Hace 20 años en Bogotá se puso en marcha el Día sin carro como una medida para incentivar el uso del transporte público y disminuir los índices de contaminación del aire en la ciudad. Pero en este 2020 también se cumplen diez años del Plan Decenal de Descontaminación del Aire para Bogotá (PDDAB), propuesto en la alcaldía de Samuel Moreno y que trazaba los lineamientos a seguir por las administraciones futuras para mejorar la calidad del aire. Aunque los esfuerzos no han sido pocos, un análisis realizado por Mónica Espinosa y Juan Felipe Franco, miembros de la Mesa Técnica Ciudadana de Calidad del Aire de Bogotá (MECAB) demuestra que las acciones para cumplir con los objetivos del plan están lejos de ser suficientes.
“Aunque con el Plan Decenal mencionado han mejorado algunos indicadores, la gestión del aire en la capital sigue siendo deficiente en varios aspectos”, explicó el veedor Distrital, Guillermo Rivera. Según el informe, las concentraciones anuales de material particulado (PM10) y material particulado fino (PM2.5) en Bogotá siguen superando los rangos recomendados por la OMS. La organización establece que para el PM10 la medida máxima anual debe ser 20µg-3 (microgramos). Mientras que para el PM2.5, -el más dañiño para la salud- el tope debería ser 10 µg.m-3. Cifras que la capital no ha alcanzado en los diez años de implementación del plan. De acuerdo con las gráficas del informe, en 2009 el material particulado (PM10) superaba los 60 micrometros. Y a este año, 2020, la cifra, si bien se ha reducido, todavía bordea los 35 microgramos. Es decir, no se cumplió con el propósito de reducir estos niveles de contaminación.
El veedor Rivera también hizo énfasis en que hay zonas en la ciudad que exceden en el 25% de los días del año (90 días) el tope de material particulado, anual, estipulado por la norma colombiana (50 µg.m-3). “La principal causa ha sido la dificultad de reducir las emisiones que producen las fuentes móviles, especialmente camiones, buses y motocicletas de dos tiempos, las cuales se encuentran entre las principales responsables de la contaminación por material particulado en la ciudad”, afirmó el veedor.
Un objetivo que Claudia López se puso como meta alcanzar en su administración. Durante el primer balance del Día sin carro de este jueves, la alcaldesa dijo que trabajará de la mano del gremio de los transportadores (Fedetranscarga) para renovar la vieja flota de camiones y furgones que utiliza combustible diésel, por una nueva que sea eléctrica o a gas. A su vez, la alcaldesa resaltó que en el cuatrenio tiene planeado renovar "toda la flota de Sitp y la mayoría de flota de TransMilenio". Y como primer paso ingresarán 483 buses eléctricos al sistema y 701 buses a gas a mitad de año. Pero también pidió "paciencia" a los bogotanos que exigen mejoras en el sistema masivo de TransMilenio entendiendo que los problemas vienen de años anteriores. "Le pedimos (a TransMilenio) que haga al tiempo lo que hace un metro y lo que hace un bus, es mucho pedir". López recordó que la medida estructural para mejorar el sistema y alcanzar una movilidad sostenible está en la construcción de la red de metro regional. Un proyecto que ella misma reconoció se tardará 12 años para completarse. Volviendo al informe, otra conclusón a la que llegó el equipo de la MECAB se relaciona con el "ato grado de incumplimiento y necesidad de fortalecer los mecanismos de seguimiento y control de la industria". Los analistas señalaron que en estos años no se implementaron sistemas de control según el diseño de PDDAB y por tanto, las emisiones de material contaminado no han disminuido lo esperado.No obstante, destacan que el número de fuentes con carbón sí ha disminuido.
Los analistas también reconocen que ha habido una reducción importante en los efectos a la salud de los bogotanos, producto de la contaminación del aire, aunque sigue siendo el principal problema ambiental. Entre 2007 y 2018 la tasa de mortalidad infantil, por enfermedades respiratorias bajó 3.91% anual. Mientras que la mortalidad por enfermedades respiratorias crónicas (en personas menores de 70 años) se redujo a una tasa anual de 4.7%. En cuanto al Sistema Integrado de Transporte Público (Sitp), el informe señala que "las decisiones de la flota desde otras entidades del Distrito no han considerado implicaciones en calidad del aire y salud pública". Sumado a que la meta, en años, para sacar de circulación a la flota antigua no se cumplido debido a la falta de continuidad en los programas de cada alcaldía.
En definitiva, la conclusión final de la mesa técnica se resume en que "el plan no logró posicionarse como el instrumento interinstitucional e integral de gestión de la calidad del aire de la ciudad" y por ende, los bogotanos siguen asumiendo las implicaciones que esto a nivel ambiental y de salud.