Adriana Vargas Uribe denuncia que desde hace más de diez años debe soportar todo tipo de actos violentos por parte de Luis Fernando Reyes Meza, un reconocido cirujano plástico que trabaja en Bogotá, Bucaramanga e Ibagué. De acuerdo con la mujer, fue víctima de ataques psicológicos, físicos y sexuales por el tiempo en el que estuvieron casados.

Adriana y Luis Fernando estuvieron casados de 2010 hasta 2016, en una relación que habría estado llena de celos, agresiones verbales, golpizas y hasta la realización de una cirugía que terminó en la deformación de los senos de la mujer.

A pesar de que los hechos ocurrieron hace varios años, hasta ahora avanza la investigación en un juzgado de Bucaramanga. Se interpuso la denuncia desde el 2016, pero solo hasta ahora se encuentran en etapa de juicio oral.

Mientras transcurre el proceso en contra de su exesposo, Adriana Vargas, en entrevista con SEMANA, narró en detalle el infierno en el que habría vivido junto a Reyes Meza, las formas en las que la habría violentado y cómo habría protegido a sus hijos para que no resultaran siendo víctimas de los supuestos tratos del cirujano plástico.

Según la mujer, todo comenzó en 2010, cuando se encontraron por un amigo en común en Houston, Estados Unidos. Lo describió al principio como un hombre noble y tranquilo.

“A los pocos meses de conocernos, él me empieza a plantear que nos casáramos y que tuviéramos un hijo. Yo quedé embarazada aún viviendo en Estados Unidos. Le digo que quiero quedarme a vivir allá, pero él insistió en que volviéramos a Colombia. Volvimos y nos casamos”, dijo.

Después de cerca de un año de relación, se casaron y recibieron a su hija viviendo en Bucaramanga. Fue ahí donde Adriana comenzó a notar supuesto cambio en su entonces esposo, quien se habría convertido en un hombre vulgar y posesivo.

“Regresamos y no me dejaba hablar por celular. Me dañaba los teléfonos. Me decía que seguramente estaba puteando o que estaba hablando con hombres con los que había compartido en Estados Unidos. Ni siquiera podía hablar con mis papás, decía que tenía que desapegarme”, narró.

Después, asegura que el control sobre ella comenzó a hacer cada vez peor. De acuerdo con su testimonio, Reyes Meza contrató a una niñera e instaló cámaras en la casa para ver qué hacía su esposa a cada hora del día.

Luis Fernando Reyes. | Foto: Instagram

“Las cámaras las instala cuando mi hija tenía un año y medio. Las pone diciendo que cualquier hombre podría hacernos daño, pero era para que yo no pudiera hablar por teléfono. Me tocaba buscar puntos ciegos para hablar hasta con mi mamá”, expresó.

Vargas tenía otro hijo de una relación previa, quien en un punto habría ido a vivir con ellos. De acuerdo con la mujer, él también habría sufrido por la violencia del esposo de su madre.

“Empezó a hablar mal del papá de mi hijo en frente de él. Le dijo que tenía que cambiarse el apellido y el niño no podía hablar con su familia con mi exesposo presente. Me tocó sacarle una línea extra para poder llamar. Lo llevó al psiquiatra porque no contaba nada. Le dio un medicamento y mi hijo comenzó a afectarse mucho. Perdió peso, parecía drogado. Me llaman del colegio y me dicen que se quería botar por un puente, ahí le suspendí el medicamento”, dijo la mujer.

Denuncia que le deformó sus senos

Fue ahí donde se encendieron las alarmas para Vargas, quien acudió a sus papás para planear una forma de irse nuevamente a Estados Unidos, donde residía antes de casarse con Reyes. Para esa meta, consiguió un trabajo en un hotel de la ciudad, pero esto solo habría empeorado el ambiente en el hogar por los celos que sentía su entonces esposo.

En esa época, la mujer se tenía que cambiar las prótesis mamarias, procedimiento que habría sido obligada a hacerse con Reyes Meza.

“Me insultaba, me decía que si no confiaba en él. Me dice que no le diga nada a mis papás, que es un procedimiento corto. Que duraría media hora. Dejamos a los niños en casa de ellos y me hizo el procedimiento. Esos días me empieza a doler el brazo muy fuerte, lloraba del dolor. Le pido ayuda, pero me insulta y me dice que no joda tanto”, manifestó Vargas.

Luego, contó el brazo perdió movilidad por completo y fue ahí cuando Reyes accede a llevarla para que la revisen.

“Lloraba y lloraba. Me vio la anestesióloga de la clínica y le pregunta a él que por qué no me había llevado antes. Se me soltó un nervio y casi lo pierdo. Cometió una falta conmigo porque casi que me estaba mutilando los senos. Las cicatrices que me dejó fueron increíbles. Los senos estaban deformes”, contó la mujer, en conversación con SEMANA.

Esa experiencia, según cuenta, la golpeó psicológicamente: “Empecé a ignorarme los senos para no mirarlos. Es parte de la feminidad de una mujer, pero yo siempre evitaba verlos porque me sentía muy triste”.

