Los cultivadores de coca, reunidos en San José del Guaviare, irrumpieron en aplausos cuando un portavoz de la Universidad Nacional, en nombre también de la ONU, planteó el fin de las fumigaciones aéreas y la erradicación forzosa de cultivos entre una serie de medidas dirigidas a acabar con las drogas ilícitas. El profesor Carlos Medina, de la Universidad Nacional, fue asimismo aclamado este martes cuando resaltó “el valor ancestral, cultural y medicinal” de la coca, un arbusto que se cultiva en las estribaciones de los Andes desde tiempos milenarios y cuya hoja se ha convertido en materia prima de la cocaína. Sin embargo, en los últimos 25 años la coca ha sido fuente de financiación del conflicto armado colombiano, el único activo en América. Medina puso sobre la mesa de debate estas propuestas durante el Foro Regional sobre la Solución al Problema de las Drogas Ilícitas, en San José del Guaviare, capital de una de las regiones más afectadas por la siembra de coca y la violencia generada por la guerra interna. Dichas propuestas fueron recabadas la semana pasada en Bogotá, en otro foro organizado también por la Universidad Nacional y la ONU a petición del Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC, que buscan un acuerdo para el final del conflicto en la capital de Cuba. Su lectura en la capital del Guaviare, una de las zonas donde los campesinos se han visto obligados a cultivar coca ante la falta de oportunidades y presionados por los grupos armados, despertó la expectación de los más de 300 cocaleros congregados para exponer sus experiencias. El foro fue inaugurado por el representante de la ONU en Colombia, Fabrizio Hochschild, y el director del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz de la Universidad Nacional de Colombia, Alejo Vargas. Vargas comentó que se había elegido San José del Guaviare como sede por representar a “una región que ha vivido las complejidades del conflicto armado: cultivos ilícitos, intentos de sustitución forzosa, estigmatización, esfuerzos de sustitución concertada”. Precisamente las fumigaciones y la erradicación forzosa han encontrado una gran oposición de la población por sus efectos en la salud y el medioambiente, y también porque en la mayoría de los casos no se ha acompañado de planes económicamente rentables. Y es que “Colombia es el único país de la región andina que ha permitido la fumigación aérea”, advirtió en el mismo foro la experta María Clemencia Ramírez. “No se puede seguir dando palos de ciego frente a problemas tan complejos, por eso es fundamental escuchar su voz, la de ustedes, la experiencia vivida en la región es fundamental para pensar políticas serias y con posibilidad de éxito”, dijo por su lado Vargas. La cita del Guaviare proseguirá hasta el jueves con la presentación de experiencias de los cocaleros, tanto historias de fracaso como de éxito para ser enviadas a la mesa de conversaciones en La Habana. Con información de Efe.