El ex vicepresidente Francisco Santos rompió su silencio frente a la llamada teoría de la conspiración de la derecha contra el alcalde Gustavo Petro, quien hace una semana fue destituido e inhabilitado por 15 años por el procurador general de la Nación, Alejandro Ordóñez. La llamada 'teoría de la conspiración' fue planteada por uno de los compañeros de militancia de Petro en el M-19, Otty Patiño, quien tras conocer la noticia de la sanción disciplinaria reveló que un mes antes, el 14 de noviembre, se había reunido con Francisco Santos y Rodrigo Romero precisamente en la que era la sede de campaña del ex vicepresidente de la República. Según Patiño, en aquella reunión Francisco Santos dio como un hecho cierto la destitución de Petro y le contó que tenía interés en la Alcaldía de Bogotá, para lo cual le pidió a Romero que le ayudara a conseguir el aval de la Alianza Social Independiente (ASI). Días después de revelar los alcances de la reunión, Patiño le dirigió una carta a Francisco Santos en la que, palabras más palabras menos ,lo retaba para que contara la otra parte de la historia, en la que insinuaba que Alejandro Ordóñez había definido la destitución de Petro con el exministro Fernando Londoño y el expresidente Álvaro Uribe. Este lunes Santos dio respuesta a esta misiva, y en una comunicación escrita, conocida por Semana.com, calificó la versión de Patiño como fantasiosa, y la atribuyó a lo que considera una conducta general de la izquierda, que desde sus orígenes marxistas, se caracteriza porque creen que todo lo que sucede obedece a una conspiración de una clase para destruir a otra. “Ese sesgo mental los lleva a volverse fantasiosos cuando interpretan los acontecimientos más evidentes y previsibles”, dijo Santos en una carta que le dirigió al propio Otty Patiño. Incluso, el ex vicepresidente Santos le dijo a Patiño que la gestación del complot “que usted tan creativamente descubrió” bien podría haber comenzado desde la Constitución de 1991, en la cual hizo parte activa la bancada del M-19, asegurando que de esta forma convierte a estos dirigentes como “parte activa” de este “fantasioso” complot. Santos hace referencia a que la Constitución del 91, en su artículo 277, definió las facultades del procurador general de ejercer vigilancia a la conducta de quienes desempeñen funciones públicas, incluso aquellos funcionarios elegidos por voto popular. “Ese artículo, Otty, fue el comienzo del complot. Me muero de las ganas por saber si la numerosa bancada del M-19, encabezada por Antonio Navarro y por usted, se opusieron o hicieron algún tipo de objeción a la redacción de este artículo. Porque si no, le quiero decir, que ustedes fueron parte fundante de la conjura”, dice Santos con ironía. El ex vicepresidente, a quien muchos han ubicado en la baraja de posibles candidatos en unas elecciones atípicas en Bogotá, le recuerda a Patiño que ese complot continuó con la expedición de la norma del código disciplinario, que fue aprobada por el Congreso incluso con los votos de los entonces representantes a la Cámara Gustavo Petro y Antonio Navarro, y que tuvo su momento culminante en el 2009, cuando el propio Petro, en ese año senador de la República, votó a favor de la elección de Ordóñez como procurador general. Santos sigue con la ironía y dice que el complot al que se refiere Patiño continuó en diciembre del 2012 cuando Gustavo Petro decidió, “a pesar de las innumerables advertencias”, cambiar el modelo de recolección de basuras en Bogotá. “Petro, obviamente, como parte del complot, cambió el modelo de basuras violando toda la normatividad existente como se lo hicieron saber la Comisión de Regulación, la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios, la Superintendencia de Industria y Comercio, el defensor del Pueblo, la Veeduría Distrital, la gran mayoría de los concejales, los medios de comunicación, algunos ex alcaldes de Bogotá y hasta algunos funcionarios de su administración como Diego Bravo, logrando, cosa que fue muy importante para el éxito del complot, que el 70 % de los bogotanos pensaran que eso había sido una equivocación”, dice Santos en su carta. Secreto a voces Francisco Santos, en la carta a Patiño, recuerda la reunión del pasado 14 de noviembre, en la que hablaron de la posible destitución de Petro, obedeció a una discusión sobre “posibles escenarios” políticos, sobre lo que consideró un secreto a voces, precisamente la sanción que se vislumbraba contra el burgomaestre. Incluso Santos hizo referencia a los numerosos artículos periodísticos que en semanas atrás daban como inminente la sanción que se avecinaba contra Petro por parte de la Procuraduría. De nuevo, con ironía, Santos le dice a Patiño que cada vez más había muchas personas que tenían en su poder la “información privilegiada” sobre la sanción Petro. Y que discutir sobre futuros escenarios no lo hace parte de una conspiración ni mucho menos a ser juzgados por la opinión pública. “Otty, le quiero decir que en democracia los escenarios políticos se discuten, se anticipan, se vislumbran y se actúa conforme a esas previsiones. (…) Le desluce a usted, que juró cumplir con las reglas de juego democráticas cuando entregó las armas, tender un manto de duda sobre la decisión que en derecho adoptó el Ministerio Público respecto de las actuaciones administrativas del alcalde Gustavo Petro. A nombre de los colombianos que creímos en el proceso de paz con el M-19, espero que comprenda que en una democracia quienes analizan la coyuntura política no somos conspiradores susceptibles a ser jugados sumariamente, como usted lo pretende, en el tribunal de la opinión pública”. De esta forma, Santos le responde a Patiño quien puso sobre la mesa del debate la 'teoría de la conspiración' contra Gustavo Petro. Esta es la carta enviada por Pacho Santos a Otty Patiño: "Otty, Una de las características del pensamiento de izquierda desde sus orígenes