Este lunes se conoció la expulsión de dos ciudadanos venezolanos que fueron capturados el pasado 10 de noviembre en los barrios 20 de Julio y Roma, en el sur de Bogotá. El trabajo de inteligencia inició por cuenta de unas alertas porque estos venezolanos estarían reclutando jóvenes colombianos.
La inteligencia del Ejército fue la primera en advertir que estos sujetos estarían adelantando labores de inteligencia en la capital del país.
Por esa razón, el grupo de policía judicial de Migración Colombia inició las investigaciones y encontró inconsistencias en sus identidades. Después de varias indagaciones, se tomó la decisión de adelantar un operativo para su captura en compañía de oficiales de la Regional Andina e integrantes del Comando de Apoyo de Combate de Contrainteligencia Militar.
El operativo terminó con la captura de estas dos personas que estarían haciendo una serie de actividades que afectarían el orden, la tranquilidad ciudadana y la seguridad nacional.
SEMANA confirmó que los extranjeros duraron cuatro meses adelantando esas labores de espionaje y en ese tiempo la inteligencia les siguió los pasos y pudo determinar que aparecen en las bases de datos de la Guardia Nacional Bolivariana, con formación del G2 Cubano y entrenamiento de fuerzas especiales en Rusia.
Los venezolanos capturados serían parte de la organización criminal conocida por las autoridades como los “Tupamaros” y su función en Colombia consistiría no solo en la recolección de información estratégica, sino también en el reclutamiento, adoctrinamiento, entrenamiento y suministro de logística a jóvenes que en el marco de las pasadas protestas sociales se encargaran de realizar actos violentos para la desestabilización del país.
Así las cosas, estarían reclutando menores de edad en el sur de Bogotá para futuras manifestaciones en diversos lugares de la capital. La medida de expulsión se efectuó el día jueves, por el Puente Internacional Simón Bolívar, donde los dos extranjeros fueron dejados a disposición de las autoridades venezolanas.