Haciendo sonar la sirena del carro de bomberos despidieron a Rocky, el perro que hacía parte de ese cuerpo de atención de emergencias en Dagua, un municipio vallecaucano. El animal, que vivía en la calle, llegó dos años atrás a la estación de bomberos y desde entonces se volvió parte del equipo, conformado por 48 personas. Acompañaba las misiones de rescate y de emergencia y participaba de las actividades cotidianas, como cantar el himno nacional y hacer parte de la formación antes de empezar cada jornada. “Le fascinaba montarse a las máquinas para ir a atender emergencias. Cuando llegábamos al sitio para atender cualquier caso, el perrito se bajaba de primero del carro. Le gustaba mucho estar en la cabina”, le contó el sargento Jorge Realpa, de ese cuerpo de bomberos, a la emisora Blu Radio, que reconstruyó la vida de Rocky.

Este fin de semana, el perro salió a la calle y cuando regresó a la estación, los bomberos lo notaron enfermo. Lo llevaron al veterinario, donde vomitó sangre. Por eso, entre las versiones que manejan subre su muerte está que lo hayan envenenado. “Hoy solo queda el vacío de quienes convivimos con él y la falta de recibimiento a quienes llegamos a recibir turno. Rocky ya hace parte del reino de Dios y desde allí cuidará de nosotros”, le dijo el sargento a Blu Radio.