Necoclí, municipio del Urabá antioqueño, se convirtió desde hace años en un escenario crítico para miles de migrantes que pasan por el tapón del Darién en su camino hacia el norte. El destino: Estados Unidos. En las últimas 48 horas se concentraron alrededor de 10.000 personas de continentes como Asia y África, o países como Cuba y Haití, en un intento por atravesar hacia Panamá. La Defensoría del Pueblo solicitó acciones de las autoridades.

De acuerdo con la entidad, en lo que va corrido del año han transitado por este corredor alrededor de 33 mil personas provenientes de Haití, Cuba, Chile, Senegal, Ghana, entre otros países. Durante 10 días se ha reportado represamiento de la salida de lanchas desde Necoclí, debido a factores climáticos, lo que ha hecho que muchos migrantes se queden allí.

La entidad aseguró que desde el primer semestre del año, la Defensoría del Pueblo, a través de la regional Urabá Darién, ha realizado cinco misiones de observación en zonas de fronteras y ha participado en espacios interinstitucionales, como consejos de seguridad, puestos de mando unificado (PMU) y comités de gestión del riesgo para monitorear el flujo migratorio en la zona.

Así mismo, la Defensoría señaló que ha oficiado a las alcaldías de Necoclí, Turbo y Acandí, a la Gobernación de Antioquía, a la Policía Nacional, a la Estación de Guardacostas del municipio de Turbo, a la Cancillería y a Migración Colombia para que se atienda y se garanticen los derechos de la población migrante y refugiada con vocación de tránsito.

“Como miembro de la Red Migrante Urabá Darién, la Defensoría del Pueblo ha solicitado, a través su Regional, la articulación de los entes territoriales, en lógica de subsidiaridad, concurrencia y complementariedad, para que se establezcan oportunamente planes de contingencia y se garantice el retorno seguro y la protección de los derechos humanos de esta población”, informó la entidad en un comunicado.

¿Qué está sucediendo en Necoclí?

En las últimas horas se viralizaron videos de las personas aglomeradas en el municipios. Los migrantes duermen en las calles o en la playa, y los servicios de agua y alcantarillado ya colapsaron.

Unas de las preocupaciones de los habitantes locales es que cada día pueden llegar entre 500 y 1.000 migrantes nuevos y los lancheros no dan abasto para pasarlos por el golfo de Urabá hasta Capurganá, en Chocó, desde donde atraviesan el peligroso tapón del Darién para llegar al país vecino.

En la zona hay una pelea en las economías locales por el negocio que representa el paso de migrantes. A cada persona le cobran alrededor de cien dólares por atravesar la selva tupida, que en este momento es más peligrosa por la lluvia de la región.

“Nos dicen que la pasada por el mar es muy difícil, la verdad es que una situación angustiante y más porque varios amigos pasaron y ellos vieron cadáveres por la selva. Yo no quiero pasar esa situación, quiero llegar rápido, pero aquí ahora mismo no tenemos donde dormir ni que comer, estamos muy desesperados y queremos seguir, pero seguros”, le dijo un migrante cubano a SEMANA.