Este es un relato estremecedor y puede herir susceptibilidades, pero tiene un alto valor para las autoridades, porque con ello están cerca de resolver un crimen que amenazaba con quedar en la impunidad.El cuerpo de Jesica Mayerly Alza fue encontrado este martes dentro de una maleta vieja en la localidad de Ciudad Bolívar, en el sur de Bogotá. Este viernes se dio captura a Andrea Esperanza Valdés, una de las responsables, quien se dedicaba a la brujería junto a su madre, según confirmó el general Édgar Sánchez, comandante de la Policía Metropolitana.El lío aparentemente fue de faldas. Jesica salía, supuestamente, con el compañero sentimental de Andrea, la menor de las pitonisas y quien, finalmente, entregó el crudo relato de cómo mataron a la víctima, en un crimen aparentemente premeditado.El pasado lunes, Andrea, en complicidad de su madre y un hermano, esperó a que Jesica saliera del colegio. Entonces, la acapararon y la invitaron a su casa, con aparentes engaños. La colegiala, inocentemente aceptó.De acuerdo al relato de Andrea, autora material del crimen, las dos se reunieron en la casa de su madre, hablaron por unas horas y consumieron aguardiente y marihuana. Tiempo después, en un estado de exaltación, no pudo esconder más su resentimiento y le recriminó duramente haberse metido con su marido.La discusión se salió de control y Andrea le propinó seis puñaladas que terminaron quitándole la vida. Pero su ira y frialdad no tuvieron límites. Andrea cuenta que luego de apuñalarla se asustó y decidió esconder el cuerpo a como diera lugar.La solución fue meter el cadáver en una maleta. Así que, con ayuda de sus cómplices, doblaron el cuerpo como más pudieron. Aun así, las piernas no cabían.En un acto de irracional barbarie, procedió a cortarle las extremidades inferiores con un serrucho. El desangre del cadáver no logró espantarla y no se detuvo hasta que logró su objetivo.En la noche de ese lunes, horas después de cometer el terrorífico crimen, Andrea decidió borrar todas las pistas. Salió con maleta en mano, pero era tal el peso que no logró alejarse mucho de la escena del crimen.La pitonisa, sin compasión, abandonó la maleta que escondía a la víctima en un potero cercano al lugar de los hechos.Andrea Esperanza, se aseguró de que nadie la viera y regresó inmediatamente a su casa. Luego procedió a limpiar paredes manchadas de sangre.La Policía, después de recopilar las pruebas necesarias, allanó la residencia de las hechiceras y con luces especiales descubrieron los rastros que buscaron borrarse y, así, lograron reconstruir la impactante escena del crimen.Ahora está en manos de la justicia valorar las pruebas y determinar las responsabilidades de madre, hija y hermano, en este crimen que conmocionó a la capital del país. Las autoridades están en búsqueda de la madre y el hermano que no han sido capturados. Vea las fotografías de la escena del crimen.