La posesión de Gustavo Petro como presidente de la República este domingo, 7 de agosto, marca un acto histórico en Colombia, siendo el primer mandatario de izquierda en el país.
A lo largo de la jornada, la Plaza de Bolívar fue recibiendo a los miles de colombianos que se reunieron para celebrar la llegada del representante del Pacto Histórico a la Casa de Nariño. En el marco de este evento, a manos del Congreso de la República, Roy Barreras, presidente de este organismo, pronunció su discurso.
Barreras se dirigió a Colombia destacando el valor histórico del momento: “Por primera vez en 200 años de vida republicana, un Gobierno progresista de izquierda democrática ha llegado a Colombia”.
Entre sus palabras también fue contundente en un mensaje para el ELN y los narcotraficantes, llamándolos a sumarse al compromiso con la paz y la vida, mensaje que ha defendido la campaña política de Gustavo Petro en este año electoral.
“Venimos hoy también a defender ese legado de la paz y venimos a decirle al ELN: “Dejen las armas”. El triunfo de Gustavo Petro es la prueba de que la violencia política no tiene ninguna justificación, el camino es la paz y es ahora”, dijo el presidente del Congreso y compañero de la gesta política de Gustavo Petro.
Desde las épocas de la contienda electoral, el debate sobre la posibilidad de retomar las conversaciones con la guerrilla había estado sobre la mesa, siendo este un tema crítico para la estabilidad y la seguridad del país.
“Y a los narcotraficantes”, continúo mencionando en su discurso, ”les decimos, en aras de una paz total: Dejen de matar. No habrá ánimos en el Congreso para avanzar en nuevas formas de sometimiento a la justicia si siguen matando líderes sociales, ambientales y policiales”, sentenció.
“Hoy ese mandato popular en favor de la paz, en favor de la vida digna de todos los seres sintientes, ese mandato que exige justicia social y ambiental, nos ha traído a estas plazas y a todas plazas de Colombia que celebran este quiebre histórico, este renacer de la esperanza”, expresó Barreras, destacando nuevamente el valor histórico del evento que ocurre en la Plaza de Bolívar este 7 de agosto.
“Venimos a comprometernos, a hacer del estado un sembrador de la cultura de la vida”, sentenció.
Lo propio hizo el presidente Gustavo Petro durante su discurso de posesión, refiriéndose a los esfuerzos que deben realizarse para la consecución de la paz. “Convocamos a todos los armados a dejar las armas en las nebulosas del pasado; a aceptar beneficios jurídicos a cambio de la paz, a cambio de la no repetición definitiva de la violencia; a trabajar como dueños de una economía próspera, pero legal, que acabe con el atraso de las regiones”, manifestó el máximo líder del Pacto Histórico.
Hace unos días, SEMANA informó que dentro de los planes del Gobierno entrante se enlistaba retomar las conversaciones con los actores armados que amenazan la seguridad de los colombianos, como el ELN y el Clan del Golfo.
Con el grupo guerrillero la tarea es compleja, debido al fracaso que han tenido los diálogos anteriores, en los que no se han logrado acuerdos suficientes para que los más de seis mil hombres que conforman esta guerrilla detengan sus actos criminales en contra de la población y con sus actividades ilícitas, como la minería ilegal y el narcotráfico.
SEMANA conoció por distintas fuentes que la administración Petro ya ha tenido acercamientos con el comando central del ELN que permanece en La Habana. “Han sido en la legalidad”, dijo el nuevo alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda.
Las exploraciones no han pasado de mensajes de un lado y otro. Lo que buscará la nueva administración es que sea una negociación diferente a la de las Farc, aunque orientada bajo la misma premisa: nada está acordado hasta que todo esté acordado. Así lo ha dicho el canciller designado, Álvaro Leyva.
“Necesitamos dialogar, dialogar mucho; entendernos; buscar los caminos comunes; producir cambios. La paz implica que cambiemos indudablemente”, agregó en su discurso de este domingo 7 de agosto el mandatario Gustavo Petro. Aseguró, además, que este esfuerzo tendrá necesariamente que replantear la política con la que se enfrenta hoy el problema del narcotráfico en el país, dejando atrás el sentido bélico con el que se ha gestionado y procurando que seguir una hoja de ruta hacia la prevención del consumo.
“Es hora de una nueva Convención Internacional que acepte que la guerra contra las drogas ha fracasado, que, ha dejado un millón de latinoamericanos asesinados, durante estos 40 años, y que deja 70.000 norteamericanos muertos por sobredosis cada año. Que la guerra contra las drogas fortaleció las mafias y debilitó los Estados”, concluyó.