Pasados cuatro días de la tragedia en la ciudad de Santa Marta por el siniestro de una avioneta que se salió de la pista del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, y terminó acabando con la vida de un menor de tres años, se conocen más detalles de los viajeros a bordo de la aeronave y de su propietario.

Milton Cabeza Peñaranda, un reconocido empresario de la aviación en el país, sería el dueño del avión tipo SF50 Cirrus y en ese momento era el copiloto de aquel vuelo que salió cerca de las 11 de la mañana del aeropuerto.

Abordo de su avión Mera Way Industries Inc, y explotado por Panamerican Training Center iba su familia con rumbo a la ciudad de Bogotá, “su esposa, Rosario Martínez; su hijo menor Miguel Ángel Cabezas y su nieta Ana María. Así como la niñera, Sandra Páez, y Camila Ustaris, hija de la niñera”, indicó el diario El tiempo.

El hecho aún es materia de investigación por parte de la Aeronáutica civil, pues tanto los papeles del piloto como los de la aeronave estaban en regla.

Sin embargo, la aseguradora a la que pertenece la avioneta evaluó el caso y ofreció un pago de 5 millones de dólares para resarcir el daño causado por los hechos.

El piloto de la aeronave en el momento del siniestro y de quien no se tenían mayores datos fue identificado como Carlos Malaver, en un primer momento se hablaba incluso de su desaparición después del accidente.

Un testigo del hecho y quien lo ayudó a salir de la aeronave contó a SEMANA que, lo tomó de la mano mientras se quedó como “en shock” tras el accidente y para bajarlo le gritó en varias ocasiones que la avioneta se prendería en llamas

“Cuando yo saqué al copiloto, el piloto estaba pálido, estaba así como nervioso, como que él no sabía lo que había sucedido. La demora para auxiliar a las personas fue de él porque se quedó como mirando lejos, con algún pensamiento me imagino de lo que había pasado. Estaba como shock y lo tomé de la mano y le dije: vamos, vamos, que la avioneta se va a prender. Lo senté en una silla afuera y duró ahí como cinco minutos”, contó el testigo.

Según el testigo, el piloto no tenía heridas físicamente, sin embargo, mencionó que, parecía tener “un problema mental por lo ocurrido”.

Además del piloto, el hombre auxilió a seis personas más que hoy se concluye que serían los familiares del dueño de la aeronave.

“Nos encontrábamos en un día de playa con mi pareja que había llegado de Valledupar, llegamos como a las 10:00 de la mañana y a las 10:15 pasó un avión muy cerca y a mi esposa le dio un poco de miedo y me dijo mi amor vámonos y yo le dije, quedémonos que no va a pasar nada y como a las 11:00 o a las 11:00 y pico sucedió el accidente”, dijo Víctor Alfonso Cuellar Ramos, un huilense profesional como auxiliar de enfermería y con conocimientos para conducir ambulancias.

En su relato aseguró que los tripulantes eran, entre ellas, dos mujeres, una niña y un niño, entre 14 y 16 años, y al piloto y copiloto de la avioneta.

“Entre otra persona y yo intentábamos abrir la puerta de la avioneta porque como que quedó con seguro y no podíamos sacar la gente porque había una señora golpeando el vidrio y pidiendo auxilio de las que estaban ahí en la avioneta”, reveló Víctor a SEMANA.

Pese a que la tragedia le costó la vida a un menor de tres años de edad que se encontraba en la playa y los tripulantes de la avioneta resultaron con golpes leves, Víctor mencionó, que el accidente pudo ser peor, si la avioneta no hubiese quedado entre los árboles antes de adentrarse más a la orilla de la playa o si hubiese caído en el mar.