca, quien desbancó al futuro duque de Grafton, un pretendiente que no le disgustaba a la princesa. A la fastuosa boda, el 20 de noviembre de 1947, siguieron los años más felices de Isabel II, inocente de la sorpresa que el destino le tenía preparada.

La coronación de Jorge VI en 1937. “Pobre de ti”, le dijo Margarita a Isabel II cuando supo que sería la próxima en reinar. | Foto: SSPL/NMeM/Kodak Collection
Para 1951, la duquesa de Edimburgo había traído al mundo a dos de su cuatro hijos, los príncipes Carlos y Ana.
Se casó con Felipe, nuevo duque de Edimburgo, el 20 de noviembre de 1947. Recibieron regalos como un purasangre, un diamante de 54 quilates, un televisor y una plantación en Kenia.