Mientras se buscaban explicaciones y razones para entender por qué el precio del dólar caía en los primeros meses de este año y comprender su comportamiento hacia el futuro, como en una montaña rusa la tendencia cambió bruscamente: su valor se acercó a los 4.100 pesos esta semana, desde un poco más de 3.700 que tuvo a principios de abril.

Lo que ha pasado con el dólar a lo largo de 2022 ha sido sorpresivo. Al inicio del año, los mercados estaban inquietos, porque en los primeros días hábiles, y cuando aún el país celebraba el Año Nuevo, la tasa representativa del mercado (TRM) rompió la barrera de los 4.000 pesos: alcanzó los 4.084 pesos, una de las cifras más altas en ese momento, superada solo por la del 20 de marzo de 2020, apenas unos días después de comenzar la pandemia, cuando registró 4.153 pesos.

Pero luego vino una profunda caída. Desde la cima de los 4.084 pesos de la primera semana de enero, bajó a 3.704 en cuatro meses, incluso en medio de la guerra entre Rusia y Ucrania. Durante dos semanas en abril, el precio se mantuvo entre 3.700 y 3.770. Pero desde el 19 de abril, cuando registró 3.731 pesos, la TRM ha tenido un rally al alza intenso, y la única tregua que dio fue este viernes al cerrar la jornada perdiendo cerca de 30 pesos.

El escenario es de volatilidad e incertidumbre. Lo más sorprendente es que, como mencionó Felipe Campos, director de Investigaciones de Alianza Valores y Fiduciaria, en un trino, “el peso ha perdido 400 pesos en dos semanas largas y somos la moneda más devaluada desde el 18 de abril. Sin embargo, seguimos siendo top 4 en las monedas más fuertes del mundo en 2022. ‘El dólar nace (temas globales) o se hace (temas internos)’”.

Felipe Campos, director de investigaciones de Alianza Valores. | Foto: ESTEBAN VEGA LA-ROTTA REVISTA SEMANA / REVISTA DINERO

¿Cómo explicar este sube y baja, sus impactos, pero también las expectativas hacia el futuro? Las últimas semanas han sido de gran fortaleza para el dólar. Este tipo de movimientos rememoran lo que pasó en 2014, que llevó su precio de 2.000 a 3.000 pesos, y también la reciente crisis de la pandemia, que desencadenó la recesión de 2020.

“Cuando el dólar en el mundo se mueve de forma tan fuerte, es porque hay un evento macro gigante, y para mí es una posible recesión”, dice Campos. Varios factores llevan a mirar en esa dirección para explicar el repunte del dólar y su fortaleza. La inflación en el mundo no cede y amenaza el crecimiento. Además, los países registran cifras históricas que no veían en décadas. La de Estados Unidos es la más alta en 40 años. En Europa, los aumentos intermensuales han sido los mayores desde finales del siglo pasado. Y Colombia acaba de registrar el índice de precios al consumidor más elevado de los últimos 21 años.

Ranking de monedas emergentes | Foto: Ranking de monedas emergentes

Las decisiones de los bancos centrales para controlar este fenómeno inflacionario empiezan a ser cada vez más fuertes, y los ojos del mundo están puestos en la Reserva Federal de Estados Unidos. Esta semana aumentó sus tasas de interés en 50 puntos básicos. Así, la tasa de referencia llega al 1 por ciento y se trata de un nivel no visto desde la prepandemia, la segunda subida consecutiva y el mayor aumento desde el año 2000. Y se espera que durante el año siga esa senda.

Para Andrés Langebaek, director de Estudios Económicos del Grupo Bolívar, este no es un fenómeno exclusivo de Colombia, sino en buena parte de emergentes, y varios factores lo explican. La guerra de Rusia y Ucrania, que se materializó el 24 de febrero de este año, es un evento traumático que en el corto plazo llevó el precio del petróleo a 130 dólares por barril, y, aunque ha venido bajando, se mantiene por encima de los 100.

Andrés Langebaek, director de estudios del Grupo Bolívar.

El segundo factor tiene que ver con el impacto de la política de cero covid en China, con la que, para atacar brotes de coronavirus, se ordenan cuarentenas, restricciones y aislamientos, paralizando la actividad productiva y logística.

“China se está desacelerando, pero con estos confinamientos va a tener un impacto de corto plazo que va a ser muy duro. Y el menor crecimiento de China significa menor crecimiento de América Latina, especialmente de América del Sur, que produce commodities para ese país. Recuerde que Chile, Brasil y Perú tienen como principal socio a China”, dice Langebaek. Y, añade, lo visto recientemente “es un proceso de depreciación de las monedas de América Latina por efecto de ese menor crecimiento esperado para China”.

