Luis Carlos Sarmiento Ángulo llegó este jueves (21 de julio) al Centro de Tratamiento e Investigación sobre Cáncer (CTIC), ubicado en el norte de Bogotá. Tenía en el rostro, la sonrisa que da la satisfacción del deber cumplido.
Tras cinco años de trabajo, el enorme hospital de más de 100.000 metros cuadrados comenzará a operar desde este viernes.
Para el banquero, la construcción del centro era un sueño. Se trata de la mayor obra benéfica de su vida.
En diálogo con los periodistas que asistieron a la inauguración del complejo, Sarmiento narró las razones que lo llevaron a realizar esta obra y las complejidades de su construcción.
El centro nace en el territorio nacional como una fundación sin ánimo de lucro, con el objetivo claro de aportar a la calidad de vida de los pacientes oncológicos.
Asimismo, la misión del centro es posicionarse como un líder en materia de investigación frente al cáncer, su tratamiento y prevención, generando impacto especialmente en la población colombiana.
“El cáncer no es una única enfermedad, sino una maraña de condiciones que a cualquiera que se lo diagnostiquen aterra”, aseguró.
En este sentido, el empresario señaló que la dimensión del cáncer es tan amplia que genera más de tres veces los muertos que ha causado la pandemia en el mundo.
De hecho, en 2021 se diagnosticaron 20 millones de nuevos casos de cáncer, según la Organización Mundial de la Salud, OMS, entidad que además estima que anualmente están muriendo 10 millones cada año, y más de seis millones de vidas se ha llevado la covid-19.
El hombre más rico de Colombia también contó que comenzó a trabajar en esta idea hace diez años y la lanzó hace cinco.
Ese primer quinquenio lo pasó visitando hospitales en el mundo. “Nos atendieron muy bien. La amabilidad de todos ellos es extraordinaria. La amabilidad fue enorme”, recordó.
“Si hoy pensara en esta idea, tendría que pensar que en 10 años nos veríamos para inaugurarla”, asegura.
El centro hospitalario más de punta de América Latina atenderá a pacientes de todos los regímenes de salud y de todos los países del mundo. “Quienes quieran venir, aun colombianos que no estén en entidades promotoras de salud (EPS), podrían hacerlo. Es un hospital abierto a todo el mundo”, cuenta emocionado.
“Esto es una entidad privada, pero al servicio de todo el mundo”, agrega. De inmediato, el ingeniero civil de la Universidad Nacional cuenta las cifras económicas del proyecto.
Hasta ahora se ha hecho una inversión en primera etapa de billón 400 mil millones de pesos. Esto incluye todo, hasta el terreno. Sarmiento asegura que le dará un subsidio a la clínica hasta que llegue a un punto de equilibrio
El terreno es un vasto lote en el norte de Bogotá, en una ubicación privilegiada cerca de la calle 170, en la localidad de Usaquén. Allí se levantaron las torres, que tienen quirófanos, salas médicas, centros de investigación, consultorios, entre otros.
A la obra todavía le falta una segunda etapa que tomará unos dos años en construirse una vez empiecen. “Va en coche porque todos los servicios, en especial los de rayos X, que es muy costoso, está instalado”, apuntó el empresario.
El director corporativo de la entidad, Rafael Sánchez París, explicó que uno de los objetivos del hospital es conocer cómo se enferman los colombianos, cuáles son sus tumores, y así poder tratarlos de manera más adecuada.
Sobre el diseño del complejo, cuenta que averiguó mucho y vio que en España se había construido un hospital que le gustó.
El equipo del banquero invitó a los arquitectos a hacer una propuesta y fue seleccionada al compararla con otras. Cómo anécdota, contó que el arquitecto le preguntó qué idea especial tenía para levantarlo, y Sarmiento contestó: “que no sea tan feo como todos los hospitales del mundo”.
Agregó que cuando uno ve un hospital por fuera, “uno debe ver mucho para saber si es un hospital, una corte o una cárcel”.
En palabras del empresario, este nuevo hospital oncológico es un “orgullo arquitectónico para el país”, con 64 consultorios entre los que se encuentran salas multidisciplinarias y de atención ambulatoria, 56 sillas de infusión para quimioterapia, nueve quirófanos y 30 camas de cuidados intensivos.
“Esto es una fundación sin ánimo de lucro. Es una fundación familiar. Y nosotros nunca vamos a recibir ningún tipo de remuneración por este aporte. Es una donación”, aclaró Sarmiento Ángulo.