Recientemente, el International Institute for Management Development reveló el índice de ciudades inteligentes de 2020, el cual fue liderado por Singapur, Helsinki y Zúrich, al tiempo que otras de las principales ciudades europeas cayeron en el ranking.
Adicionalmente, entre los 100 primeros lugares están dos ciudades colombianas. Medellín, capital de Antioquia, ocupó el puesto número 72 del listado, escalando desde la posición 91 en la que quedó en 2019, mientras que Bogotá ascendió seis lugares desde el 98 al 92.
Entre las prioridades para trabajar, según los habitantes de Medellín, están: la polución del aire, la seguridad, los servicios de salud, la asequibilidad a la vivienda y la corrupción en los primeros cinco lugares.
Le siguen, en orden, los empleos satisfactorios, el desempleo, la congestión vial, la alimentación básica, la movilidad social, el transporte público, los espacios verdes, la educación, el reciclaje y la participación ciudadana.
Mientras que en Bogotá, la prioridad para los ciudadanos es trabajar en la seguridad, seguido de la corrupción. El tercer punto más importante para los capitalinos son los servicios médicos, seguido por la polución del aire y el transporte público.
El sexto lugar lo ocupó el desempleo y el séptimo la congestión vial. Los demás factores en los que se centra la atención de los bogotanos, en orden, son los empleos satisfactorios, la vivienda asequible, alimentación básica, la movilidad social, la educación, el reciclaje, las áreas verdes y la participación ciudadana.
Este índice de ciudades inteligentes clasifica las ciudades en función de los datos económicos y tecnológicos, así como de las percepciones de sus ciudadanos sobre lo “inteligentes” que son sus ciudades.
Es así como el Instituto para el Desarrollo de la Gestión, en colaboración con la Universidad de Tecnología y Diseño de Singapur (SUTD), descubrió una serie de hallazgos clave sobre cómo la tecnología está desempeñando un papel en la era covid-19 de una manera que probablemente lo hará permanecer.
Cientos de ciudadanos de 109 ciudades fueron encuestados en abril y mayo de 2020, y se les hizo preguntas sobre las disposiciones tecnológicas de su ciudad en cinco áreas clave: salud y seguridad, movilidad, actividades, oportunidades y gobernanza.
“Por supuesto, es demasiado pronto para sacar las lecciones de la pandemia del coronavirus. Sin embargo, está claro que estamos en una coyuntura crítica, donde la crisis sanitaria aún nos acompaña mucho, mientras que la crisis económica y social que conlleva apenas ha comenzado”, aseguró Bruno Lanvin, presidente del Observatorio IMD Smart City.
“El índice de ciudades inteligentes de este año sugiere que las ciudades que han podido combinar tecnologías, liderazgo y una cultura sólida de “vivir y actuar juntos” deberían poder resistir mejor los efectos más dañinos de tales crisis”, agregó.