En una operación conjunta llevada a cabo por la Armada Nacional y el Ejército Nacional, se descubrieron dos talleres de armamento clandestino en el casco urbano del municipio de Cartagena del Chairá, ubicado en el departamento de Caquetá. Estos talleres presuntamente pertenecían a la estructura conocida como Rodrigo Cadete, la cual forma parte de las disidencias de las Farc que operan en la región.
La operación fue ejecutada por tropas del Batallón Fluvial de Infantería de Marina n.° 31, en coordinación con unidades del Ejército Nacional. La acción se basó en información de inteligencia proporcionada por la Armada de Colombia y se llevó a cabo en cumplimiento de una orden de allanamiento emitida por la Fiscalía General de la Nación.
Los dos talleres clandestinos se encontraban en propiedades ubicadas en la zona urbana y albergaban una gran cantidad de material de guerra. Entre lo incautado se destacan 60 armas de diversos calibres, además de una suma significativa de dinero en efectivo, equipos de comunicaciones y herramientas utilizadas presumiblemente para la fabricación de armamento no convencional.
Se cree que este armamento estaba destinado a ser utilizado por miembros del grupo armado organizado residual identificado como Miller Perdomo, parte de las disidencias, en acciones terroristas dirigidas contra la fuerza pública y la población civil.
La operación también resultó en la captura de dos individuos, presuntos integrantes de las redes de apoyo de este grupo armado. Según las autoridades, estos sujetos estaban involucrados en la modificación de armas y la venta de munición de diferentes calibres. Tanto los capturados como el material incautado fueron puestos a disposición de las autoridades competentes.
Descubren explosivos que las disidencias usarían para atentar contra instalaciones militares
Por otra parte, en una operación conjunta en la zona rural de San Andrés de Tumaco, Nariño, el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía General, en colaboración con la Fuerza de Tarea Conjunta Hércules del Ejército Nacional y con apoyo de la DEA, descubrieron un artefacto con explosivos.
Este artefacto, con un peso cercano a un kilogramo, estaba equipado con un detonador no eléctrico y una mecha de seguridad de origen extranjero. Su hallazgo en un tramo del oleoducto de la región representaba un riesgo inminente para la comunidad y la infraestructura.
Además del explosivo, la operación permitió descubrir una caleta camuflada entre la vegetación, donde se encontraron 40 kilogramos de explosivos, una barra de explosivo aluminizado tipo indugel, dos detonadores y 250 minas antipersonal. Estos elementos planteaban una amenaza seria para la seguridad local.
Se presume preliminarmente que este arsenal bélico pertenecería a la columna Urías Rendón de las disidencias de las Farc y su nivel de peligrosidad se acentúa por su almacenamiento al aire libre, lo que aumenta el riesgo de una activación accidental, con consecuencias potencialmente catastróficas.
La evidencia técnica recopilada sugiere que estos explosivos estaban destinados a perpetrar atentados contra la infraestructura petrolera en el sur del país, así como contra instalaciones militares y el aeropuerto La Florida de Tumaco, Nariño.
Un fiscal adscrito al Cuerpo Técnico de Investigación legalizó el decomiso del material bélico ante un juez con función de control de garantías en Nariño. De acuerdo con los protocolos establecidos, se procedió a la destrucción segura de estos elementos, garantizando así la seguridad de la comunidad y la integridad de la infraestructura en la región.