El 2 de junio de 2018, a las 7:18 de la noche, el joven abogado Diego Cadena y el expresidente Álvaro Uribe sostuvieron una inquietante conversación telefónica que grabó el CTI de la Fiscalía. La Corte Suprema de Justicia, en investigación reservada, había ordenado interceptar a Cadena porque extrañamente este abogado, sin ser apoderado de Uribe, estaba recorriendo prisiones dentro y fuera del país para obtener testimonios que terminaban remitidos a los despachos de los magistrados. Y el testigo clave contra el expresidente, Juan Guillermo Monsalve, había alertado a la corte de que Cadena, supuestamente, lo estaba presionando para que se retractara. La llamada en cuestión importa por varias razones. En esa conversación el abogado le informó al expresidente que una magistrada auxiliar de la Corte Suprema, Sandra Yepes, había visitado “hoy sábado en la tarde” al paramilitar y testigo Carlos Enrique Vélez, preso en la cárcel de Palmira. “Presidente, regularmente la corte opera de lunes a viernes por eso le dije yo en el mensaje ¿hoy sábado la corte visitando a este señor?”. Y Uribe le preguntó: “¿Pueden estar en qué?”. A lo que Cadena respondió: “Presidente, están buscando pruebas pero están trabajando demasiado rápido porque un sábado yo nunca he visto en los años que llevo de ejercicio profesional que la corte vaya a hacer una diligencia un sábado, por Dios, de pronto en el exterior sí pero en el país no”.
FOTO: Carlos Enrique Vélez dice que Cadena le pagó por su testimonio. Este presentará chats, papeles y audios para desvirturarlo. En la llamada, Cadena dice explícitamente que Vélez le dio la información que le trasmite a Uribe. Pero resulta curioso, y hasta misterioso, que para ese momento ningún magistrado auxiliar había hablado con Vélez ni lo había visitado, mucho menos un sábado. Sí es cierto el nombre de la funcionaria, Sandra Yepes, en ese momento auxiliar del magistrado José Luis Barceló, presidente de la Corte Suprema e instructor de la investigación. ¿Cómo podía saber Vélez, preso en Palmira, que realmente esa persona estaba investigando el caso?
En el diálogo Uribe preguntó insistentemente al abogado: “¿Y qué orientación tendrá esa magistrada auxiliar?”. A lo que Cadena le respondió: “Presidente, el señor no informa absolutamente nada más, simplemente anotó el nombre de la magistrada. No tengo conocimiento de ella… Pero ya investigué y sí trabaja en la corte, estoy averiguando de dónde es…”. Este lunes, cuando Cadena comparezca ante la Sala de Instrucción de la corte para rendir su testimonio, buena parte de los interrogantes girarán en torno al nombre del testigo Vélez y a la llamada del 2 de junio de 2018. Una pregunta clave será si fue realmente Vélez quien le mencionó a la magistrada auxiliar cuando la visita a la cárcel nunca existió. “Presidente, el señor no informa absolutamente nada más, simplemente anotó el nombre de la magistrada. No tengo conocimiento de ella… Pero ya investigué y sí trabaja en la corte, estoy averiguando de dónde es…”. Solo dos meses después de esa llamada, el 24 de julio de 2018, la corte notificó a Uribe de la apertura formal de investigación en su contra, y allí mismo lo citó a rendir indagatoria por presunta manipulación de testigos. La fecha es muy recordada por la reacción inmediata del expresidente. “La honorable Corte Suprema me ha llamado a indagatoria, me siento moralmente impedido para actuar como senador y al mismo tiempo adelantar mi defensa. Por lo anterior renuncio al Senado de la República”, dijo Uribe por Twitter. Tras esto el abogado Jaime Granados, este sí apoderado del expresidente en la corte, acudió al Palacio de Justicia para recibir copia del auto y de los respectivos anexos del expediente. Se supone que solo en ese momento la defensa del exmandatario conoció las evidencias, incluyendo miles de interceptaciones y seguimientos. Pero las propias labores de investigación del CTI sobre Diego Cadena indican que este tenía información del trabajo reservado de la corte desde mucho antes. En Bogotá y Cali los investigadores, con audios y trabajo de campo, les siguieron los pasos a Cadena y establecieron que el joven abogado le reveló al expresidente Uribe que las autoridades les hacían interceptaciones y seguimientos. Efectivamente, la corte tenía monitoreada una línea del expresidente y las de varios de sus asistentes, además de la del propio Cadena. “Se infiere que quien dio la información a Álvaro Uribe y a Fabián (asistente del expresidente) respecto a la intervención de las líneas telefónicas del señor Uribe y las de su núcleo fue el abogado Diego Cadena”, dice un analista del CTI en un informe de resultados del 8 de junio de 2018 dirigido a la corte.
