En el marco de su recorrido por las obras de Cara de Gato, en San Jacinto del Cauca, Bolívar, el director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), Javier Pava, tomó la decisión de suspender los trabajos, en conjunto con una comisión técnica de expertos.
La decisión busca evitar que se sigan perdiendo recursos, en el entendido de que no habría cómo garantizar la efectividad de las obras, ante la incidencia del Fenómeno de La Niña y la dinámica de las caudalosas aguas del río Cauca durante la temporada de lluvias.
Hasta el momento, las pérdidas ascienden a los 30 mil millones de pesos, puesto que la fuerte corriente del río Cauca se ha llevado todo a su paso en las obras realizadas a la altura de Cara de Gato, en San Jacinto del Cauca.
“En la actualidad, los recursos invertidos se los llevó el río y los que se inviertan también se perderían. La realidad es que hay que ordenar el territorio alrededor del agua, es la única opción considerando los escenarios de cambio climático”, expresó el director de la UNGRD.
La Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres se encuentra trabajando en la zona desde el año 2021; sin embargo, a la fecha solo reportan un avance significativo en obras de 400 metros; en total, el boquete mide 2,2 kilómetros.
“La realidad es que debemos asumir de manera responsable las condiciones para seguir invirtiendo recursos, estas obras tal y como están planteadas no dan una solución definitiva a las comunidades. La solución que le dieron al territorio, en el sentido de cerrar Cara de Gato todo este año, no es cierto; a las comunidades se les ha mentido desde el año pasado”, agregó Javier Pava.
Entendiendo el panorama actual, desde la UNGRD han convocado para los próximos días un Puesto de Mando Unificado (PMU), conformado por mandatarios locales y los regionales, con el fin de iniciar un plan de acción para reubicar a las comunidades afectadas a zonas secas que les permita iniciar una actividad productiva.
“Nuestra prioridad será salvar el mayor número de vidas. Nos enfocaremos en la relocalización de las comunidades a sitios secos en donde empiecen acciones productivas para que se dinamice y se reactiven económicamente”, indicó el funcionario.
Asimismo, Pava resaltó la importancia de ordenar las poblaciones aledañas a cuerpos de agua, en función de los diferentes escenarios que poco a poco revela el cambio climático.
Otras poblaciones afectadas por las inundaciones
Hace más de un año, el río Cauca se desbordó y rompió un dique a la altura de Cara de Gato, un jarillón artesanal que estaba ubicado en jurisdicción del municipio de San Jacinto del Cauca, sur de Bolívar, que se destruyó por una creciente del río Cauca.
Esto trajo como consecuencia que los municipios en el departamento de Sucre Majagual, Guaranda, Sucre-Sucre, Caimito, La Unión y San Marcos vivan en medio del agua; los niños van a estudiar en canoas y no se ha vuelto a sembrar.
Muchos de los campesinos sobreviven trabajando en zonas altas y los que no se han asentado a la orilla de la carretera San Marcos-Majagual. Estas inundaciones han afectado a más de 70.000 personas.
La vida para estas poblaciones se ha visto transformada; sin aquel dique, las inundaciones no han cesado debido a la fuerte temporada de lluvias en el país a causa del fenómeno de La Niña. Según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), las lluvias persistirán hasta inicios de 2023.
Por el momento, el presidente Gustavo Petro, luego de su recorrido por el corregimiento La Sierpita de Majagual en Sucre, planteó la posibilidad de la reubicación de los habitantes de La Mojana hacia tierras no inundables, cuyos costos, según su propuesta, deberá ser asumido “entre grandes propietarios de tierras y el Estado”.