Las proyecciones del Acueducto de Bogotá sugieren que, entre diciembre y enero de 2025, el sistema Chingaza podría alcanzar solo el 36 % de su capacidad, lo que marcaría el límite para implementar restricciones más severas al consumo de agua. Este escenario plantea un retorno a un ciclo de medidas diarias.

Si la tendencia de descenso de los embalses del sistema Chingaza continúa, el racionamiento de agua en Bogotá podría intensificarse a finales de diciembre o principios de enero. Según la información proporcionada por la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), se contempla un cambio en las restricciones, pasando de un racionamiento cada nueve días a uno cada cinco días.

La gerente de la EAAB, Natasha Avendaño, destacó que la reducción del nivel de las represas de Chuza y San Rafael ha estado cayendo a un ritmo de casi un punto porcentual por semana, y se anticipa un aumento en la sequía hacia finales de año.

Alcalde Carlos Fernando Galán y la gerente del Acueducto, Natasha Avendaño | Foto: Alcaldía de Bogotá

Hace diez días, cuando se implementó la restricción de abastecimiento que pasó de cada dos días a todos los días, el sistema Chingaza tenía un 44,12 % de capacidad. Sin embargo, hasta al martes, 8 de octubre, según la Corporación Autónoma Regional (CAR), ese porcentaje había bajado a 43,73 %.

Es importante recordar que el alcalde Carlos Fernando Galán, al anunciar el regreso al racionamiento diario, estableció el 36 % del nivel del sistema Chingaza como el “día cero” para aumentar las restricciones al consumo en la ciudad.

“Estimamos que sea (el día cero) entre la última semana de diciembre y la primera de enero. Implicaría que tomemos medidas de restricción aún más duras: dos turnos por día, es decir, corte cada cinco días”, detalló Avendaño.

Chingaza ha sido la principal fuente de abastecimiento de agua para la capital del país. Antes de que se implementara el racionamiento, el pasado 11 de abril, este sistema llegó a satisfacer el 70 % de la demanda hídrica de la ciudad.

Embalse de Chuza, del sistema Chingaza | Foto: Acueducto de Bogotá

Actualmente, según la Empresa de Acueducto, se ha logrado diversificar las fuentes de abastecimiento, aumentando la captación del río Bogotá. La corporación tiene autorización de la CAR para captar hasta 8 m³/seg, un incremento respecto a los 4,5 m³/seg que se manejaban anteriormente.

Este sistema, denominado Agregado Norte, constituía hace unos meses el 30 % del suministro de agua en Bogotá. Abarca los embalses de Neusa, Sisga y Tominé, además de la planta de Tibitoc. En la actualidad, estas represas se encuentran al 54,08 % de su capacidad, lo que representa una ligera disminución respecto al 54,38 % registrado al inicio del nuevo ciclo de restricciones diarias.

Por otro lado, el Agregado Sur, que abastece el 5 % del consumo de agua, incluye los embalses de Chisacá y Regadera y la planta El Dorado. Esta fuente es especialmente importante para la localidad de Usme, en el suroccidente de la ciudad, la cual está exenta de los turnos de racionamiento diarios.

Lo cierto es que el sistema de abastecimiento de agua de la ciudad se basa en embalses que dependen de las lluvias. El agua que se almacena en un año se utiliza en el siguiente, lo que resalta la importancia de asegurar un suministro adecuado para 2025 y evitar que la ciudad continúe con racionamientos.

Por esta razón, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) tiene la esperanza de que la ampliación de la planta de Tibitoc, que procesa aguas del río Bogotá, comience a operar en el primer trimestre de 2025. Esta expansión permitirá mantener el suministro, incluso si los niveles de agua en Chuza son bajos en ese momento.