En el expediente hay innumerables registros de Cadena de visita en cárceles en el país y el extranjero para hablar con narcos presos, algunas veces en compañía de agentes de la DEA. El abogado tiene muchos contactos en la embajada de Washington en Bogotá, y pasa la mitad del tiempo en Estados Unidos, a donde se desplaza en su avión privado. Como abogado se especializa en convenir entregas y sometimientos de narcos a la justicia gringa. En síntesis, las evidencias parecen señalar que mientras que la corte investigaba bajo reserva, Cadena adelantaba su propia contrainvestigación. En Bogotá y Cali los investigadores, con audios y trabajo de campo, les siguieron los pasos a Cadena y establecieron que el joven abogado le reveló al expresidente Uribe que las autoridades les hacían interceptaciones y seguimientos. Dentro de las labores de investigación del CTI también figura un seguimiento a Cadena el 20 de marzo de 2018 en Bogotá. Ese día el abogado visitó al testigo Juan Guillermo Monsalve en la cárcel y luego fue al Hotel Tequendama para reunirse con el expresidente Uribe. En el parqueadero del lugar se encontró con varias personalidades del Centro Democrático, como Francisco Santos y el senador Ciro Ramírez (ver fotos). “Ese día yo fui al Hotel Tequendama y me reuní con Uribe en el piso octavo, le llevé un mensaje de Monsalve”, le explicó Cadena a SEMANA.
FOTO: Juan Guillermo Monsalve fue el primer testigo en señalar a Diego Cadena. El abogado dice que se trató de una trampa. Según el abogado, Monsalve envió tres razones al expresidente: 1) Que le ofrecía excusas por haber hecho falsas declaraciones contra él y su familia. 2) Le solicitó seguridad porque anticipaba que al retractarse tendría muchos enemigos peligrosos. 3) Finalmente, le pidió que el ganadero antioqueño Juan Guillermo Villegas, amigo común, le confirmara que Cadena era apoderado del expresidente para hacerle entrega de su carta de retractación. “Uribe –dice Cadena– respondió: ‘Dígale que no hay ningún problema, que solo le pido que diga la verdad, que haga todo por encima de la mesa y que le pida la seguridad a la corte’”. El abogado también asegura que en ese momento Uribe tomó un teléfono y llamó a Villegas para enviar el aval del abogado. Cadena insiste en que Monsalve estaba tratando de hacerlo caer en una trampa para dar la impresión de que estaba forzando su retractación ante la corte. Hasta hace unas semanas la versión de Monsalve era el único problema en ese sentido. Pero el paramilitar Carlos Enrique Vélez –mencionado en la interceptación del 2 de junio– pasó por el estrado e hizo una declaración explosiva. Aseguró, con recibos en mano, que el abogado Cadena le hizo varios giros a cambio de obtener un testimonio favorable al expresidente Uribe.
El CTI le siguió los pasos a Cadena. En un video quedó el registro de una reunión en el Hotel Tequendama. Al llegar se encuentra con el senador Ciro Ramírez y con Francisco Santos. El abogado llevará este lunes a la corte una serie de elementos para tratar de desvirtuarlo. Cadena dice que Vélez inicialmente le dio un testimonio espontáneo en el que aseguró que el senador Iván Cepeda ofreció beneficios a presos para que incriminaran a Uribe, y que varios paras se montaron en ese bus. El abogado admite que le dio pequeños aportes, de cerca de 200.000 pesos, a Vélez para los gastos de llamadas a fin de que el preso contactara a otros paramilitares que podría dar testimonio. Y que en un momento, como ayuda humanitaria, le giró 2 millones de pesos, pero para auxiliar a un hijo pequeño de Vélez que estaba moribundo en una clínica.
“Yo sabía que eso era delicado y podía ser un problema, por eso me asesoré. Di la instrucción de ir a una notaría y dejar en declaración todo con los chats y demás elementos que evidencian que se trató de un auxilio humanitario”, dice Cadena. El abogado recalca que también por orden suya nunca hubo plata en efectivo sino giros “para que de todo quedara la estela”. SEMANA también le preguntó al abogado cómo supo que la corte estaba monitoreando al expresidente Uribe y su entorno laboral cuando se adelantaba la investigación bajo reserva. Al cierre de esta edición Cadena no había respondido. El abogado prefiere entregar esas explicaciones ante los magistrados.