Asegura que sufrió violencia sexual

La mujer asegura que su exesposo la acusaba de serle infiel cada vez que iba a trabajar: “Me decía que era una puta, una perra. Que con alguien me estaba acostando”.

Sin embargo, eso no fue lo peor que asegura haber pasado. Después de todas las agresiones, la mujer asegura que su exesposo la quiso embarazar a la fuerza.

“Le decía que tuviéramos cuidado, pero no me hacía caso. Hasta abusó de mí. Era muy duro, me dejaba con sangrados que me duraban un montón. Cuando llegaba del hotel, me abría las piernas y verificaba para ver si había estado con otro hombre”, recordó la mujer.

Supuestas golpizas frente a sus hijos

También contó que un día llegó tarde del hotel a su casa, un día antes de que toda la familia viajara a Bogotá a acompañar a Reyes a un congreso de médicos.

“Intenté que nos entendiéramos, estaba cansada. Fui a dormir al cuarto de mi hija, pero no me lo permitió. Insistió hasta el final para que durmiera a su lado. Al día siguiente no quería que fuéramos a Bogotá. Me encerré en el baño con mi hija, esperando que se pasara la hora del vuelo y él se tuviera que ir. Luego empieza a tocar la puerta del baño, casi a tumbarla. Vi que mi hija estaba asustada, abrí la puerta y entró para agarrarme del cuello. Me golpeó contra la división de vidrio de la ducha. Me ahorcaba, mientras con el otro brazo agarraba a la niña para que no se cayera. Luego me deja ahí y se va con la niña”, dijo Vargas.

La mujer asegura que se sentó en la puerta de la casa para evitar que el hombre se llevara a su hija: “Empezó a golpearme a patadas y sale mi hijo, que me ve en el suelo”.

Esta fue la primera vez que la mujer denunció a Reyes ante la Fiscalía General de la Nación, pero Adriana terminó decidiendo que no ampliaría la denuncia por supuestas presiones de Reyes, por lo cual terminó archivada.

Contó que dejó de vivir con el hombre, pero este habría pedido perdón, tanto a ella como a su familia, y se habría vinculado a un grupo religioso, el cual también utilizó como una excusa para volverse a acercar a su familia.

Luego, el hombre habría vuelto a ser aceptado en el hogar, en el que ya no vivía el hijo de Vargas por preocupación de su padre, quien se enteró del contexto de violencia intrafamiliar. Fue en 2015 cuando habría vuelto a ocurrir una golpiza y su hija, que ya tenía 4 años, presenció y tuvo que intervenir para detener los golpes de Reyes.

Captura de pantalla del video que sería la prueba reina en el caso de violencia intrafamiliar. | Foto: SEMANA

Este ataque quedó registrado en video, el cual sería la prueba reina que el abogado de Adriana utilizará para probar los constantes actos de violencia.

Finalmente, la pareja decide separarse en 2016 y Vargas denuncia lo que ha vivido ante las autoridades, pero hasta este año avanza el proceso.

El testimonio de la hija

SEMANA tuvo acceso al testimonio de la hija de la pareja en medio del proceso que se adelanta por violencia intrafamiliar, que se llevó a cabo apenas el pasado 3 de agosto. De acuerdo con la menor, que tiene 12 años de edad, la relación con su padre es distante.

“Casi no hablamos. Yo nunca sé donde está y no sé donde vive. (...) No es que me visite mucho”, dijo la menor en medio de la diligencia.

Luis Fernando Reyes en la audiencia de continuación de juicio oral. | Foto: SEMANA

Frente a la vida de sus padres juntos, la niña aseguró que su madre “vivía muy triste, llorando y preocupada”.

“Me decía que me calmara porque era muy chiquita y yo veía que, en un momento, mi papá le empezaba a pegar y cosas así. Y pues... O le levantaba la voz y yo me asustaba. Empezaba a vomitar y mi mamá me decía que tranquila, que me acostara. Me acuerdo una vez de que mi mamá tenía un teléfono y mi papá se lo quería quitar. Mi mamá se lo metió en el pantalón y mi papá la acostó sobre la cama, la golpeó y la zarandeó muy duro. Es algo que nunca voy a olvidar”, dijo la menor, entre lágrimas.

Luego de esta diligencia, según el abogado de la presunta víctima, Reyes Meza presentó una demanda de impugnación de la paternidad sobre la menor.

El proceso aún no se define y la justicia determinará si estos hechos realmente ocurrieron en la vida de Adriana Vargas y sus hijos. Por ahora, César Vargas, abogado de la mujer, teme que no se haga justicia.

“Se interpuso denuncia desde el 2016 ante la Fiscalía General de la Nación y solo hasta hoy nos encontramos en audiencia de juicio oral. En mi concepto existe un alto riesgo de que estos hechos prescriban”, manifestó el abogado, en conversación con SEMANA.

Mientras tanto, Reyes Meza volvió a casarse y sigue ejerciendo su profesión en varias ciudades del país. Mientras pide revisar su paternidad sobre la hija que tuvo con Adriana Vargas, hace poco se convirtió en padre por segunda vez. En sus redes sociales hay poco rastro de su vida pasada, centrándose exclusivamente en momentos con su nueva familia.