En este escenario, mientras que el dólar se mantiene en uno de sus mayores niveles en 20 años, las alertas de una estanflación –bajo crecimiento con alta inflación– debilitan las monedas europeas y le dan mayor impulso a la divisa estadounidense.

Los temores frente a una caída en el crecimiento global aumentan, más aún luego de conocerse los alarmantes resultados de la economía en Estados Unidos, que en el primer trimestre de este año cayó 1,4 por ciento anual. “Y el dólar se ratifica como activo refugio y hemos visto que todas las monedas se han devaluado frente a él. Incluso, el euro está casi a la par del dólar, un fenómeno que no se había visto hace mucho tiempo”, destaca Langebaek.

Juan David Ballén, director de análisis de Casa de Bolsa.

Para Juan David Ballén, director de Análisis y Estrategia de Casa de Bolsa SCB Grupo Aval, todo esto se mezcló y “generó tensión y aversión al riesgo, lo cual se ve en el debilitamiento de las acciones y en la búsqueda de activos en dólares por parte de los inversionistas”. Y señala que otro tema clave es el diferencial de tasas de interés: “Los recursos se van al mercado que ofrezca tasas más altas. Mientras que en Estados Unidos se sigue previendo un incremento de tasas acelerado, en Europa están en plena crisis geopolítica, con tasas bajas y que difícilmente van a subir. Igualmente, en Asia están dando estímulos por el tema de la covid, lo que hace que el diferencial en tasas de interés favorezca tener recursos en dólares. Es un argumento que impulsa la moneda estadounidense”.

¿Qué pasa con Colombia?

En el caso de Colombia, hay una combinación de hechos. Por un lado, el aumento del precio del petróleo ha servido en los últimos meses como una especie de blindaje en medio de un escenario incierto y volátil. Como advierte Campos, “el mundo está premiando a los países que producen materias primas”.

Pero, por otro lado, el riesgo país ha aumentado. “La prima de riesgo Colombia está 100 puntos por encima de la de México, cuando hace un año estaba prácticamente al mismo nivel de México. Lo que pase con la prima de riesgo Colombia es otro de los factores grandes que explica el movimiento del dólar en el país. Y esta prima también puede estar presionada por temas políticos, de cara a la elección presidencial”, dice Langebaek. Coincide con Campos, quien considera que hay un elemento político que también incide en esta mezcla de hechos. Este hace que Colombia, junto con Chile, sea un poco más sensible a los factores externos que el resto de la región.

Una tasa de cambio más alta, como la actual, trae beneficios para quienes cuentan con ingresos en dólares, pues se traducen en más pesos. Como explican en Scotiabank, por ejemplo, esta es una buena oportunidad para los colombianos que reciben remesas del exterior. En el primer trimestre de este año, entraron 2.045 millones de dólares por este concepto, casi 5 por ciento más que un año atrás.

No obstante, también hay afectados con el dólar caro, como quienes tienen ingresos en pesos, pero gastan en la divisa. Es el caso de los que están pensando en viajar al exterior o aquellos que compran e importan productos o servicios.

Un precio alto del dólar también beneficia las cuentas fiscales de la Nación, pues se pueden recibir más recursos por las exportaciones, que han tenido cifras históricas recientemente. Es clave para productos como el petróleo, que no solo se beneficia con la devaluación, sino con precios del barril por encima de 100 dólares. Pero golpea las importaciones de productos terminados y materias primas, impulsando aún más la inflación en el país. También hay un efecto negativo, dado que Colombia tiene una porción de su deuda en dólares y honrarla se vuelve cada vez más caro.

La pregunta es cuánto durará esta racha del dólar y si se consolidaría en el tiempo. De acuerdo con la Encuesta de Expectativas del Banco de la República del mes de abril, 39 analistas proyectan que el dólar en Colombia cerrará el año en 3.778 pesos.

José Ignacio López, director ejecutivo de Investigaciones Económicas en Corficolombiana, considera que, aun cuando habrá mucha volatilidad en torno al dólar, la divisa fluctuará en el rango de los 4.000 pesos por un par de meses. “Es probable que el precio del dólar corrija algo en los próximos días, pero todavía estamos lejos de que la discusión sobre política monetaria en Estados Unidos se cierre. En los próximos meses, vamos a enfrentar una incertidumbre sobre el tamaño del ajuste en tasas que va a implementar la FED, y, hasta que esa incertidumbre no se disipe, será difícil que la divisa vuelva a niveles de 3.700 pesos”, asegura.

Todo indica que el recorrido del dólar por la montaña rusa todavía está lejos de terminar. Falta ver qué tan bruscos serán los movimientos que dará.