Cualquier persona que viva en un edificio en Colombia se asusta por estos días si ve una fisura en la pared. Después de lo ocurrido en la torre seis del conjunto residencial Space en Medellín, que cobró la vida de una persona mientras otras diez están desaparecidas, el temor al desplome de inmuebles se regó por el país. Y no es para menos. La pregunta que está pendiente de responder es ¿por qué se cayó?El proyecto se veía confiable, pues tenía el sello de la constructora CDO, una empresa de Álvaro Villegas, quien fue gobernador de Antioquia. Él y su familia son reconocidos en el gremio por su trayectoria en ingeniería y arquitectura. No en vano Villegas fue hasta hace unos días el presidente de la Sociedad Antioqueña de Ingenieros y Arquitectos (SAI), que ha liderado el debate técnico de la construcción paisa durante muchos años. Y su hijo Pablo, representante de CDO, ha sido también líder de la actividad.Sin embargo, el viceministro de Vivienda, Guillermo Herrera, puso el dedo en la llaga. Según dijo, el edificio “colapsó por una falla estructural, atribuible a los diseños o a la ejecución de las obras”. Es decir, la mayor culpable, según él, es la constructora.Pero, ¿cuáles son las grandes inquietudes que deben resolver las autoridades y qué elementos tienen por ahora?1. ¿Por qué la constructora entregó los apartamentos sin el visto bueno de la Alcaldía de Medellín?El 2 de septiembre la constructora CDO pidió el visto bueno en la Alcaldía de Medellín para que los dueños de los apartamentos pudieran habitar la torre seis. En la Alcaldía encontraron que faltaban requisitos y se negaron a dar el sí. Pero eso no valió para la constructora, que entregó los apartamentos y varios dueños se mudaron felices de estrenar casa. Había pasado un mes, cuando en la mañana del viernes 11 de octubre se escuchó un estruendo y las paredes se agrietaron. Llegaron los bomberos y ordenaron evacuar de emergencia. Los que estaban allí en ese momento tuvieron que salir, literalmente, con lo que tenían puesto. La constructora sostuvo que se trataba de fallas menores y dio plena credibilidad al ingeniero que diseñó el edificio, Jorge Aristizábal, cuando dijo que las grietas “no implican el colapso”. Sin embargo, esa misma noche la torre se cayó.La empresa informó el viernes a SEMANA que “funcionarios de la oficina de Planeación visitaron varias veces el proyecto y dieron el visto bueno a la parte constructiva interna de la torre”. Según su versión, lo único que faltaba era pagar unos impuestos y construir un andén. Así las cosas, la Alcaldía también tendría que dar sus explicaciones al respecto.2. ¿Decisiones del gobierno Uribe relajaron los controles en el sector de la construcción?En los años noventa se creó la figura de los curadores urbanos. Se trata de particulares que tienen funciones públicas, como los notarios. Su tarea básica es tramitar rápidamente licencias de construcción y así adquirieron un poder insospechado que prácticamente les quitó a los alcaldes el control del espacio en sus ciudades.El caso Medellín es ilustrativo. Según Federico Restrepo, exdirector de Planeación de Medellín, para 2004 la ciudad afrontaba un grave problema. Los constructores, con licencias de curadores, construían edificios sin cumplir obligaciones y la Alcaldía no los podía controlar. Entonces les pusieron como condición que, para conectar agua y luz en la obra terminada, la Alcaldía debía dar el visto bueno. La medida sirvió por unos años, hasta 2010, cuando el expresidente Álvaro Uribe obligó quitar esa condición. En el caso de Space, si se hubiera condicionado la conexión de servicios públicos, la historia habría sido diferente, tal vez con pérdidas menores. Por lo menos, ninguno de los propietarios se habría ido a vivir allí sin agua y sin luz. Como se sabe, Álvaro Villegas, dueño de CDO, fue quien como gobernador nombró a Álvaro Uribe alcalde de Medellín en los años ochenta.3. ¿Le hicieron el quite al POT? La historia de Space empezó en 2006 y en ese mismo año la Alcaldía de Medellín reformó el Plan de Ordenamiento Territorial (POT). Un cambio importante fue que definió unas zonas no utilizables para la construcción. “Se les llamó así, pero si un constructor presentaba estudios estrictos sobre el suelo y se comprometía a meterle ingeniería y plata para mitigar riesgos, podía tener licencia en esas zonas”, dijo a SEMANA un técnico que participó en el diseño de aquel POT.Pero antes de ser expedido, los constructores de la ciudad corrieron en masa a las curadurías a solicitar licencias, para no tener que cumplir con las nuevas reglas. Uno de esos proyectos fue Space, que se ubica en una zona definida como no utilizable. ¿La torre se cayó por culpa del suelo? ¿Le invirtieron el dinero y la ingeniería necesaria tratándose de una zona de riesgo? Técnicos consultados por esta revista dicen que si se tratara de problemas del suelo, se habría caído de inmediato la torre cinco, vecina a la que se desplomó. Además, se habrían agrietado las vías y los andenes alrededor del edificio, pero hasta ahora, no se ha visto ningún cambio. 4. ¿Fallaron materiales como el acero con el que se construyó?La otra hipótesis, que toma más fuerza, sobre todo por las declaraciones del viceministro de Vivienda, Guillermo Herrera, es que posiblemente sea culpa de la manera como se construyó el edificio. Expertos consultados por SEMANA advierten que en general en construcción se están usando materiales importados que no son de buena calidad. Particularmente pasa con el acero, que es lo que mantiene de pie las vigas que sostienen la estructura de todo el edificio. 5. ¿Las curadurías se convirtieron en imperios sin ley que tienen como negocio la venta al por mayor de licencias sin requisitos?Los curadores tienen como tarea principal tramitar licencias de construcción en apenas 45 días, calcular los impuestos que deben pagar las obras y luego reportar todos los trámites a las la alcaldías. Eso les permite a los alcaldes saber qué se está construyendo en sus ciudades y quiénes son los responsables. La Contraloría de Medellín analizó los expedientes que envían las curadurías a la Alcaldía y encontró que buena parte llegan extrañamente incompletos. Planeación local se dio cuenta de que las curadurías, entre 2012 y 2013, tramitaron casi 1.000 licencias sin que la Alcaldía se enterara. “En muchas oportunidades, los diseños presentados son producto del reciclaje de otros estudios realizados para otro trámite”, se lee en el informe de Planeación.En todo el país, la competencia de los curadores por tramitar licencias es voraz. Mientras más aprueben, más dinero reciben y eso puede explicar por qué permiten que se hagan proyectos sin que se cumplan las condiciones necesarias. De los cuatro curadores que tiene Medellín, tres ya terminaron su periodo hace más de un año, pero siguen en sus cargos. Y la única nueva se queja porque, mientras intenta seguir las reglas, los demás curadores las burlan y terminan llevándose los trámites. No en vano, ha despertado suspicacia que el curador segundo, que dio el visto bueno al proyecto Space, haya resultado con un apartamento en el mismo conjunto.Más allá de todas estas preguntas la representante de Camacol, Sandra Forero, llamó a la calma. Dijo que en Colombia se construyen al año 190.000 casas y que el infortunado colapso de los 50 apartamentos de Space es un hecho aislado.