El oficial de Policía que pateó el puesto de trabajo de una vendedora de tintos al año pasado en la localidad de Kennedy fue destituido e inhabilitado para ejercer cargos públicos por 12 años, informaron las autoridades.
En una audiencia pública se informó que se profirió el fallo contra el uniformado por haber abusado de su autoridad a través de un acto “arbitrario e injusto”.
Igualmente, el inspector general de la Policía, Carlos Rodríguez, informó que la oficial que acompañaba al policía recibió una multa de 10 días de su salario mensual por no haber entregado información sobre el hecho, un deber que tenía por ley.
El inspector aseguró que los actos ejercidos por el oficial van en contravía de “nuestro mandato constitucional y legal, y que empañan la imagen institucional”.
La investigación tardó poco más de cinco meses y las autoridades aseguraron que todo acto de este tipo será sancionado y tendrá el castigo correspondiente.
“Eso le pasa por sapa”: vendedora de tintos a la que Policía le pateó sus termos
Leidy Saavedra contó a SEMANA cómo sucedieron los hechos que quedaron grabados en una cámara de seguridad.
Un giro de 180 grados dio la vida de la bogotana Leidy Saavedra, una vendedora de tintos a la que un uniformado de la Policía le pateó sus termos, dejándola sin insumos para trabajar, y le colocó una multa por un monto aproximado de 250 mil de pesos, por presuntamente atentar en contra de la integridad de una patrullera.
Cuatro meses después del episodio que quedó registrado en una cámara de seguridad, y que fue divulgado hace unos días en redes sociales, el pasado diciembre la mujer relató a SEMANA lo que ocurrió ese sábado 7 de agosto de 2021, en la calle 42 con carrera 92, del sur de Bogotá.
“Eso fue como a las 7:30 de la mañana, cuando llegó la patrullera Daniela Perdomo y el patrullero Diego Rodríguez. Ambos me dijeron que por favor me retirara, que ya no podía trabajar más, entonces le dije que todavía tenía los termos llenos de tinto. Me insistieron que era una orden, que me retirara”, contó Saavedra, quien casi se le quiebra la voz de impotencia porque ese día perdió todas sus herramientas de trabajo, materiales y demás insumos que le ayudaban a conseguir un sustento diario.
Según aseguró la vendedora informal, todo comenzó porque previamente ella había tenido una confrontación con la patrullera Perdomo, a raíz de que la mandaba a desalojar constantemente de la zona donde se ubicaba con su puesto de tintos.
“Le rogaba que me dejara trabajar, yo le decía a la patrullera que en la zona habían más tinteras trabajando. Entonces me dijo que muy de malas, que eso me pasaba por ponerme de sapa a estar acusándola con sus superiores. Me decía que no me hiciera ilusiones, que mientras ella estuviera de turno no me iba a dejar trabajar”, dijo indignada la vendedora, que perdió el ingreso diario que tenía para pagar arriendo de vivienda y cubrir los gastos de su familia, situación que la ha llevado a vivir “arrimada” en casas de amigas.
Leidy hace una pausa para continuar su relato, el cual considera fue una agresión contra una trabajadora informal, y no como quedó registrado en el comparendo que le colocaron, por supuestamente agredir física y verbalmente a la patrullera. “Los policías escribieron que yo estaba muy alterada y grosera, y que cuando el patrullero se acerca a ponerme las esposas y se tropieza con una baldosa y me tumba los termos”, desmintió.
En el video solo se ve cuando el patrullero Rodríguez se acerca en una actitud desafiante y le patea los termos de tintos. Saavedra recordó que esa agresión la cometió el uniformado porque la mandó a recoger su puesto y ella le respondió que “solo tenía dos manos”.
Todos los productos volaron. Los termos se rompieron, se botó la leche del café. Las galletas se cayeron al piso y las gaseosas se dañaron. “Me dio dolor porque perdí todo”, lamentó. En ese momento ella salió corriendo a un Comando de Atención Inmediata (CAI) de la Policía a buscar a alguien que la ayudara.
Cuando regresó a su puesto no había nada de los productos que vendía. La gente que estaba ahí, en vez de ayudarla, se llevó todo lo que quedó regado en el piso, hasta las galletas mojadas y todas las cajetillas de cigarrillos, no le quedó ni uno. “Lo más caro son los cigarrillos, ese día invertí como 130 mil pesos solo en eso”, recordó.
Un sargento de la Policía que la acompañó llamó por radio a los dos patrulleros involucrados, y ellos solo se limitaron a responder que le habían levantado un comparendo a la mujer por irrespeto a la autoridad.
El general Jorge Eliecer Camacho, comandante de la Policía de Bogotá, declaró hace unos días a los medios de comunicación que ya le bajaron los comparendos del sistema de la Policía, y que ya no tenía nada qué pagar. Sin embargo, la vendedora de tintos denunció que el comparendo aún está todavía activo.