Una investigación de la Fiscalía contra el tráfico de drogas llevó a los agentes del CTI a una celda en la cárcel La Blanca de Manizales. Los responsables de la distribución de estupefacientes, incluso fuera del penal, serían tres detenidos en esa prisión.
La conclusión de esta investigación da vergüenza. Cómo explicar a los ciudadanos que tres hombres privados de la libertad en una cárcel, supuestamente bajo estrictas medidas de seguridad, eran al mismo tiempo los cabecillas de una organización criminal dedicada al tráfico de sustancias ilícitas.
Los tres detenidos convirtieron sus celdas en una “olla” para recibir, almacenar y distribuir droga en la cárcel, supuestamente vigilada las 24 horas del día, e incluso fuera del centro de reclusión. Los detenidos encontraron la forma de ser traficantes tras las rejas.
“Se trata de Henry Alberto Delgado Jaimes, Andrés Felipe Henao Jurado y Harrison López Cortés, a quienes les habrían encontrado el alcaloide en sus celdas cuando el Inpec realizó labores de registro”, dijo la Fiscalía.
Con la información de cómo comprar droga en la cárcel, la Fiscalía avanzó en una investigación que llevó a ordenar varias diligencias de allanamiento con resultados poco alentadores para el personal de custodia, pues bajo su nariz pasaba la droga en el penal.
“En la inspección a Henao Jurado se encontró en el techo de su celda 444 gramos de clorhidrato de cocaína, a Delgado Jaimes 15 gramos de la misma sustancia en un bolso que portaba y a López Cortés 67 gramos de cocaína y 25 de marihuana”, dijo la Fiscalía tras judicializar a los tres detenidos.
Los hechos y allanamientos fueron suficientes para volver a presentar a los privados de la libertad ante un juez de garantías e imputar cargos por tráfico, fabricación o porte de estupefacientes agravado, delitos que los tres capturados no aceptaron, pero que se suman a su prontuario criminal.
“En diligencias de registro y allanamiento en el centro penitenciario y carcelario La Blanca de Manizales (Caldas), fueron sorprendidas tres personas que, al parecer, portaban sustancias estupefacientes. Una fiscal de la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la Seccional Caldas, las judicializó y les imputó el delito de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes agravado”, dijo la Fiscalía para confirmar las ollas que encontraron en el interior de la cárcel.
En otras palabras, los detenidos de la cárcel La Blanca en Manizales aprovecharon su reclusión para incursionar en el tráfico de drogas y lo hicieron mientras estaban capturados; sin sonrojarse lograron poner en marcha su emprendimiento criminal y en lugar de participar de los programas de resocialización le apostaron a perpetuar su actividad delictiva.
A pesar de no aceptar cargos, la investigación continúa y en su contra ya reposa otra medida de aseguramiento, es decir, en caso de recobrar la libertad por el delito que estaban pagando, no podrán salir a la calle, hasta que respondan por las “ollas” que encontraron en sus celdas.