No hay nada más tradicional que acompañar un gol al último minuto de su país con una cerveza, con celebraciones en la calle, besando a su pareja, saliendo a cantar y gritar con la familia completa y agradecer con el escapulario por ver entrar el balón en el arco. Pero todo eso está prohibido en el Mundial de Qatar, en medio de un régimen autoritario y estricto que parece querer acabar la fiesta del fútbol.
Todo empieza porque Qatar es un país con estrictas leyes musulmanas, por lo cual, por ley, no se permiten ciertas prácticas tan tradicionales de la fiesta del fútbol. En primer lugar, la venta y el consumo de alcohol está altamente restringido, en la mañana del viernes se conoció que la venta de licor estará prohibida en los estadios y en zonas aledañas, solo se permitirá el consumo de cerveza sin alcohol.
Con esta nueva medida, la venta de bebidas alcohólicas, así como de cigarrillos, queda restringida a hoteles y restaurantes con una licencia autorizada por el Gobierno. Para las personas que consuman licor en exceso habrá zonas especiales para su recuperación, de no estar en ellas pueden ser multadas con una cantidad de hasta 900 dólares (4,5 millones de pesos colombianos).
Pero las prohibiciones no paran ahí, ya que la vestimenta está controlada. No se permite ropa que muestre hombros o rodillas y se recomienda evitar prendas escotadas tanto para hombres como mujeres.
Hasta para tomar fotos y videos hay problemas, puesto que cualquier persona que aparezca en una imagen debe autorizarla, mientras que cualquier fotografía de edificios públicos es totalmente prohibida.
Ya son varios los casos de periodistas que han sido recriminados y obligados a borrar grabaciones por haberlas hecho en ciertos espacios públicos, así sea por una intención meramente informativa.
Hay otros artículos prohibidos, como los símbolos religiosos ajenos al islam, ya que es la única fe reconocida por el país por ley. Si bien se espera que dicha norma sea mucho más laxa durante la realización del Mundial, sigue estando dentro de las jurisdicciones del país árabe y, como tal, es algo que está prohibido, pero seguramente solo será mal visto por los locales.
El punto que más ha levantado polémica es el de las manifestaciones de afecto en público, las autoridades han manifestado que “respetar los valores y tradiciones como lo harían en otras partes del mundo. Qatar es una sociedad relativamente conservadora, las demostraciones públicas de afecto no forman parte de nuestra cultura”. Según la ley catarí, es algo prohibido, mientras que las relaciones extramaritales sí serán totalmente ilegales durante el certamen y penado con hasta siete años de cárcel.
De igual manera, las celebraciones por fuera de las zonas delimitadas para los hinchas están prohibidas, por lo que no se verán celebraciones masivas por las calles de Qatar después de que algún país consiga la ansiada Copa del Mundo.
Las multas por violar dicha ley pueden ser de hasta más o menos unos 800 dólares (alrededor de 4 millones de pesos colombianos) y si dichas manifestaciones incluyen alcohol, todo puede ser más grave aún.
Los miles de hinchas que han llegado a Qatar esperan con ansias que ruede la pelota y puedan disfrutar de la altura de la cita más importante del deporte. Pero el Gobierno catarí puede ser un verdadero aguafiestas del Mundial. Sin embargo, preocupa más aún que pueda convertirse en un ente represivo. El país ha intentado dar muestras de tranquilidad, pero todo parece lejano para lograr calmar al mundo.