En la localidad de Engativá, en el noroccidente de Bogotá, reside una humilde familia que debe lidiar con el dolor de un presunto abuso sexual contra una menor. Jaqueline Agudelo Rincón, la madre de una niña de tan solo 12 años, denuncia que el pediatra Francisco Álvarez Sánchez, de 36 años, manipuló y accedió a su hija en varias ocasiones entre noviembre de 2021 y febrero de 2022.
Todo comenzó el 23 de octubre de 2021, cuando la EPS Medimás, por medio de la IPS Corvesalud, asignó a Álvarez como pediatra de la menor. Las citas médicas se llevaban a cabo en la la sede de la localidad de Fontibón, pero, por medio del celular de la abuela de la menor, Sánchez no habría perdido el contacto con la niña después de la consulta.
“Se le fue metiendo a la niña. Las conversaciones comienzan el 27 o 28 de octubre. De ahí en adelante, él empieza a cortejarla. En las consultas la miraba con morbo, la niña después contó. La acompañaba mi mamá, porque yo estaba trabajando”, reveló Agudelo a SEMANA.
La abuela de la menor nunca se imaginó que el hombre abusaría presuntamente de su nieta por su condición de profesional de la salud. Después del cortejo, según la madre, Álvarez citó por primera vez a la menor en un parque bajo la excusa de llevarla a comer helado.
“No sabía nada, la niña no contó nada. No nos dijo nada. La recoge en un carro, se la lleva y le dice que tenía que ir al apartamento de él. Creemos que tiene un cómplice, porque la llevó a un apartamento de acá, frente a donde vivimos”, narró.
Al bajarse del automóvil, la niña le contó a su mamá que el hombre bajó objetos que para ella eran sospechosos. “El tipo baja un tarrito, que según ella parecía un gel antibacterial, pañitos húmedos y condones. Ella pregunta para qué es, y él responde que lo va a dejar en el apartamento”.
En el apartamento, según confesó la menor, el hombre le habría pedido que se quitara la ropa.
“Ese fue el primer abuso contra ella. La niña contó que el hombre le llevó tres tipos de droga. Marihuana y algo rosado. Él la obligó a consumir”, señaló. Ese día, el hombre habría llevado a la menor a su casa y nadie se dio cuenta de su ausencia.
Sin embargo, la menor, que ya tenía problemas de autoestima y depresión, se volvió más callada de lo normal. “Él, como profesional, le decía que le daba unas gotas para la depresión, pero que no dijera nada”.
Las conversaciones por chat continuaron y el hombre seguía recogiendo a la menor para abusarla. La convencía con cortejos, con palabras de amor y con falsas promesas. A su vez, con fuertes palabras sexuales haciendo referencia a los abusos a los que la sometía.
La niña, manipulada, le respondía con declaraciones de amor y con fotografías explícitas. La madre interceptó el teléfono celular de la menor y tomó registro de los fuertes mensajes.
“Diabla maldita”, “te chupo todita, mi amor bello”, “eres mía” y “mi novia eres tú”, fueron algunas de las frases utilizadas por Álvarez, según se puede ver en la evidencia presentada por la madre.
El intento de suicidio
Según Agudelo, después del 30 de noviembre, el hombre habría recogido a la menor tres veces más para cometer los abusos. Por los presuntos actos del pediatra, la menor intentó suicidarse el 27 de diciembre.
“Llegué de trabajar. La niña se encerró en el baño y yo le pedí el celular. No lo quería desbloquear, no lo desbloqueaba. Le dije que lo iba a mandar a desbloquear para ver qué estaba pasando. Cuando salí, se iba a tirar por la ventana del segundo piso”, contó.
Cuando la madre intercepta a la menor para desbloquear el celular, la niña saca una cuchilla y se intenta cortar las venas. Fue llevada de urgencias al Hospital de Engativá, donde la menor dijo que se había caído en vidrios. Los médicos, viendo el tipo de lesión, determinaron que se trató de un intento de suicidio.
Finalmente, según las notas médicas conocidas por SEMANA, la niña expresó que no tenía “ganas de vivir”. La razón de la reacción, según registró el centro asistencial, fue que fue sorprendida en el envío de unas fotografías explícitas a “un hombre mayor”. Ahí intervino el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
El diagnóstico principal, a pesar de la grave cortada, fue de abuso sexual. La menor le confió la clave del celular a su hermana mayor, quien tuvo acceso al celular. El 30 de diciembre, la niña pudo volver a casa junto a Jaqueline. Antes, el ICBF notificó “hechos contra su integridad” por presunto abuso sexual.
La captura del pediatra
El 1.° de febrero de 2022, más de dos meses después del intento de suicidio, la hermana de la menor la buscó en su casa sin éxito. Recordando lo ocurrido en diciembre, intuye que podría estar con el pediatra. Lo contacta a su número celular y por presiones de la niña confiesa que está con ella.
“La niña se le enfrentó. Ella le dijo que se la trajera para evitar problemas. Él viene y la menor sale corriendo cuando parquea el carro. Le dije que por favor me esperara, que debía salir del trabajo”, agregó la madre.
Mientras tanto, dijo que la llevó a cine, para lo cual no tenía facturas ni recibos como comprobante. “Llegué y le pregunté en dónde la tenía. Me dijo que la distrajo por sus problemas depresivos. Nunca me quiso decir la verdad”.
Llegó la Policía y la hermana de la menor le preguntaba insistentemente qué hacía con el médico. Finalmente, la niña confiesa que él había abusado de ella.
“Salió custodiado por la Policía. Lo detienen y lo esposan. Se lo llevan a la URI de La Granja. A la niña se la llevaron al Hospital de Engativá para recuperar pruebas con el papá”, dijo la mamá de la menor.
En el centro asistencial, según el reporte médico, la ingresaron por abuso sexual. Los profesionales diligenciaron que la niña contó que el hombre la llevó a su casa, le dio de comer, vieron una serie y después tuvieron relaciones sexuales con preservativo. Esto ocurrió desde las 9 de la mañana hasta las 5 de la tarde.
A su regreso, los médicos constataron el abuso sexual y remitieron el caso a las autoridades y al ICBF.
El proceso contra el pediatra y la respuesta de Medimás
Álvarez estuvo detenido tan solo dos días en la URI de La Granja. El mismo día se le imputaron los delitos de acceso carnal abusivo con menor de 14 años agravado. Según la autoridad, el hombre tenía un cargo y autoridad que ayudó a que la niña depositara su confianza en él. El pediatra no aceptó los cargos.
El 2 de febrero, el Juzgado 63 Penal Municipal de Control de Garantías determinó que la captura fue ilegal y ordenó la libertad inmediata. La Fiscalía apeló la decisión. El 4 de febrero, el despacho hizo llegar la boleta de libertad al comandante de la Estación de Policía de Engativá.
Según conoce la familia, el hombre se encuentra en libertad. Álvarez está citado a una audiencia el próximo 4 de abril de este año, en la que apelará a los cargos imputados en su contra.
Medimás, por su parte, abrió una investigación interna a raíz de las denuncias de la madre. Sin embargo, tras el anuncio de su liquidación a principios de marzo, se cerró dicho proceso. SEMANA intentó comunicarse con Corvesalud sin éxito, ya que no existe un número habilitado para la IPS.