Sara Inés Lara Hernández e Isabella Cortés Lara son madre e hija. A ellas las une la misma causa: la conservación, y las convoca el amor por la naturaleza, las aves y el cuidado de los tesoros vivos de nuestro país.
El llamado que ha llevado a estas dos mujeres a lugares lejanos para compartir y liderar causas ambientales en beneficio de la protección de la vida silvestre está ligado a este territorio, al Cauca, considerado el departamento de las aves, ya que alberga más de 1.200 especies, una de ellas el colibrí Eriocnemis Isabellae o Zamarrito del Pinche, una especie endémica de la serranía del Pinche, cuyo nombre hace honor a Isabella Cortés Lara.
Atesoran en el corazón la herencia imborrable de aquella ciudad blanca situada entre las cordilleras del suroccidente colombiano, reconocida por su arquitectura colonial, sus tradiciones religiosas y la exuberante vegetación que la rodea.
Son mujeres valientes que encontraron en la preservación de los ecosistemas una ruta hacia la conciencia ambiental, una forma de vivir y experimentar los entornos desde la educación y el respeto, garantizando su equilibrio presente y futuro.
Decidieron emprender de la mano de la Fundación ProAves el apostolado de conservación de las especies en peligro y del uso de la biodiversidad en Colombia, con un componente de género adicional: las mujeres como agentes de cambio.
“Es vital que las mujeres jueguen un rol activo en la conservación, por lo que alentamos a todas las mujeres que quieren ser guardianes y protectoras de la naturaleza a que se animen a emprender el bonito reto de cuidar el tesoro más valioso que tenemos en el planeta, el medio ambiente y sus especies”, asegura Sara Lara, directora Ejecutiva de ProAves.
A la fecha, más de 5.900 personas han recibido capacitación sobre conservación de las especies y sus hábitats; así mismo, más de 1.600 mujeres han participado de talleres sobre oportunidades económicas sostenibles, con el fin de mejorar sus habilidades en ecoturismo, culinaria y venta de artesanías tradicionales en diferentes regiones como la Sierra Nevada de Santa Marta, en el Magdalena; El Carmen de Atrato, en Chocó; Puerto Pinzón, en Boyacá; Mapiripán, en Meta; Anorí y Jardín, en Antioquia; San Vicente de Chucurí, en Santander; entre otros territorios, después de la pandemia.
“Las mujeres transforman comunidades, trabajar con ellas y capacitarlas, acompañarlas en el desarrollo de sus micronegocios, acordes a una vida sostenible me llena de mucha satisfacción. Más de 1.200 personas, entre hombres y mujeres han accedido a nuestro programa de planificación familiar responsable con procedimientos como implantes, ligadura de trompas y vasectomías”, dice Isabella Cortés Lara, directora de ´Mujeres por la Conservación´.
Sara Inés Lara es reconocida internacionalmente como una de las mujeres líderes de la conservación, comparte la experiencia adquirida en más de dos décadas de trabajo con las comunidades, reproduciendo el mensaje de urgencia para preservar el medio ambiente, en escenarios tan importantes como el foro ´ForWomenInScience´- Foundation L´Oréal-Unesco.
Mientras que su hija Isabella, que encarna a las nuevas generaciones, lidera procesos de transformación de la conciencia ambiental y no desfallece en su intención de unir el mundo científico con la conservación a través del arte, creando estrategias educativas de sensibilización ambiental como la RanaChiva, la cual fue recientemente destacada en el 12 Congreso Mundial de Educación Medioambiental en Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos.
Estas dos mujeres colombianas siguen abriendo el camino para muchas otras, que como ellas, son conscientes del inmenso valor de los tesoros naturales que posee nuestro país.