Hasta hace unos años el norte de Antioquia fue territorio del frente 36 de las Farc, que imponía sus reglas en la zona e impedía que bandas criminales llegaran a sacar de las montañas pasta base de coca.Una disidencia de ese frente, comandada por alias Cabuyo, ha vuelto a la zona y quiere amedrentar a los empresarios y a las administraciones municipales. Justo la noche de este miércoles un grupo de trabajadores de Hidroituango que se movilizaban en un bus fueron atacados a tiros por dicho grupo.Según la secretaria de Gobierno de Antioquia, Victoria Eugenia Ramírez, “el bus sufrió un hostigamiento, tiros de bala sobre el vehículo. No hubo ni heridos ni daños de gravedad”, y precisó que todo ocurrió en sector conocido como Los Naranjos, en el municipio de San Andrés de Cuerquia.Este ataque haría parte de un plan criminal contra las empresas que hacen presencia en la zona, pues hace unos días se conoció un comunicado intimidatorio que dice: “Somos el frente 36 de las FARC EP se les comunica que a partir del día que reciban este comunicado, todos los que trabajen en estas empresas: EPM, SELCIA (sic), HIDRO TURBINAS, CONSORCIO CC, PROVIAS, MINCIVIL, CONSTRUMEC, entre otras. No deben de seguir trabajando hasta nueva orden por el no pago a la organización. NO SE RESPONDERÁ POR NINGUNO DE LOS QUE ALLÍ SE ENCUENTRAN LABORANDO PUES SERÁN DECLARADOS OBJETIVO MILITAR”.El comunicado ha generado inquietudes entre los funcionarios de las empresas y en la alcaldías, pues ya se habla de que un grupo fuertemente armado está patrullando en el norte de Antioquia, algunos de estos hombres hacían parte de las zonas veredales y estaban ayudando a desminar la región. Sin embargo después de varias amenazas volvieron al monte, le confirmó a SEMANA una fuente en la región.Por su parte, la secretaria de Gobierno aseguró que a todas las empresas se les están brindando acompañamiento por parte del ejército, pues en el momento aumentó la producción de cocaína en la región, por lo que los grupos armados quieren pescar en río revuelto. Hace unas semanas la disidencia de las FARC quemó un helicóptero que se usaba para transportar material en Hidroituango, a 500 metros del casco urbano de Toledo.Varios líderes campesinos han denunciado que la disidencia los está obligando a abandonar la sustitución de cultivos, pues quieren redoblar la producción de coca.