El triunfo de Gustavo Petro evidenció lo dividido que está el país. La emoción que causó su victoria entre sus seguidores y el miedo que causó entre quienes no son creyentes de su propuesta evidenciaron que el país vive uno de los momentos más polarizados de su historia.
El mismo Petro lo reconoció en su discurso de triunfo. “Es historia lo que estamos escribiendo en este momento, una historia nueva para Colombia, para América Latina, para el mundo... En ello comprometemos la existencia, la vida misma, no vamos a traicionar a ese electorado que lo que le ha gritado al país es que a partir de hoy Colombia cambia, Colombia es otra”, dijo.
El nuevo presidente, sin embargo, reconoció a los millones de colombianos que no estuvieron de acuerdo con su aspiración. “No es un cambio para construir más odios, no es un cambio para profundizar el sectarismo en la sociedad colombiana [...]. El cambio consiste precisamente en dejar los sectarismos atrás. Las elecciones, más o menos, mostraron dos Colombias, cercanas en términos de votos. Nosotros queremos que Colombia en medio de su diversidad, sea una Colombia, no dos Colombias”, agregó.
En medio de la incertidumbre que causó su triunfo en muchos sectores del país, un mensaje se volvió viral y comenzó a pasar de persona a persona en WhatsApp. Se trataba de la carta que Catalina Escobar, directora de la Fundación Juanfe, le escribió a sus colegas de la junta directiva de la Andi.
En diálogo con SEMANA, Escobar aseguró que había escrito esa reflexión para todos los que sienten desazón. Este es el mensaje:
“Queridos miembros de la junta de la ANDI,
Quiero compartir con ustedes una breve reflexión.
El mapa de los departamentos donde Petro ganó coincide con los territorios en donde la pobreza, la inequidad, el abandono y la violencia hacen parte de su día a día. Es una realidad que debemos aceptar.
Sé que a todos nos invade una gran incertidumbre sobre lo que va a pasar con el aparato productivo, las empresas, el rumbo económico, político y monetario del país. El presidente electo tiene una carga enorme para favorecer a las comunidades más pobres y tratar de llevar al país por el mejor camino.
Personalmente, he sido una fuerte opositora a las propuestas de Petro, por las razones que todos conocemos, pero la realidad es que ya es presidente y es lo que hay. Debemos, pues, trabajar a los individuos en nuestras empresas, porque el país no lo hace un presidente, lo hacemos quienes vivimos en esta Nación.
Las empresas y nosotros como líderes tenemos una tarea más fuerte ahora y es sembrar optimismo, concentrarnos en sacar nuestro país adelante bajo el interés colectivo, redefiniendo estrategias y cambiando las propias políticas empresariales más basadas en propuestas más humanas y menos disociativas. Debemos bajar las diferencias y las divisiones, pero seguir manteniendo nuestro criterio y carácter elevando nuestros discursos, porque todavía seguimos teniendo democracia!
La Nación la hacemos todos.
Hoy ganó la otra Colombia, que mayoritariamente no es como nosotros… y esa es una importante lección. De ahí parte el cómo debemos acercarla para converger porque si nos vamos a lo profundo, es más lo que nos une que lo que nos divide y es ahí donde debemos liderar.
Hoy no es un día para celebrar nuestra victoria, pero quizá debemos entender que el 50 % de Colombia no aguantaba más y se dejaron, en gran parte, seducir por ese cambio. Y la verdad, no tenían nada que perder.
De la única forma para seguir trabajando con esa manera tan enérgica que nos identifica es amando nuestro país y acoplándonos en la manera de lo posible a las nuevas responsabilidades que debemos asumir, para no quedarnos afuera.
En este momento del país debemos mantener la calma y ahondar en la reflexión. Que la sabiduría hoy más que nunca nos guíe como empresarios y líderes para generarle valor a nuestro país que es el que le estamos dejando a nuestros hijos.