La inseguridad en Bogotá no da tregua. Consternados se encuentran los habitantes de Chapinero tras una nueva balacera que se registró esta semana, a menos de una cuadra de la alcaldía menor de esa localidad, y dejó como saldo dos personas muertas, en un caso que todavía es materia de investigación por parte de las autoridades.
De acuerdo con la información conocida hasta el momento por SEMANA, este caso sucedió el pasado 26 de agosto a las 11:00 p. m. en una panadería ubicada en la calle 58 con carrera 13, donde un sujeto armado asesinó a otro y dejó herida a una mujer, que posteriormente falleció en un centro médico.
Al parecer, según los testimonios, la víctima masculina (de aproximadamente 25 años) llegó a este lugar tratando de esconderse de sus atacantes, quienes finalmente lo alcanzaron y le dispararon. En esa balacera se vio involucrada una mujer, que al parecer trabajaba en el lugar, y luego del incidente fue llevada a la Clínica Marly, donde falleció a los pocos minutos.
De acuerdo con la Policía Metropolitana de Bogotá, por ahora las autoridades avanzan en la investigación de los hechos que rodearon este caso, mientras agentes de la Sijín tratan de dar con la identidad del homicida, de quien no se sabe nada por el momento.
Este es el tercer caso de balaceras que se presenta en menos de una semana en Bogotá, el primero sucedió el pasado 23 de agosto en inmediaciones del Concejo de la ciudad, donde, según la alcaldesa Claudia López, se trató de un posible caso de uso desmedido de la fuerza por parte de unos escoltas, quienes dispararon al aire para obligar a que se detuviera el conductor de un vehículo que los había chocado.
“Policía de Bogotá me confirma que no hubo ninguna balacera cerca al Concejo como irresponsablemente se difunde. Un vehículo estrelló a otro de una persona protegida con esquema de seguridad y huyó. Como no es normal que alguien huya por una simple estrellada, lo persiguieron”, dijo la mandataria.
Por su parte, el secretario de Seguridad, Aníbal Fernández de Soto, señaló que quien disparó al aire fue un patrullero de la Policía y pidió a la institución investigar los hechos.
Luego de esto, el segundo caso se dio al día siguiente (24 de agosto, en la calle 134 con avenida 19, en la localidad de Usaquén. Los disparos se habrían generado en el barrio Nuevo Country, en inmediaciones al Club Country ubicado en esta zona de la ciudad.
No obstante, la Policía Metropolitana de Bogotá le confirmó a SEMANA que si bien un ciudadano llamó y reportó los tiros, uniformados llegaron rápidamente al lugar para iniciar las investigaciones y hasta el momento no se ha logrado comprobar el hecho.
“Se han estado analizando detenidamente las cámaras de seguridad del sector, pero hasta el momento no se ha logrado comprobar si efectivamente se presentaron tiros en la zona”, le dijeron desde la Policía a este medio.
Masacres golpean a Bogotá, van 19 cuerpos torturados y abandonados en bolsas
A principios de abril, cuando se conocieron los primeros casos de cuerpos abandonados en bolsas en diferentes zonas de Bogotá, la capital del país comenzó a vivir una verdadera película de terror, dominada por el hampa y la barbarie.
En un mes, entre abril y mayo, los casos fueron aumentando indiscriminadamente y la sevicia con la que estas personas fueron asesinadas llamó la atención de las autoridades. Un hombre amarrado de pies y manos, una mujer degollada y tirada al río Tunjuelo y otro hombre con 161 puñaladas lanzado desde una carretilla, entre otros casos, revelaron las aberrantes torturas.
El caso del hombre de 45 años, identificado como Luis Ángel Rodríguez, a quien apuñalaron 161 veces, fue estremecedor. “En la cabeza, la víctima recibió 32 heridas de arma blanca y en el cuello, 34… Murió desangrado”. Así fue el brutal relato de la Fiscalía en la audiencia en la que judicializaron a los dos capturados por transportar los restos del hombre picado. Lo torturaron, lo hirieron y, con el dolor que pudo estar sintiendo, dejaron que muriera lentamente.
Este atroz crimen reveló la existencia de la espeluznante ‘casa de los masajes’ en San Bernardo, a tan solo unas cuadras de la Policía Metropolitana de Bogotá. Esta casa, que se escondía detrás de una fachada de hotel de paso o pagadiario, era para la Fiscalía el centro de torturas y asesinatos de la ciudad, aunque la alcaldesa Claudia López y el secretario de Seguridad, Aníbal Fernández de Soto, intentaron negarlo a toda costa.
Para las autoridades, solo había una razón detrás de estos macabros asesinatos: ajuste de cuentas entre grupos delincuenciales. Así fue como la Policía y la Fiscalía revelaron que el grupo criminal Tren de Aragua, de Venezuela, ejecutaba estos hechos de barbarie.
El pasado 25 de agosto, Bogotá amaneció con una nueva masacre: tres cuerpos, todos hombres, fueron encontrados con signos de tortura en El Amparo, en Kennedy.
Para el secretario Fernández, el Tren de Aragua, efectivamente, es el responsable de los principales hechos de criminalidad en la capital. “Están intentando copar espacios de rentas ilícitas en Bogotá, en otras ciudades y otros países. Pero tengan claro que estamos avanzando con la Policía y la Fiscalía para desarticular esta estructura criminal”, afirmó.
En total, ya son 19 las personas torturadas, masacradas y abandonadas en las calles de Bogotá. Aunque las autoridades tienen claro quiénes están detrás de estos tenebrosos asesinatos, el propio comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, general Carlos Triana, reconoce que solo se han logrado cinco capturas, para un rendimiento del 37,2 % en el esclarecimiento de estos homicidios. La Interpol se unirá a las investigaciones.
La existencia de casas usadas para secuestrar, torturar, asesinar y hasta desmembrar cuerpos, en Bogotá, estaba en duda, hasta que SEMANA las encontró. Ahora es la propia Secretaría de Seguridad del Distrito la que confirma, sin muchos detalles, que las investigaciones revelaron cómo estos centros de tortura son reales y allí se asesinan a personas.