Después de muchos aplazamientos, este martes la Fiscalía General por fin, luego de superar varios líos por la traducción, pudo presentar el escrito de acusación en contra de John Nelson Poulos por su participación e implicación directa en los hechos que rodearon la muerte de la DJ Valentina Trespalacios, cuyo cuerpo sin vida fue hallado en cercanías a un basurero en la mañana del pasado 22 de enero, en la localidad de Fontibón, occidente de Bogotá.
La presentación del escrito se dio después de que el juez 10 de conocimiento de Bogotá rechazara de manera tajante la petición de anular todo lo actuado en este proceso por una supuesta violación al debido proceso del ciudadano estadounidense. El funcionario judicial fue claro al indicar que en las audiencias celebradas en enero Poulos tuvo varios espacios para hablar con su abogado de confianza con el fin que le explicara lo ocurrido y los cargos por los que estaba siendo investigado.
“Esto independientemente de que en Wisconsin no se hable del delito de feminicidio o no se considere como tal en su legislación”, advirtió el juez en referencia a la posición del ciudadano estadounidense, quien reclamó que desconocía la existencia de este tipo de delitos puesto que en su ciudad de origen no se utilizaba.
El fiscal del caso anunció que, atendiendo las peticiones de la Procuraduría General y la defensa de víctimas reconocidas, se hicieron adiciones al escrito de acusación principal con el fin de aclarar los alcances de la conducta de Poulos.
“La Fiscalía lo acusa a usted de generar agresiones a Valentina Trespalacios, sufrimientos por los golpes en la cara y extremidades, así como el estrangulamiento que le generaron la muerte, así como violencia psicológica por sus constantes celos y amenazas, así como que había contratado un investigador privado para controlarla”, advirtió el delegado del ente investigador.
Igualmente, se manifiesta que con sus actos afectó la vida e integridad de Valentina mientras sostenían una relación sentimental. “Lo acusa por ejercer actos de instrumentalización de la mujer, contratar a un investigador, tener casos celotípicos, controlar las decisiones de amigos y las decisiones que una mujer toma en su vida”, aclaró el fiscal. “Esto es violencia de género”.
El crimen de la DJ Valentina Trespalacios
En el escrito de acusación se indica que el ciudadano estadounidense, entre el 19 y 22 de enero de 2023, convivió en el apartamento que había alquilado por medio de una aplicación en el norte de la capital de la República. Durante estos días, como revelan las historias de Instagram publicadas por la joven, estuvieron en diferentes eventos en Bogotá.
Pese a que a su llegada al país Poulos le aseguró que quería quedarse definitivamente a vivir en Colombia y comenzar una nueva etapa en la relación, lo cierto es -y como arrojaron las pruebas- que el estadounidense solamente alquiló por cuatro días el apartamento 802 del edificio Kapodocia, en la calle 101 con 21.
En la madrugada del 22 de enero, según revelan las pruebas técnicas, la golpeó en el cuerpo de manera violenta y en repetidas oportunidades y, acto seguido, procedió a estrangularla. Posteriormente, y con toda la sangre fría, empacó su cuerpo en una maleta de viaje, metiéndola a la fuerza y dejando su cabeza por fuera.
Tras ocultar todo con una sábana, la sacó del apartamento, subió la maleta a un carrito de supermercado y entró al ascensor para posteriormente dirigirse al estacionamiento donde se encontraba un vehículo que también había arrendado y con el cual se movilizó en su estadía en Bogotá.
Pocas horas después, arrojó la maleta en un basurero. Después, eliminó varias conversaciones que estaban en WhatsApp para posteriormente botar el celular en un parque cercano. “En su proceso de huida de Colombia, se dirigió al aeropuerto El Dorado con la finalidad de abordar un vuelo con destino a la ciudad de Panamá”.
En el escrito de acusación de diez páginas, la Fiscalía General sostiene que -teniendo en cuenta las declaraciones de familiares y amigos de Valentina, así como las pruebas periciales- permiten concluir que John Poulos era un celópata y controlador. “Le inspeccionaba y vigilaba las redes sociales a Valentina Trespalacios Hidalgo con la finalidad de conocer quiénes eran sus seguidores y amigos, luego le hacía reclamos por su comportamiento o el de sus amistades hacia ella”.
Varios testigos coincidieron en afirmar que el estadounidense la acusaba directamente de ser infiel, para lo que incluso llegó a contratar a un investigador privado para que le realizara seguimientos en un evento de DJ que se realizó en Bogotá.
Este acto, para la Fiscalía General “afectaba la integridad moral y psicológica de la víctima en razón a que le hacía ver como un objeto de su propiedad por el hecho de apoyarla económicamente mediante remesas o giros dinerarios, pretendiendo limitarle su vida social y laboral”.
El ente investigador destacó además el hecho que Poulos se aprovechó de su peso y estatura para “dominar y reducir” a la joven, quien era de “corta estatura y contextura frágil, y así poder agredirla físicamente y estrangularla, la víctima no pudo defenderse dada la inferioridad o desventaja física”. En esto recae una de las situaciones más graves de su actuar.
“El señor John Nelson Poulos, actuó con dolo directo de primer grado porque pese a ser ciudadano extranjero sabía que le estaba causando golpes y lesiones físicas a la integridad de Valentina Trespalacios Hidalgo, sabía que ella era mujer, su compañera sentimental y sabía que, al ejercer presión sobre su cuello, en atención a su corporalidad podía asfixiarla y causarle la muerte”.
Para el ente investigador, el crimen fue “sin causa alguna”, solamente motivado por sus celos. Igualmente, con el fin de evitar la acción de la justicia colombiana planeó un escape que tenía como destino final Montenegro, un país europeo con el que Colombia no tiene ningún tipo de tratado de extradición. “El acusado tenía, al momento de ocurrencia del hecho, capacidad para comprender lo ilícito de sus actos y autodeterminarse de acuerdo con esa comprensión de actuar conforme a Derecho, pero resolvió comportarse de manera contraria”.
De ser hallado culpable, Poulos se expone a una condena de 50 años de prisión. SEMANA pudo establecer que el hombre estaría buscando aceptar cargos mediante un preacuerdo; sin embargo, su defensa insiste en que se cambie el delito a un homicidio simple, propuesta que ha sido rechazada por la Fiscalía General.