Cada vez es más común el uso de las patinetas elécticas en Bogotá. Desde finales del año pasado, varias empresas montaron un negocio que dio éxito en la ciudad por cuenta de los trancones y los eternos tiempos de viaje. Por un costo de 300 pesos el minuto y a través de su celular, cualquier ciudadano que tenga una tarjeta de crédito puede utilizar este servicio que es ideal para moverse en distancias cortas. "Ir al Parque de la 93 desde la 72 me tomaba una hora en carro. En patineta son diez minutos", asegura un banquero que trabaja en la localidad de Chapinero, en donde comenzó el negocio de las patinetas. Pero toda solución tiene sus bemoles. A la par que las patinetas ayudan a la movilidad y que generan condiciones que no son adversas a la sostenibilidad: no contaminan y no hacen trancón, ocupan el espacio público destinado a los peatones. Como el sistema permite que los usuarios las recojan y las dejen en cualquier lugar, muchos andenes de la carrera 11 o la 9 se han vuelto parqueaderos de patinetas. Esa es la razón por la cual la Secretaría de Movilidad y la Alcaldía de Chapinero, están decomisando las patinetas. En principio, la administración distrital está de acuerdo con la filosofía de este medio de transporte. Es acorde a su modelo de ciudad en el cual el carro tiene cada vez menos protagonismo. Sin embargo, además de la ocupación de andenes, preocupa el aprovechamiento económico de los mismos. En últimas, considera la Alcaldía, es un negocio que utiliza la infraestructura pública para funcionar. A diferencia de las patinetas, los negocios de alquiler de biciciletas tienen parqueaderos definidos (nadie deja la bicicleta botada en cualquier lugar) , y otros tipos de movilidad pagan impuestos de rodamiento. El símil es el de las ventas ambulantes: nadie, a menos de que pague un impuesto especial, o tenga un permiso específico, puede beneficiarse económicamente de aprovechar el espacio público. En teoría, este le pertenece a todos los ciudadanos, incluidos los que se han sentido "estorbados" por las patinetas y aquellos que desean utilizar este sistema de transporte. Como se trata de un nuevo modelo de micromovilidad, todavía no está regulado y no hay un protocolo definido aprobado por la alcaldía para que los usuarios viajen seguros, pero tampoco para que los empresarios puedan reclamar los vehículos decomisados. Enrique Cuellar, gerente de una de las empresas operadoras llamada Lime, le dijo a SEMANA que de las 200 patinetas que habían puesto a funcionar, 60 están retenidas. Por cada una cobran alrededor de 200.000 pesos de multa, lo cual, para este caso sería 40 millones de pesos. Puede leer: Al trabajo en patineta en Bogotá Pero ese no es el único inconveniente. Según Cuellar, los comparendos no se pueden hacer a nombre de la empresa, sino que deben hacerse a nombre de una persona natural: “Pero yo como representante no podría recibir 60 comparendos para sacarlas, ni mucho menos hacer pagar a los usuarios el comparendo y embolatarlos con los trámites”. Daniel Otero, gerente de Muvo, empresa colombiana que presta el servicio, asegura que la experiencia ha sido difícil. “No conocemos los procesos para recuperar los vehículos. Y los decomisos representan pérdidas para las empresas. Imagínese, de las 200 patinetas que tenemos funcionando, 40 están confiscadas”. Y el hecho de hacer funcionar este sistema de transporte se vuelva insostenible, al final de cuentas terminaría afectando a los ciudadanos que ven en las patinetas una opción de movilidad. Grin, la empresa con el mayor porcentaje del mercado en la capital (1.200 patinetas), llegó a la ciudad hace cinco meses y ya registran más de 100.000 usuarios y 500.000 viajes. Sin embargo, según cuenta su gerente general, Santiago Hernández, en este momento tienen confiscadas más de 300 patinetas y ya ha recibido mensajes de que las patinetas no son suficientes. " ¿Dónde está el incentivo a la economía naranja? ¿Dónde quedan los intereses de quienes desean desplazarse en patineta?”, se pregunta. Sugerimos: Mala calidad del aire y del agua mata más 17.000 personas al año A diferencia de Bogotá la experiencia ha sido muy diferente en otras ciudades. En México y Sao Paulo han sido bien recibidos. En Barcelona la discusión, más que el espacio público, tiene que ver con mecanismos de prevención de