El Nuevo Liberalismo, liderado por Juan Manuel Galán, parece no dejar de recibir cartas de renuncia. En las últimas semanas, se han desvinculado figuras como Mábel Lara, Yolanda Perea, Carlos Negret, Lisset Vera y hasta Rodrigo Lara Restrepo, quien no aparecía registrado como militante.

Hasta el momento, el partido, que apenas tiene meses de haber recuperado la personería jurídica, acumula un total de 34 renuncias. Esto podría quitarle fuerza a la participación de la colectividad en las elecciones de 2023, en las que Carlos Fernando Galán aspiraría a la Alcaldía de Bogotá.

El partido, que apenas se configura, padece una desbandada mediática de líderes que argumentan fallas en comunicación y toma de decisiones poco concertadas. Ahora, en medio de la especulación, deben hacerse un lugar sin sus figuras más importantes.

¿Cómo comenzó la fragmentación?

El partido de líderes como Luis Carlos Galán y Rodrigo Lara Bonilla renació en agosto de 2021 tras una decisión de la Corte Constitucional. Luego, con poco tiempo para construir una apuesta para las elecciones de 2022, lograron presentar listas al Senado y Cámara. Adicionalmente, ingresaron a una coalición con Juan Manuel Galán como precandidato presidencial.

La lista al Senado, encabezada por la periodista Mábel Lara, fue calificada por muchos como estelar. A pesar de la atención de los medios y las personalidades que aspiraron al Congreso, el resultado final fue una derrota en las urnas que los dejó con muy poco qué celebrar.

Los hermanos Galán, junto al equipo que conformaron, solo lograron dos curules en la Cámara de Representantes. Desde ahí, varios de los ‘quemados’ comenzaron a explorar otros rumbos lejos del centro, derrotado y disminuido después de las consultas interpartidistas.

El primero en dar a conocer su decisión fue Carlos Negret, exdefensor del Pueblo y segundo renglón de la lista al Senado. Poco después de la consulta interpartidista que dio como ganador del centro a Sergio Fajardo, el abogado caucano decidió irse por la opción de Federico Gutiérrez, entonces principal contrincante de Gustavo Petro.

Luego la activista Viviana Vargas, entre los diez primeros puestos de la lista, anunció su renuncia al partido para apoyar la candidatura de Petro y Francia Márquez.

Muchos cumplieron el compromiso colectivo de seguir haciendo parte de la Coalición Centro Esperanza. Sin embargo, de cara a segunda vuelta, el Nuevo Liberalismo tomó la decisión de apoyar a Rodolfo Hernández. Algunos apoyaron a Petro y la colectividad respetó la decisión. No obstante, el verdadero problema fue la decisión de declararse partido independiente, lo cual, siguiendo el Estatuto de la Oposición, evitaría que figuras como Mábel Lara y Yolanda Perea hicieran parte del nuevo gobierno.

Según los directivos y excandidatos del partido, los proyectos y aspiraciones personales serían uno de los motivos que llevaron a la ola de renuncias que hoy se viraliza en redes.

¿Por qué renuncian?

Andrés Talero, representante legal del Nuevo Liberalismo, respeta los nuevos rumbos de los exmilitantes, pero cree que las renuncias se publican en redes sociales por “jugadas mediáticas”.

“Cada una de esas personas tiene sus propias agendas, ambiciones y expectativas, eso es legítimo. Ante el resultado electoral, creen que las van a encontrar de otra forma. Yo lo respeto, pero mandan esas renuncias para subir su perfil”, dijo el representante legal del partido.

Incluso, aseguró que es más complejo para estos exmilitantes quedarse en el partido: “El camino de crear un partido es más duro, difícil y largo. Tienen unas expectativas más próximas, necesitan ingresar al Gobierno y tener una figuración. El partido ya no les sirve para eso”.

Sobre esto están de acuerdo otros excandidatos que aún permanecen en el partido. Angélica Martínez, quien formó parte de la lista al Senado, cree que algunas personas tienen “afán de resaltar”.

“En el tiempo que llevamos, ha sido más un afán de protagonismo político de algunas personas, por resaltar. La carta de Negret es la estocada final de una serie de acontecimientos para deslegitimar un partido que está en proceso desde que renació”, opinó.

Miguel Silva, excandidato a la Cámara, cree que el Nuevo Liberalismo “no constituye un lugar apropiado para algunas personas, cuyos proyectos políticos tengan un poco más de premura e intereses distintos a formar un partido”.

Frente a las acusaciones en las últimas cartas de renuncia, Martínez considera que se debe hacer una autocrítica al interior del partido.

“De pronto, los medios y las formas en las que nos estamos comunicando, en medio de la inmediatez y la reacción, no ha sido la más adecuada. Nos hace falta corregir aspectos de comunicación interna en el partido”, señaló.

Sin embargo, sostiene que al interior se vienen abriendo espacios para el diálogo y la concertación para que se escuchen todas las voces: “Tanto Mábel como Yolanda no participaron de diferentes escenarios, simplemente mandaban las instrucciones de lo que se debía hacer”.

Talero, por su parte, también habló sobre las acusaciones de Negret, asegurando que se convocaron reuniones presenciales y que, así fuera virtual, se discutió por largas horas cada decisión que se tomó en colectivo.

“Se han adelantado gran cantidad de reuniones. La lista del Senado tenían reuniones periódicas. En total, se han hecho 24 horas de sesiones para la decisión de segunda vuelta y la posterior, para determinar si el partido iba a ser de gobierno, oposición o independiente. Hay una bitácora en la que aparece la posición de cada candidato”, explicó.

La polémica alrededor del Nuevo Liberalismo, después de las duras cartas de renuncia que recibió, continúa. Hasta el momento, cuatro de los diez primeros renglones de la lista al Senado renunciaron al partido.