marxistas es que creen que todo lo que sucede obedece a una conspiración de una clase para destruir a otra. Ese sesgo mental los lleva a volverse fantasiosos cuando interpretan los acontecimientos más evidentes y previsibles. Con el ánimo de hacer digerible esta comunicación, le cuento que la gestación del complot que usted tan creativamente descubrió comenzó en la constituyente de 1991, siendo usted mismo protagonista de ella, lo que lo convierte en parte activa del complot. La Constitución de 1991 señala en su artículo 277 que el Procurador deberá “Ejercer vigilancia superior de la conducta oficial de quienes desempeñen funciones públicas, inclusive las de elección popular; ejercer preferentemente el poder disciplinario e imponer las respectivas sanciones conforme a la ley.” Ese articulo, Otty, fue el comienzo del complot. Me muero de las ganas por saber si la numerosa bancada del M19, encabezada por Antonio Navarro y por usted, se opusieron o hicieron (sic) algún tipo de objeción a la redacción de este articulo. Porque si no, le quiero decir, que ustedes fueron parte fundante de la conjura. El complot seguiría después con la expedición de la Ley 80 de 1993 -Estatuto de Contratación Pública- y con las numerosísimas normas que lo han desarrollado y complementado, así como con la expedición del Código Único Disciplinario en 2002 que fue aprobado entre otros por Gustavo Petro y Antonio Navarro como Representantes a la Cámara. Entonces Otty, a la supuesta tramoya se le deben sumar Gustavo Petro y Antonio Navarro. Un momento culminante del complot fue cuando eligieron a Alejandro Ordoñez como Procurador General, y Petro, que ya estaba complotado, obviamente votó por él. El plan siguió sin tropiezos hasta diciembre del 2012 cuando Gustavo Petro decidió, a pesar de las innumerables advertencias, cambiar el modelo de recolección de basuras en Bogotá. Petro, obviamente, como parte del complot, cambió el modelo de basuras violando toda la normatividad existente como se lo hicieron saber la Comisión de Regulación, la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios, la Superintendencia de Industria y Comercio, el Defensor del Pueblo, la Veeduría Distrital, la gran mayoría de los concejales, los medios de comunicación, algunos ex alcaldes de Bogotá y hasta algunos funcionarios de su administración como Diego Bravo, logrando, cosa que fue muy importante para el éxito del complot, que el 70% de los bogotanos pensaran que eso había sido una equivocación. Luego de ese hecho tan importante para el devenir de la conspiración, se abrieron investigaciones en la Contraloría Distrital, la Fiscalía, la Procuraduría, la Superintendencia de Servicios Públicos y la Superintendencia de Industria y Comercio, es decir, el complot iba bien. Los procesos siguieron su marcha y los medios de comunicación empezaron a ver como algo inminente una sanción a Petro, tal y como lo publicó El Espectador el 22 de octubre con el titular "Campaña de rumores da como inminente la destitución de Petro" o como lo emitió Canal Capital el 28 de octubre en el programa Controversia cuando León Valencia, Jaime Castro, María Victoria Vargas, Carlos Vicente de Roux y Guillermo Asprilla debatieron la inminente sanción de Gustavo Petro. Es curioso que en el preámbulo del mencionado programa, León Valencia, afirmará que en los últimos días el tema de la destitución ha tenido mucha discusión y había muchas versiones al respecto. Como ve, el complot estaba creciendo y cada vez había más gente con información que según usted era privilegiada. Uno de los que parecía entender que lo iban a destituir era el propio alcalde Gustavo Petro que solicitó a mediados de octubre medidas cautelares ante el Sistema Interamericano para impedir una inminente sanción. Es más, el 28 de noviembre, cuando la Procuraduría General convocó una rueda de prensa, muchos medios se atrevieron a anticipar que era para destituir a Petro. El 14 de noviembre, casi un mes después de que los medios y los comentaristas hablaran insistentemente de la destitución de Petro, nos reunimos en mi oficina y hablamos de lo que todo el mundo hablaba: la inminente destitución de Petro. En ese sentido hicimos lo que hacemos aquellos a los que nos gusta el fútbol y la política: discutimos escenarios, hablamos de posibles alineaciones y departimos sobre la incertidumbre y el futuro de la ciudad. Luego que se confirmó lo que todo el mundo sabía desde diciembre de 2012, y era que a Petro lo iban a sancionar por lo que había hecho arbitrariamente con las basuras, para no hablar de las otras situaciones por las que “posiblemente” lo van a sancionar, y conste que pongo en comillas el posiblemente, escuché asombrado su teoría de la conspiración. Otty, le quiero decir que en democracia los escenarios políticos se discuten, se anticipan, se vislumbran y se actúa conforme a esas previsiones. En los únicos países en donde esas anticipaciones eran calificadas de complot era en los antiguos Estados comunistas en los que confinaban en los gulags a aquellos que se atrevían a ver escenarios que diferían de los diseñados por el politburó. En un Estado de Derecho, las decisiones de las autoridades se deben controvertir a través de las herramientas legales y no con invenciones fantasiosas que buscan, claramente, desviar la atención del asunto entre manos. Le desluce a usted, que juró cumplir con las reglas de juego democráticas cuando entregó las armas, tender un manto de duda sobre la decisión que en derecho adoptó el Ministerio Público respecto de las actuaciones administrativas del alcalde Gustavo Petro. A nombre de los colombianos que creímos en el proceso de paz con el M-19, espero que comprenda que en una democracia quienes analizan la coyuntura política no somos conspiradores susceptibles a ser jugados sumariamente , como usted lo pretende, en el tribunal de la opinión pública. Cordial Saludo, Francisco Santos".