Al amanecer de cada 20 de julio, el tricolor nacional suele salir de lo más oscuro de los armarios para ver la luz y ondearse en ventanas y balcones, como amo y señor del viento, al menos por 24 horas. En todo hogar colombiano que se respete, la bandera de Colombia no puede faltar. Y qué mejor ocasión para izarla que el día de la independencia, o lo que es igual, el día del cumpleaños de la nación.
El amarillo, azul y rojo se hizo más frecuente a finales de los años ochenta. En días de terror, bombas y atentados, las lágrimas que escurrían por las mejillas empezaron a ser de gloria y alegría gracias a las gestas que hombres y mujeres, nacidos en el único país bañado por dos océanos de Suramérica, le demostraban al mundo que Colombia no era solo narcotráfico. En aquellos días de dolor, cuando las lágrimas no se podían controlar, la explosión de nuestros deportistas las hizo escurrir por las mejillas, pero de gloria y alegría.
Como en ningún otro 20 de julio, el de 2013 fue el día en que las banderas se ondearon para un nuevo aniversario de la nación, pero también para festejar una de las mayores gestas del ciclismo patrio en toda su historia. Nairo Quintana, el menudito pedalista de Cómbita, Boyacá, que en aquel entonces no superaba los 23 años, se destapó al cruzar de primero la meta en Annecy-Semnoz, en la penúltima etapa del Tour de Francia. A falta de 800 metros se levantó en los pedales de su bicicleta, y dejó con la lengua afuera al británico Chris Froome (cuatro veces ganador del Tour, la máquina indestructible del pelotón mundial).
Ni Froome ni el español Alberto Contador pudieron agarrar la rueda del boyacense. En el país, millones de colombianos al frente de los televisores o junto a transistores de radio empujaban al colombiano para coronar la cima.
Los desfiles militares del día de la independencia y la instalación del Congreso tuvieron que postergarse unas horas. Nairo, el cóndor que de niño pedaleaba de su casa a la escuela en Arcabuco, no solo hizo fiesta patria en Francia; se puso la camiseta de pepas rojas de campeón de la montaña, la blanca de campeón de los jóvenes y voló hasta el segundo lugar en el pódium de los Campos Elíseos. Aquel 20 de julio de 2013 ha sido el día en que millones de colombianos se han sentido más orgullosos de su patria. El día en que Nairo Quintana se sintió más orgulloso de ser colombiano.
“El día más emocionante de mi carrera fue especial para los colombianos que lo vivimos. Ha sido inolvidable para mí, pero también para muchos de ustedes que han venido siguiendo mi carrera deportiva, siempre recordamos ese 20 de julio como si fuera hoy.”, recuerda Nairo Quintana en diálogo con SEMANA desde Francia, donde representa nuevamente al país en la máxima cita del ciclismo mundial.
“Comenzó desde días antes. Sabía que quería ganar porque era un día especial para los colombianos, así que le dije a mi equipo que era importante para mí, es una etapa que terminaba en montaña y tenía las fuerzas, las ganas, la emoción de darle ese regalo a mi país; mi equipo me ayudó muchísimo y pudimos lograrlo. Todo el día trabajando muy fuerte para intentar llegar y ganar ese día y si vemos la repetición de la etapa, el trabajo que hizo el equipo fue increíble y finalmente se logró ganar la etapa para celebrar ese 20 de julio, cuando todos los colombianos se paralizaron, todos los televisores estaban prendidos, las radios estaban que sonaban a gritos, pues esa victoria del 20 de julio retrasó absolutamente todos los protocolos y desfiles en Colombia y todo eso fue muy emocionante. Los colombianos que lo vivimos no lo podemos olvidar”, relata Nairo.
El destino quiso que esta hazaña, al coincidir con el día patrio, dejara en claro cuál es el deporte nacional. Antes, Nelson ‘Cacaíto’ Rodríguez (en el Tour de 1994) y Félix Cárdenas (2001) habían ganado sendas etapas en el día de la independencia, pero no tuvieron la misma trascendencia. El protagonista que más emocionó un 20 de julio se convirtió en el deportista que más títulos individuales ha conquistado en la historia, 21 hasta el momento.
“Siempre ha sido un orgullo nacional levantar la bandera en los pódium de los diferentes países del mundo, y ver a todos los colombianos con esa gran respuesta de emoción y de patriotismo, disfrutar del triunfo de su paisano. Lo vimos en el Giro de Italia, era increíble la gente que había en esa llegada, pero aún mucho más la gente que había en la Vuelta a España que ganamos. No era 20 de julio, pero la verdad que era parecido, como si hubiera sido una nueva libertad para todos nosotros los colombianos. Sobre todo en estos dos pódium recuerdo muchísimo la cantidad de colombianos que celebramos ese día, el día que ganamos el Giro de Italia y la Vuelta a España”, recuerda Quintana.
Pero el día que Nairo Quintana lleva en el corazón fue el de la Vuelta a España, que conquistó en Madrid al atardecer del 11 de septiembre de 2016. “Ese día me sentí cantando el himno como si estuviera en la plaza de Bolívar de Bogotá. Había muchísimos colombianos llorando. En España sufren de matoneo por su origen. Era para llorar de alegría”, describe Nairo. “Nosotros pedaleamos con el corazón y nos duele cuando el país está dividido. Sigamos unidos, que nos respetemos los unos a los otros”, es el mensaje del pedalista más importante de la historia del país a sus paisanos, en el aniversario 211 de Colombia.