Desde que José Mourinho llegó a España para dirigir al Madrid, el equipo que busca disputarle al Barcelona el título del mejor del mundo, sus ataques contra el conjunto catalán no han cesado. Los ataques del técnico portugués han sido variados y para algunos desquiciados. Ha denunciado desde que existe un complot por parte de la UEFA para favorecer al Barcelona, hasta llegar a insinuar que el hecho de que las camisetas del Barcelona tengan el logo de Unicef es una estrategia para despertar la simpatía en todo el mundo.Este martes, en la previa del segundo partido de semifinales entre el Barcelona de España y el Chelsea de Inglaterra, José Mourinho dijo “no esconderse” y aseguró que espera que el equipo inglés gane el pase a la final. "Si fuera Barcelona con Milán o Arsenal me daría igual pero cuando se trata de Chelsea o de Inter me toca de un modo diferente. No me escondo, me gustaría que la suerte sea para el Chelsea", dijo José Mourinho, en la rueda de prensa que dió antes del partido que su equipo disputará este miércoles ante el Bayern Munchen.Sin embargo, los alegatos de Mourinho contra el Barcelona, no dejan de sorprender por el pasado ‘culé’ del técnico portugués. Durante cuatro años, de 1996 hasta el 2000, José, un desconocido del futbol por ese entonces, caminaba con tranquilidad por los pasillos del Club Barcelona. Era una persona importante para la entidad en el sentido que ayudaba a los jugadores foráneos a entenderse con sus entrenadores. Primero, con Sir Bobby Robson, y luego con Louis van Gaal. La labor de Mou era traducir las ideas tácticas y evitar confusiones.En el recuerdo de su paso por ese club, queda una Recopa de Europa ganada con Robson, además de dos Ligas de España con Van Gaal. Su amor por el equipo azulgrana parecía, por ese entonces, irrefutable.