Una completa pesadilla está viviendo Segunda Fonseca de Guarín, más conocida como Doña Segunda, la dueña del piqueteadero más famoso de Bogotá, por el cierre preventivo que hizo la Dian por, presuntamente, incumplir con la facturación electrónica.
SEMANA se desplazó hasta el restaurante Doña Segunda y habló con su propietaria Segunda Fonseca de Guarín, de 89 años de edad, quien no ocultó el desespero y la angustia por la que está atravesando.
“Lo que pasó fue un atropello contra mi trabajo, el trabajo de muchas personas que viven del trabajo que yo les doy. Estoy sorprendida porque ellos dicen que fue por un pago que no hice y sí lo hice, y tengo todos los papeles y lo que ellos exigieron está también en funcionamiento”, sostuvo en diálogo con SEMANA.
Y agregó la mujer que lleva 65 años en el negocio de la fritanga: “Espero que el Gobierno me reintegre la plata que yo he pagado a la Dian, que me devuelvan porque me sellaron el negocio y voy a perder un poco de plata no solamente por mi trabajo, sino el trabajo de los muchachos que están a mi cargo, que son como 31 o 30″.
Dijo de manera directa que el sentimiento que la aborda es el de terror frente a lo que está haciendo el Gobierno con las personas que quieren salir adelante.
“Me causó terror, porque dije: yo no le he hecho mal a nadie, he servido a mi barrio, no sé por qué razón haya ido este montón de personas de la Dian, que me causó mucho estrés, pero no era para tanta gente, ni que hubiera sido yo una mujer mala, que estuviera trabajando en el narcotráfico. Yo soy una mujer ya de edad y de mucha seriedad con mis clientes y las personas que trabajan conmigo. Espero que esto se mejore para bien de todos”, señaló.
Y le lanzó un sablazo al presidente Gustavo Petro sobre las promesas que hizo de ayudar a la clase trabajadora:
“Pero ¿cuál?, ¿pero cuál ha sido la ayuda del presidente de la República? Si quiere que todas las empresas le den trabajo a la gente, cómo hace uno si le llegan a atropellarlo de buenas a primeras, sin avisar. Y porque ellos exigieron unas cosas que estaban compradas desde el 2020, y hasta ahora vienen, no una ni dos ni tres ni cuatro personas, sino cantidades... Ni que hubiera sido yo una mujer que le hago mal a la gente, que no tengo mal proceder. De todas maneras, espero que me arreglen mi situación para yo estar tranquila y poderle dar trabajo a la gente que necesita”.
“Señor presidente, dese cuenta que todos los que trabajamos en pro del trabajo de la gente nos están atropellando terriblemente. ¿Qué es lo que pasa? Yo quiero saber qué me corresponde a mí en adelante… Tengo mucho temor a pesar de que yo pago todos mis impuestos, todo es al día lo que exige la Dian, en lo que exige la higiene, en mi casa, donde se prepara la rellena, está acondicionado”.
De la misma manera, Segunda Fonseca de Guarín abrió su corazón y el baúl de los recuerdos, y dijo que empezó con una olla en la esquina del 12 de Octubre hace más de 65 años.
“Inicié en una esquina con una ollita vendiendo la rellena y las papas, lo que es el cerdo y, a medida que íbamos trabajando, mis hijos me ayudaron y hoy tenemos más de 30 personas a mi cargo, que toca pagarles, toca ayudarles y darles trabajo. Y no ha sido fácil, más de 60 años en el negocio. Todo el mundo no puede decir que yo he sido una mala mujer, una mala señora que he trabajado y nadie me ha ayudado. Yo he ayudado mucha gente, en Agua de Dios llevé mucha comida para ayudar a todos los pobres, fui al Eje Cafetero cuando hubo el terremoto de Armenia y entregué mercados”, recordó en el relato con SEMANA.
En la entrevista, doña Segunda estalló en llanto, viendo el sello del cierre de la Dian de su restaurante por el que tanto luchó, manifestando que esta situación la tiene al “borde de la locura”.
“Eso me ha producido mucho dolor y mucha desesperación, porque yo me he portado bien, yo he sido una mujer muy legal en todo mi sentido. No sé por qué fue este atropello tan tenaz, que me tiene en el bordo de la locura”.
El cierre preventivo de la Dian al famoso piqueteadero Doña Segunda fue por tres días, por presuntamente incumplir con la factura electrónica. La familia de Segunda Fonseca de Guarín espera que esa entidad reconsidere esa decisión y le permita seguir trabajando.