Los soldados profesionales Fernando Aragonez Nomelin y Carlos Javier Toquica Garzón, se convirtieron en las recientes víctimas de ataques por parte de los grupos ilegales armados.

Infortunadamente, Aragonez y Toquica, entraron a hacer parte de la lista del Ejército de hombres que fueron asesinados en medio de acciones de su servicio. Los dos uniformados estaban cumpliendo con su misión de patrullar territorios agrestes en materia de orden público como es la zona de Tibú, en Norte de Santander, en donde fueron atacados por parte de presuntos guerrilleros del ELN.

Así lo reportó el Ejército, “en las últimas horas, Tropas del Grupo de Caballería Mecanizado N.° 5, en desarrollo de operaciones de control militar de área, en la vereda La Florida, del municipio de Tibú, Norte de Santander; dos de nuestros hombres fueron vilmente asesinados (…) Este ataque habría sido realizado por integrantes del grupo armado organizado ELN, de forma cruel e indiscriminada con arma de fuego. Ocurridos los hechos, los enfermeros de combate les brindaron los primeros auxilios a nuestros hombres, pero pese a los esfuerzos realizados murieron”.

SEMANA revisó las cifras del Ministerio de Defensa sobre crímenes de uniformados en actos del servicio y encontró un considerable incremento. La estadística señala que entre enero y abril del 2021, el Ministerio de Defensa reportó el homicidio de 19, frente a 32 para el mismo periodo del 2022, es decir, 11 casos más.

Sobre la estadística, a este martes 7 de junio, se informa que en lo corrido del año han sido asesinados 42 uniformados. Las regiones donde más se han presentado atentados contra la fuerza pública han sido Norte de Santander, Nariño y Cauca.

Es de anotar que todas estas regiones tienen varios factores en común. Alta presencia de cultivos ilícitos, conformación de grupos ilegales, (disidencias de las Farc, ELN y crimen organizado).

Para el caso del departamento del Cauca, se ha evidenciado una reorganización de las estructuras de las disidencias de las Farc, a través del Comando Coordinador de Occidente, en donde se encuentran agrupadas las estructuras Dagoberto Ramos, Carlos Patiño y Jaime Martínez.

El articulador o jefe de este comando, es alias Mayimbú, quien, según la fundación Paz y Reconciliación, “comenzó con su vinculación al hoy extinto Frente Sexto de la guerrilla de las FARC cuando apenas tenía 12 años, asumiendo como miliciano. A los 15 años se vinculó como guerrillero raso, operando en el norte del Cauca y Sur del Valle del Cauca. Su prontuario está relacionado con ataques a tropas del Ejército (2010) el hurto de vehículos (2013) y secuestro extorsivo (2014)”.

Para el caso de Nariño, una de las estructuras que generó alto grado de violencia, fue La Cordillera, que estaba bajo el mando del recién fallecido Juan Larinson Castro Estupiñan, alias Matamaba. Este personaje se encargó de conformar un grupo de matones en alianza con algunos oficiales del Ejército, para enfrentar a las disidencias de las Farc y al ELN.

En Norte de Santander, hace presencia una de las estructuras más fuertes del último año, como es el caso del frente 33 bajo el mando de alias Jhon Mechas, quien ha ordenado atentados contra el Ejército y el ataque contra el helicóptero del presidente Iván Duque. Además, la Policía le atribuyó el atentado contra el CAI de Arborizadora Alta, en Ciudad Bolívar, en Bogotá, en donde murieron dos menores de edad.