En la tarde de este viernes, 4 de octubre, se llevó a cabo el Encuentro Nacional de Reparación Colectiva en presencia del excomandante paramilitar Salvatore Mancuso. Sin embargo, durante el evento hubo un momento de tensión.
Una de las víctimas del conflicto que asistieron al evento solicitaron la palabra para intervenir, pero la directora de la Unidad de Víctimas, Lilia Solano, le negó la petición y pidió que hablara con Mancuso en privado.
“Compañeros, les pido un favor, hay una voz de otras víctimas. Ella va a hablar con él (Mancuso) la señora baje y hable con él para que el señor Salvatore Mancuso pueda hablar con ella. Vamos a seguir con el cronograma”, dijo Solano ante el público presente.
La situación provocó malestar entre varios asistentes, quienes consideraron el evento como una forma de revictimización y manifestaron su descontento con la gestión de la entidad del Gobierno Petro.
Por lo tanto, las víctimas demandan que se cumplan los compromisos establecidos en el contexto de la reparación colectiva, un proceso esencial para la reconciliación en Colombia.
Este acontecimiento pone de manifiesto las tensiones que persisten en los procesos de reparación, donde las víctimas siguen en busca de espacios para la justicia y la verdad. Insisten en ser escuchadas en estos eventos que, en teoría, deberían estar diseñados para asegurar su dignidad y participación.
Mancuso pidió perdón a la víctimas
El 3 de octubre, desde el coliseo Miguel ‘Happy’ Lora, en Montería, el exjefe paramilitar, ahora gestor de paz del Gobierno, pidió perdón a la comunidad de Córdoba, por las acciones criminales que cometieron las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
“Y estoy yo, que fui uno de los máximos comandantes de las autodefensas responsables de la tragedia humanitaria que padeció este departamento. Empuñé un fusil en el pasado pensando que hacía lo correcto. ¡Qué equivocado estaba! No sabía en ese momento lo que sé ahora, que en la guerra no existen ganadores”, dijo Mancuso.
Y avanzó en su declaración: “Todos somos perdedores. Y aquí estamos, a pesar de las diferencias ideológicas y políticas del dolor y las heridas aún abiertas, convocados en un objetivo común, la restitución de los derechos integrales de las víctimas. Parar la guerra y lograr la paz con el compromiso de que estos hechos no se vuelvan a repetir”.
En un mensaje a los pobladores, asumió su responsabilidad “por tanto dolor, sufrimiento y lágrimas. Por el despojo de tierras. Por los vejámenes a los que fueron sometidos a través de las órdenes que impartía a los hombres y mujeres que estuvieron bajo mi mando en las autodefensas”.
Y avanzó: “Desde lo más profundo de mi corazón les pido perdón. Perdón por ello y ratifico la promesa hecha ante la justicia, ante Dios y ahora ante ustedes, de que de mi parte estos hechos nunca más se volverán a repetir. Cuando miré por primera vez a los ojos a las víctimas en las primeras audiencias de Justicia y Paz, fue cuando pude dimensionar el dolor”.
Mancuso también afirmó “que ese dolor no solamente lo causamos a las personas que ultimamos, que asesinamos, que ejecutamos, sino a toda su familia, a todo su entorno, a sus amigos, a la región. El daño causado fue terrible y a partir de ese momento empecé a cambiar”.
“Ya no soy aquella persona que pide un comandante de autodefensas. Hoy soy una persona que estoy comprometido con redimir todo el daño, el dolor que les causé”, sostuvo el exjefe paramilitar.