El Ejército Nacional reconoció que actualmente no tienen en su poder todos los cuerpos de los militares asesinados en medio de enfrentamientos que se adelantan con las disidencias de las Farc en Argelia, Cauca, desde el pasado miércoles 2 de mayo.
Los disidentes de las Farc, a través de sus redes sociales, manifestaron que tenían cinco cuerpos de los soldados asesinados y mostraron algunas fotografías, que por respeto a los héroes caídos y sus familiares nos abstenemos de reproducir en este medio.
Lo que ha reportado el Ejército es que son cuatro las víctimas mortales, de las cuales una de ellas falleció junto a la tropa, tras resultar gravemente herido. Al parecer, es del único que hay certeza que está en poder de las Fuerzas Militares.
Los soldados que perdieron la vida son: Jairo Urrego David, oriundo de Chigorodó, Antioquia; Jorge David Fuentes, oriundo de Valledupar, César; Javier Sosa Ballesteros, procedente de La Mesa, Cundinamarca, y Camilo Andrés Molina, de Galeras, Sucre.
La versión oficial que manejó el Ejército hasta la noche del sábado 4 de mayo era que tenían en su poder los cuerpos de los soldados profesionales asesinados, junto con otros dos uniformados heridos, seis más que conformaban la tropa y cinco disidentes capturados.
Sin embargo, en las redes sociales las Farc-EP empezaron a realizar una serie de publicaciones, entre ellas fotografías, que desmentirían la versión de las Fuerzas Militares. En ellas se ve el cuerpo de uno de los soldados asesinados, identificado con un apellido que coincide con el reporte entregado de militares muertos y en el parche que utiliza en el uniforme se visualiza que era curso de Fuerzas Especiales, lo que coincide con las características de los héroes caídos en combate.
Las imágenes están acompañadas del texto en que indica que las Fuerzas Militares “Sube y baja cifras según conveniencia: niega soldados caídos en combate; debe rendírseles honores, no despreciarlos. Familias necesitan respuestas. Los cuerpos permanecen en el área”, y finalmente aseguran que las disidencias están gestionando con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para facilitar la entrega de los cuerpos a las familias.
SEMANA confirmó que las Fuerzas Militares efectivamente no tienen todos los cuerpos, pero tampoco tienen la certeza de cuántos aún permanecen en poder del grupo delincuencial, pues por la complejidad del terreno, mal estado del clima y la zona rodeada de grupos ilegales se ha dificultado la comunicación clara con la tropa que sobrevivió al ataque.
Algunas de las versiones indican que cuando los sobrevivientes intentaron resguardarse para priorizar la atención médica de los heridos, miembros de las disidencias cercaron el terreno para evitar que sacaran a las víctimas fatales, “aprovechando ese espacio para hacer show con el dolor de nuestros héroes y sus familias”, señaló una de las fuentes consultadas por este medio.
Otra versión es que los cuerpos fueron ocultados entre la vegetación mientras atendían a los heridos y cuando se devolvieron para recuperarlos, los disidentes habrían llegado primero ocultando su paradero.
En lo que coinciden todas la fuentes consultadas es que las Fuerzas Militares no han dejado abandonados a los soldados, pues en el lugar se encuentra un pelotón de uniformados, cinco helicópteros con los que se pretende hacer la extracción del personal, pero que por condiciones climáticas no ha sido posible materializar. Fuentes que están en la región aseguran que no ha parado de llover y las aeronaves no pueden ingresar así.
Se espera que la maniobra de rescate se dé hoy; frente a la entrega de los cuerpos de los uniformados se está coordinando con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para que la entrega se realice el próximo lunes 6 de mayo en un punto clave de Argelia.
En Cauca está el mismo comandante de las Fuerzas Militares, general Helder Giraldo, quien coordina personalmente la operación. Desde el comando han manifestado que lo que está sucediendo no es el resultado de que la fuerza pública perdiera el control en la región, sino todo lo contrario, que al sentir la presencia del Estado en la zona, los delincuentes están reaccionado. Pues son municipios que desde hace casi dos décadas no contaban con la presencia ni de Policía, ni militares.