La paradoja de este martes corre por cuenta de la alcaldesa de Bogotá, Claudia López. La mandataria inició el día exigiendo una reducción del salario de los congresistas, un asunto en el que no tiene ninguna competencia, dado su cargo actual, sino que además se convierte en una especie de chiste, ya que su llamado a la austeridad en el Congreso contrasta con el derroche de su administración.

“Lograr que los congresistas renuncien a sus privilegios es todavía un mandato ciudadano por lograr. ¡Pero lo lograremos!”, trinó la mandataria, haciendo política y recordando su consulta anticorrupción de hace cuatro años.

El mensaje de Claudia López llega justo cuando se han denunciado sospechosos contratos en su Alcaldía, como el de la Secretaría de Movilidad por 1.400 millones de pesos, donde un alto funcionario no tuvo problema en contratar con la empresa de su cuñado. Así mismo, cuando se ha denunciado el despilfarro en la inversión que ella realiza en materia de comunicaciones con los medios que no la critican y que son afines a sus causas.

La alcaldesa contrató a la comunicadora Marilyn López, experta en el manejo de crisis, para que le ayudara a comunicar de manera más efectiva. La asesora, que también estuvo al lado del expresidente Juan Manuel Santos, devenga 35 millones de pesos mensuales. Este contrato ha sido criticado en el Concejo de Bogotá.

Así mismo, en marzo del 2020, se denunció que la alcaldesa contrató a Guillermo Augusto Cuéllar por 226 millones de pesos. “El señor Cuéllar le donó a la mandataria 33 millones en campaña. ¿Cómo se llama esto? ¿Talento, no palanca?”, se preguntó el concejal Emel Rojas.

Pero no solo eso. A la alcaldesa le han llovido críticas por entregarle la franja de opinión del Canal Capital a reconocidos activistas políticos de su causa, entre ellos a posibles candidatos al Senado. Para ellos sí ha tenido millonarios recursos, mientras se ha denunciado la tercerización del Canal Capital y la terminación de los contratos de prestación de servicios de decenas de técnicos que llevaban años en la televisión pública de la ciudad.

Por eso llama la atención que Claudia López enarbole la bandera de la austeridad en el Congreso cuando su propio gobierno es una muestra de todo lo contrario. Así mismo, que le dedique esfuerzos a la reducción del salario de los congresistas, cuando la ciudad atraviesa por una creciente ola de inseguridad y una crisis económica sin precedentes que ameritaría la mayor atención por parte de la mandataria.