Ahora que la crisis por Coronavirus ha cobrado la vida de casi 2 millones de pesonas en el mundo, entre los que están 166 colombianos, muchos creen que es un momento para unirse. Así lo manifestó el presidente del Concejo de Bogotá, Carlos Fernando Galán, quien lidera la iniciativa 100 días por el futuro. Se trata de una tregua política "que todos nos comprometamos a cambiar la forma de aportar y a estar en el mayor grado de alineación política". Personajes como el exministro David Luna, Angela Garzón, Marisol Gómez, José David Castellanos, Andrés Felipe Villamizar y José Daniel López ya se sumaron y aseguran que no se trata de dejar de lado la crítica. Por el contrario, defienden que hay que hacer veeduría y control político. Sin embargo, consideran que es necesario que apoyen las medidas del gobierno nacional y de los gobiernos locales con los que estén de acuerdo. Que se deje de lado el juego sucio, las noticias falsas, las peleas sin relevancia para enfocarse en lo más importante que es hacerle frente a este virus que desafía la humanidad.
"Los gobiernos están lidiando con esta situación como mejor pueden. Algunos mejor que otros, es cierto. Aun así, no creemos que ningún alcalde, gobernador, ni el Presidente de la República, quiera fracasar o entienda por éxito dejar morir a su gente”, dijo Galán en la carta con la pripuesta. Agregó que quienes acojan esta propuesta deben comprometerse de apoyar a superar la crisis desde sus capacidades y posibilidades, “con genuina actitud de cooperación, y con la compasión y estatura moral que el momento está exigiendo”. “Hemos insistido en que el ejercicio de la política no debe construirse bajo la premisa de atacar por atacar para ganar votos o seguidores. Hoy, más que nunca, cuando el mundo está cambiando, es que la política también debe cambiar. No se trata de guardar silencio ni de renunciar al espíritu crítico, pues precisamente este nos permite ser los veedores que la emergencia también requiere”.
Desde la pasada carrera por la Alcaldía de Bogotá Galán viene haciendo una campaña para que se cambien las costumbres políticas que consisten en desacreditar al contendor con mentiras y bajezas. Ahora más que nunca considera que prácticas como esas y otras aún más graves como la corrupción deben quedar en el pasado.