"A pedir domicilios", fue la respuesta de decenas de comensales para ayudar a rescatar de la bancarrota a la fritaguería más emblemática de Bogotá. Desde políticos, periodistas, empresarios, artistas hasta sus clientes más fieles se volcaron a impulsar, a través de las redes sociales, el vertiginoso cambio al que se tuvo que adaptar la empresa familiar para sobrevivir a la reciente crisis. El ex vicepresidente Francisco Santos fue uno de los primeros que tomó la palabra para recordar el espacio que se ganó ese restaurante en la vida familiar y la de muchos colombianos. "Mi mamá cuando hacía mercado en la plaza del 12 de octubre me dejaba con ella. Doña Segunda ejemplo que merece salir adelante", dijo.
Con el trino, el funcionario respondía otro mensaje de su hijo Gabriel, representante a la Cámara, en el que compartía su preocupación por la crisis en la que se encuentran decenas de restaurantes que se quedan sin ingresos en medio de la cuarentena obligatoria y corren el riesgo de desaparecer.Según contó el congresista: "Heredé el amor por la morcilla de Doña Segunda de mi papá, quien incluso me celebró un cumpleaños sorpresa allá. Están llevando domicilios a las casas. Ayudémoslos a sobrevivir esta crisis".
Desde que empezó la cuarentena obligatoria, Segunda Fonseca no ha podido volver a la fritanguería. Ahora son sus hijos los que llevan las riendas del negocio. Foto: Karen Salamanca/ SEMANAQuienes sueñan con una buena fritanga en Bogotá, pasan derecho a la Plaza de mercado 12 de octubre. Allí, ni el más aplastante sol de mediodía, ni las largas filas, espantan a los comensales que buscan una canasta llena de morcilla, corazón y bofe. Entre obreros, secretarias, amas de casa, universitarios y políticos, se despachan 600 libras de arroz y hasta 10 cerdos a la semana. Esa fue la escena que se repitió por 63 años, hasta el pasado 19 de marzo.
Ese día, el piqueteadero de Doña Segunda cerró por un mes. La amenaza de propagación del coronavirus los obligó a tomar vacaciones y a buscar un salvavidas para el negocio. “Es como empezar de cero. Incluso, esto es más difícil", cuenta. La clientela está disuelta y experimentando con ensayo y error a esta mujer de 85 le tocó cambiar de estrategia de venta. “En más de seis décadas yo nunca había hecho un domicilio y ahora parece que es el futuro”, explica. Pero la familia Santos no fue la única que se mostró preocupada por el futuro del restaurante: "La rellena de doña segunda es campeona", trinó el presidente de Asomóvil, Samuel Hoyos. Por su parte, Laura Medina manifestó: "La mejor fritanga de Bogotá, toda mi vida mis papás me llevaron a comer donde doña Segunda y hacían filas muy largas. A pedir domicilios". Estas son algunas de las reacciones que despertó el testimonio de una de las 30 chefs más queridos del país sobre lo que le ha tocado vivir para salir adelante. Con más de 9.750 seguidores en Instagram, la fritaguería más famosa de la capital se las arregla para trasladar su modelo de negocio a las redes sociales.