Los reclamos y presiones por los biológicos contra la covid-19 que un día fueron hechos por la ministra Carolina Corcho, son los que hoy hace el exministro Fernando Ruiz, pero esta vez por las vacunas contra la viruela símica.
Lo más reciente tiene que ver con que el Ministerio de Salud anunció que llegarán 25 mil dosis gracias a un proyecto de investigación coordinado por la OMS.
“Esta negociación hace parte de un proyecto de investigación que varios países llevarán a cabo con la Organización Mundial de la Salud y, además, permitirá ampliar las acciones de atención que monitorea en el país sobre este particular”, señalaron en el más reciente comunicado.
El asunto es que rechazaron la opción de recibir 5.600 vacunas de la farmacéutica Bavarian Nordic, gestionadas a través del fondo rotatorio de la OPS. Según argumentó la ministra Corcho, por las cláusulas de indemnidad que tendría que asumir el país al firmar ese contrato.
“Aquí tuvimos el problema porque el contrato de la farmacéutica obligaba al Ministerio de Salud a firmar un contrato con una cláusula de indemnidad, en donde el Estado colombiano se compromete a pagar todo, los errores, la defensa judicial y jurídica de todos los empleados de la farmacéutica en todas las fases, con la producción de la vacuna; esas cláusulas de indemnidad son mucho más fuertes que la del covid”, dijo ante el Congreso de la República.
Lo que ha venido sucediendo ha tenido su análisis por parte del ex ministro Fernando Ruiz. Él normalmente durante su administración escribió estrictamente los anuncios necesarios. Anuncios que fueron muy cuestionados por Corcho, quien era la vicepresidente de la Federación Médica Colombiana. En el contexto actual Ruiz ha dedicado trinos y hasta columnas de opinión para referirse al caso.
“El acceso a vacunas contra la viruela símica y nuestra soberanía y seguridad sanitaria pasaron a depender de un tercero y sus prioridades de investigación. Hemos retrocedido 50 años en vacunación. En tanto ‘negociamos’, que el contagio y el dolor sigan. Patético”.
Otra de las críticas más insistentes es la de quien fue el director de Epidemiología de la administración anterior, Julián Fernández.
“Las donaciones son mecanismos legítimos de adquisición de tecnologías, como vacunas, durante una emergencia sanitaria. Pero en ningún caso debería ser el único mecanismo existente. Un país NO puede subordinar su seguridad sanitaria a solo la buena voluntad de otros países.” Señaló quien ahora es ahora es investigador en la Escuela de Salud de Johns Hopkins.
Desde el equipo anterior, las detracciones también han llegado de quien fue jefe de gabinete del Ministerio y Viceministro de Salud, Germán Escobar.
“Reforma tributaria, política, agraria… y el MinSalud no pudo presentar un simple proyecto de ley para darle más herramientas y adquirir las vacuna contra la viruela símica? La gente no muere pero es indolente con su sufrimiento. Hay miembros del Gabinete que no le dan la talla al presidente”, aseguró en Twitter.
Como respuesta, la ministra Carolina Corcho aseguró para SEMANA que contrario a lo manifestado, se han adelantado varias gestiones. También que sus críticas durante los dos primeros años se pandemia se dieron en un contexto de alta mortalidad y contagios por SARS Cov 2, lo que se diferencia de la tasa de mortalidad y casos de la viruela símica.
“Ampliar el tema podría poner en riesgo las negociaciones con la contraparte que ha solicitado no revelar su identidad hasta que todo esté acordado. Solicito por favor, nos tengan paciencia, apenas todo esté listo se hará rueda de prensa, pero necesitamos preservar la negociación”, sostuvo la jefe de la cartera de salud.
Panorama epidemiológico
El Instituto Nacional de Salud ha detectado 3.110 casos. Ya se han recuperado 2.390 personas y en este momento hay 720 casos activos. En general, el 97 % de los casos confirmados se han identificado en hombres y han sido hospitalizados 47 pacientes.
Finalmente, para las personas que sospechen de contagio, las recomendaciones incluyen llamar a la EPS para pedir la prueba y si resulta ser positivo, iniciar el aislamiento preventivo que en promedio dura 21 días. También en el proceso de recuperación, desinfectar con cloro objetos como sábanas, utensilios de alimentación o uso cotidiano para evitar nuevos pacientes.