Hace poco, la comunidad de Tumaco, en el departamento de Nariño, se estremeció con la noticia que adentro del hospital dos personas habían sido asesinadas. Los hechos sucedieron el 15 de junio y los tumaqueños aún no se explican cómo pasa eso en un lugar en el que se deben salvar vidas.
Para el crimen, los sicarios utilizaron pistolas con silenciador. El homicidio, al escuchar el relato de los investigadores, pareciera que hubiese sido sacado de una película de acción. Los dos sujetos habían llegado gravemente heridos al centro asistencial, en donde los atendieron y los ubicaron en habitaciones para tenerlos monitoreados debido a su delicado estado de salud.
Los heridos habían sido trasladados luego de haber estado en enfrentamientos contra otros peligrosos delincuentes. Según la investigación, con personas de la estructura de José Washington Alava Arboleda, conocido con el alias de “Ñaño” o “Eduardo”, primo del fallecido alias Guacho.
Alias Ñaño, aseguró la Policía Antinarcóticos, dio la orden a sus hombres mediante mensaje de texto para que terminaran el trabajo, es decir, entraran al hospital para asesinar a sus enemigos.
“El trabajo efectuado mediante labores de Policía Judicial en la región, permitió a las autoridades establecer la participación de alias Ñaño con el sicariato de dos personas en el hospital de Tumaco en días pasados”, explicó la Policía.
Agregó la autoridad que “los heridos habían ingresado al centro asistencial luego de una confrontación armada en zona rural del departamento de Nariño, en donde se disputan el control territorial por el tráfico de alcaloides. Ñaño fue avisado de la llegada de estas personas en grave estado de salud, uno de sus informantes le dio señales claras de la habitación y el piso en donde estaban recluidos recibiendo la atención médica”.
Con la información en sus manos, dice la Policía, Ñaño dio la orden a sus matones para que llegaran hasta donde se encontraban los heridos y los asesinaran.
La orden fue clara. Ñaño escribió por mensaje de texto a su interlocutor: “hay que ingresar hasta el hospital y ultimar a esas dos personas que hacen parte de las disidencias del Frente 30 de las Farc de Iván Mordisco”, detalló la Policía.
De inmediato, dos sujetos ingresaron hasta la habitación en donde estaban internados y utilizando armas con silenciadores dispararon contra los heridos.
De acuerdo con la Policía, Ñaño es primo de Walter Patricio Arizala Vernaza, alias Guacho, quien fue el cabecilla de la estructura Oliver Sinisterra de las disidencias de las Farc. Guacho, como se recodará, murió en una operación militar en el año 2018.
Sobre el capturado se conoció por parte de la Policía que venía sembrando el terror en zonas como Chilvi, Candelillas y Cajapí, con acciones como secuestros, homicidios selectivos y extorsiones contra la comunidad y otros grupos armados en la región.
Había llegado a Tumaco a participar de las fiestas regionales, pero fue delatado a través de una llamada que recibieron las autoridades, la fuente humana entregó las características del personaje.
“Información recibida a la Línea 167 denunciaban de la llegada de alias Ñaño a las festividades anuales en Tumaco, el pasado fin de semana, la excéntrica vida rodeada de lujos, su gusto por las joyas y el consumo de licores costosos, eran apenas algunas de sus aficiones; las mujeres y los caros obsequios que regalaba fueron las pistas que las autoridades siguieron para dar con su ubicación”, reveló la Policía Antinarcóticos.
Para no levantar sospecha, Naño se despojaba de su vestimenta guerrerista cuando llegaba al casco urbano de Tumaco, y su escolta personal estaba conformada por apenas dos hombres, con el propósito de no llamar la atención.
“Se sabe que Ñaño financiaba una red de informantes en Tumaco, personas al servicio de las organizaciones criminales que dan aviso constante de los movimientos de la Fuerza Pública en la región, esto nos ha obligado a redireccionar las estrategias operativas en contra del narcotráfico”, afirmó el coronel José James Roa Castañeda director (e) Policía de Antinarcóticos.