Aunque desde el pasado 17 de diciembre los diálogos de La Habana están en receso hasta mediados de enero, el proceso de paz no estuvo fuera de los titulares en esta temporada de fin de año. Tras la declaratoria de cese al fuego indefinido y condicionado, las Farc incluyeron un nuevo integrante a su delegación. Se trata de Joaquín Gómez, el comandante del bloque sur, quien viajó a Cuba con autorización de la Casa de Nariño a integrar la subcomisión del fin del conflicto. La presencia de Gómez, el último de los miembros del Secretariado en participar de las conversaciones, envía varios mensajes. El primero es la ratificación del respaldo de todas las estructuras de las Farc al proceso de paz con el gobierno Santos. Una de las preocupaciones permanentes de las negociaciones ha sido qué tan unidos están los frentes guerrilleros para que, en la eventualidad de un acuerdo final, obedezcan las directrices de su cúpula, se desmovilicen y abandonen las actividades ilícitas. Con Joaquín Gómez en la Mesa de La Habana se confirma que toda la comandancia de las Farc se integra a los diálogos. Un segundo mensaje toca al tema que llega el jefe del bloque sur a debatir: la dejación de armas y el fin del conflicto. Esa subcomisión de la mesa, que tendrá como contraparte del Estado al general Javier Flórez, tratará temas de desarme, desmovilización de la guerrilla y la transición del conflicto al posconflicto. Ante lo delicado de los últimos temas de la agenda como la justicia y las víctimas, la presencia de cinco de los más altos comandantes de las Farc en Cuba fortalece la negociación. Una segunda noticia sobre la paz en medio de las festividades de fin de año tuvo como protagonista al expresidente Álvaro Uribe. El hoy senador del Centro Democrático respondió a una carta del excomisionado de paz Luis Carlos Restrepo con la propuesta de un “órgano legislativo transitorio” como mecanismo para “la discusión, aprobación, rechazo o modificación” de los eventuales acuerdos entre gobierno y guerrilla en La Habana. Ese cuerpo sería elegido popularmente y es la alternativa uribista al referendo que la Casa de Nariño convocaría el mismo día de los comicios locales de octubre. El ‘congresito’ que propone el jefe de la oposición no tendría el alcance de la asamblea constituyente que impulsan las Farc ni tampoco el carácter expedito del referendo o consulta popular. Si bien es pronto para saber hasta dónde el Centro Democrático promoverá esta iniciativa, un órgano de esa naturaleza reflejaría la actual diversidad política del electorado, es decir, tendría un bloque uribista dentro de la refrendación de los acuerdos de paz. Un tercer hecho con el que arranca 2015 es el estado del cese al fuego indefinido y condicionado que las Farc decretaron desde el pasado 20 de diciembre. Hasta el cierre de esta edición, el cese de hostilidades guerrilleras se mantenía en todo el territorio nacional. No obstante, en su cuenta de Twitter el 31 de diciembre la propia guerrilla envió un trino donde denunciaba “la tregua asediada” y alertaba sobre hechos “provocadores” de las Fuerzas Militares que podrían poner en riesgo esa decisión. De hecho, las autoridades anunciaron la captura de Richard, segundo cabecilla de la columna móvil Teófilo Forero, en combates que se presentaron en Huila. Dado que el gobierno rechazó las condiciones de las Farc para el cese al fuego, la Fuerza Pública ha continuado los operativos y acciones militares. El reporte oficial refleja una situación que, en teoría, violaría los requisitos de la guerrilla sobre el cese de hostilidades. Sin embargo, hasta el momento las Farc no se han pronunciado sobre el caso del cabecilla capturado. Para el Cerac, centro de estudios sobre el conflicto, entre el 20 de diciembre y el 1 de enero las Farc han cumplido su cese al fuego autoimpuesto y tampoco se registraron acciones de la Fuerza Pública –con excepción de los combates en Algeciras donde cayó Richard–. De acuerdo al monitoreo que hace ese centro, “La reducción de la violencia asociada al conflicto armado ha sido sustancial en lo transcurrido del cese unilateral”. Que la guerrilla mantenga su cese al fuego y no se hayan registrado acciones violatorias envía un mensaje optimista a la Mesa de diálogos. Uno de los objetivos de este tipo de medidas, así sea unilateral y no aceptada por el gobierno, es la disminución de los hechos asociados a la guerra. De mantenerse esa reducción que registra el Cerac por un periodo suficiente, la opinión pública podría moderar su escepticismo sobre el proceso de paz y ambientar la refrendación de los eventuales acuerdos. Por último, la próxima semana arranca la reunión en Cartagena del presidente Santos con el equipo de negociadores del gobierno y un grupo de asesores y expertos internacionales de paz. El primer mandatario escuchará los consejos, entre otros, del salvadoreño Joaquín Villalobos, excomandante guerrillero del FMLN, de Jonathan Powell, jefe de gabinete del ex primer ministro británico Tony Blair y del excanciller israelí Shlomo Ben Ami. Estos dos con experiencia en discusiones de paz en Irlanda del Norte y Medio Oriente respectivamente. El encuentro se dará a puerta cerrada y hace parte de la planeación anual del gobierno de la estrategia en la Mesa de negociaciones para 2015. El tiempo corre en contra del proceso de paz porque la opinión pública espera que en este año ambas partes lleguen al acuerdo final. Asimismo, una pronta refrendación de ese acuerdo podría blindarlo con legitimidad popular y mejorar las condiciones de su aplicación. Como el propio presidente Santos escribió el pasado 31 de diciembre en su cuenta de Twitter: “Los invito a que trabajemos para que el 2015 sea el año de la paz”.