acciedantalidad. En Cali la experiencia también fue distinta. En la capital del Valle del Cauca, aunque el servicio tampoco está regulado, la alcaldía ha hecho un esfuerzo para que puedan funcionar libremente, pues consideran que las patinetas pueden ser una opción últil para los ciudadanos. Sine mbargo, en Bogotá el espacio público ha sido una obsesión desde hace años y en la recuperación de andenes también se han invertido recursos. Para buscarle una salida al embrollo, empresarios y Secretaría de Movilidad armaron una mesa de trabajo. En ella, hace poco se conoció el primer borrador de la regulación. Allí se estableció que las compañías que se beneficiaran con el uso del espacio público tendrían que pagar una retribución a las arcas de la Alcaldía. Medida a la que no se opuso ninguna empresa. En lo que no hubo consenso fue en el hecho de hacer estaciones para las patinetas. “Nuestro negocio es exitoso precisamente porque no tiene estaciones —dijo Juan Jose Acosta, gerente de Movo—. ¿Qué sentido tiene, por ejemplo, que una persona que vive en la calle 53 y tenga como destino la calle 72, tenga que caminar 10 cuadras a la estación de la calle 63 y que la siguiente estación le quede en la 82. Evidentemente esa persona va a tomar un taxi”. Puede ver: La buena hora de las patinetas eléctricas Y es que para los usuarios, la verdadera ganancia de las patinetas es la ausencia de estaciones. En otras palabras, poderlas usar ‘puerta a puerta‘. Movo, una empresa que tiene cerca de 300 patinetas en Bogotá hace dos meses, es unirse con empresas como Éxito, Mc Donalds, We Work, entre otros, para que les presenten los parqueaderos y la gente pueda dejar ahí las patinetas. La propuesta que tienen para la Alcaldía de Bogotá es comprometerse a no obstruir el paso y a reubicar las patinetas en un tiempo de no más de 30 minutos. También se comprometen, entre otras cosas, a hacer campañas pedagógicas para que la gente estaciones los vehículos en lugares donde no incomoden a otros ciudadanos. A esa iniciativa se han sumado otras compañías pero todavía no hay respuesta del Distrito. Recomendamos: Scooters, una alternativa de movilidad para los bogotanos SEMANA consultó a la Secretaría de Movilidad sobre el tema: “Creemos que la circulación de bicicletas y patinetas contribuye con la micromovilidad y hace parte de innovaciones recientes. Pero debe ser regulada, principalmente, para garantizar la seguridad de los usuarios y de todos los actores viales, así como el uso adecuado del espacio público”. Hernando Quintero, alcalde local de Chapinero, dijo que no tenía nada en contra de este nuevo sistema de movilidad y que además le parece una “excelente alternativa”. Sin embargo, aseguró que han retenido más de 400 patinetas y bicicletas eléctricas para recuperar el espacio público de la localidad. Además, dijo que la regulación era necesaria pues ya ha recibido quejas de personas que se han accidentado. En cuanto al procedimiento para recuperar los vehículos la Secretaría de Movilidad dijo que ya está claro y se ajusta al trámite normal para sacar cualquier vehículo de patios: - El representante legal o un apoderado de la empresa debe acercarse al parqueadero ubicado en la Transversal 93 # 53 – 35, en Engativá, para la verificación y entrega del inventario de las patinetas. - El representante legal de la empresa o su apoderado deben dirigirse al SuperCADE de Movilidad, en la calle 13 #37-35,para asistir a una audiencia contravencional. Ahí tendrá la opción de impugnar el comparendo. - En el caso de que el representante legal o su apoderado, a nombre de la empresa, acepte el comparendo, debe asumir la sanción que corresponda a la infracción impuesta. En este caso consiste en realizar el curso de seguridad vial o, para personas jurídicas, pagar el costo de cinco (5) SMLDV. Después de recibir varios comentarios sobre el borrador del protocolo para el alquiler de patinetas, la secretaría está analizando las peticiones y en las próximas semanas fijará las directrices. Por ahora las patinetas son legales. Lo complejo es resolver el tema de dónde y cómo se deben parquear. Habrá que ver si corresponde a lo que esperan los operadores y si se soluciona el inconveniente para que este modelo de micromovilidad pueda estar al servicio de los ciudadanos, incluyendo aquellos que se mueven a pie.