Desde hace más de un año, en la Fiscalía de Cúcuta se libra una dura batalla legal que involucra a dos de las marcas más queridas por buena parte de los habitantes de esa ciudad: la centenaria empresa Café Galavis y la Caja de Compensación de Norte de Santander (Comfanorte), una de las que más recursos y personas emplea.Por una parte, don Lino Galavis, el hombre que asumió de joven la floreciente empresa Café Galavis Excelso tras la muerte de su padre y la consolidó como una de las marcas más importantes en Norte de Santander, busca a sus 97 años que quienes actualmente controlan la empresa se la regresen a él y a sus hijos. Además de este enfrentamiento familiar, el reconocido empresario tiene centradas las pocas energías que aún conserva en una investigación que adelanta la Fiscalía, en la que busca defender su honra y que su nombre no sea usado para abusar de los recursos públicos.Puede leer: 12 recomendaciones de la Comisión del Gasto que cambiarían la inversión pública en ColombiaGalavis se enteró, hace un año, que Claudia Cecilia Uribe, directora de Comfanorte, juró y certificó que de joven había trabajado durante 10 años, entre el 1 de enero de 1979 y el 30 de junio de 1988, como su auxiliar administrativa por medio de un contrato verbal. Esto dentro del proceso que adelantó para obtener su pensión, primero en Protección y luego en Colpensiones. La misma directora de la caja familiar hizo esta afirmación en una declaración juramentada en la Notaría Segunda de la capital nortesantandereana el 20 de junio de 2015, en la que reconoció que lo hacía con el propósito de tramitar el cálculo actuarial para solucionar las omisiones de su empleador y convalidar esas semanas en su historia laboral.En el expediente hay numerosos testimonios de empleados y exempleados que dicen que nunca vieron a Uribe trabajar en la empresa de Galavis, a la que supuestamente entró a la edad de 16 años y desde donde pudo estudiar su carrera.Además de esta declaración, en el proceso Uribe habría anexado varios documentos que Galavis y sus abogados dicen nunca haber firmado. Y es más, denuncian que al empresario le falsificaron cuatro veces su firma, como ya comprobaron el CTI y una compañía privada de investigadores.Supuestamente, el mismo día en que Uribe fue a la Notaría Segunda para hacer su declaración juramentada, también aparece otra de Galavis, en la que reconoce que Claudia Cecilia Uribe trabajó para él en las mismas fechas, cargos y remuneraciones afirmados por ella. Por lo menos así lo certificó el notario, a pesar de que varios familiares y empleados dijeron en la Fiscalía que don Lino nunca salió durante esos días de su casa debido a su edad y estado de salud.Le recomendamos: Laboralistas de la corte dejan sin pensión de alimentos a magistrada ContoAdemás, apareció otro documento, firmado el mismo 20 de junio, en el que Galavis autorizó a Edna Cecilia Cordero Rodríguez para que adelantara a su nombre y representación la solicitud del cálculo actuarial de lo que había dejado de pagar a la señora Uribe. De igual forma, a Colpensiones llegó, días después, otra carta firmada por el señor Galavis, en la que solicitaba hacer el cálculo para adelantar la pensión de la directora de Comfanorte. Finalmente, tras un largo proceso, apareció un pago de 49.733.868 pesos atribuido al antiguo dueño del Café Galavis, que finalmente le permitió a Uribe, hasta donde se sabe, sustentar el tiempo que necesitaba para trasladar su cuenta del régimen privado de pensiones al de prima media. El empresario dijo que nunca depositó ese dinero y que lo suplantaron abusivamente la señora Uribe y otras personas con el fin de beneficiarse ilegalmente del régimen de transición de la Ley 100.Galavis dijo a la Fiscalía que no conoce a la señora Uribe, que nunca trabajó para él o para su empresa y que todos los documentos y pagos que aparecieron en el proceso de pensión de la directora de Comfanorte son falsos. Incluso, sus abogados dijeron que a pesar de que la propia Fiscalía tiene pruebas que demuestran todo esto, el proceso está prácticamente congelado desde hace un año.En el expediente hay numerosos testimonios de empleados y exempleados que dicen que nunca vieron a Uribe trabajar en la empresa de Galavis, a la que supuestamente entró a la edad de 16 años y desde donde pudo estudiar su carrera. Solo la respalda el testimonio de la sobrina de Galavis, una de las mejores amigas de la directora de la caja de compensación.Confidencial: Colpensiones busca a 538.000 colombianosSEMANA intentó hablar con Uribe sin éxito. Sin embargo, en la Fiscalía ella dijo que las denuncias en su contra son totalmente incoherentes frente a la cantidad de pruebas documentales y testimoniales que dan fe del “vínculo laboral que sí existió entre el señor Galavis y la suscrita”, más cuando el propio empresario adelantó los trámites. Además, dijo que todo se trataba de una retaliación que busca afectar su buen nombre por la cercanía de ella con la familia Yáñez Delgado, que hoy controla Café Galavis y tiene dividida y enfrentada a la familia.Ojalá la autoridades aclaren lo ocurrido, más cuando de por medio hay personas y empresas reconocidas en Cúcuta, que como Comfanorte, manejan recursos públicos y de los colombianos.