En la rueda de prensa que dio el expresidente Álvaro Uribe tras su reunión con el presidente electo Gustavo Petro hubo muchas risas y momentos de sinceridad. El exmandatario aseguró que a él le ha gustado siempre el diálogo cuando es sincero, y que en esta oportunidad la conversación fue así.
Dijo que llegó con principios, pero sin actitudes resabiadas para, en medio de las dificultades que vive, ayudar a la patria. Habló de la necesidad de apoyar todo lo que contribuya a que en Colombia se acabe la pobreza.
El expresidente relató algo que le sucedió recientemente. Un amigo le dijo que su hijo estaba muy asustado por el triunfo de Gustavo Petro y que pensaba irse del país. “Le dije, pues mándalo a estudiar si quiere un rato, pero hay que querer el país, estar aquí, bregar por el país, ayudar a que esto salga bien por el país”.
Uribe le contó ese episodio al presidente electo. En medio de esa charla con los periodistas, el líder de la seguridad democrática recordó su mantra: “Trabajar, trabajar y trabajar”. Y agregó que “para no cansarse hay que trabajar con buen ánimo, que nadie se desmaye”.
Al final dijo que le había dicho a Petro que tenía pena de haberle hablado tanto. “Yo le estoy pidiendo muchas cosas, pero es que usted es el presidente de todos”, le expresó Uribe. Petro le contestó que él también fue su presidente. Y el exmandatario le reviró: “A usted no le fue mal en mi gobierno”, contó entre risas.
Así fue la reunión
Álvaro Uribe llegó puntual a la cita, incluso con 10 minutos de anticipación. A las 11:00 de la mañana de este miércoles, tal como estaba agendado, tenía a Gustavo Petro, su principal contradictor político, a escasos metros, frente a frente, mirándolo a los ojos y hablándole del país y el papel que cumplirá el Centro Democrático, su partido, en los próximos cuatro años cuando gobernará la izquierda.
El encuentro tuvo como epicentro una oficina ubicada en el norte de Bogotá, de propiedad del abogado Héctor Carvajal Londoño, asesor jurídico del alcalde de Medellín, Daniel Quintero, cercano a Petro.
El expresidente llegó al encuentro y Petro arribó minutos después con Alfonso Prada, su jefe de debate en la campaña, y uno de los hombres que podría convertirse en ministro del Interior.
Uribe no llegó solo. Lo acompañó el senador Alirio Barrera y el congresista Juan Espinal, los voceros de su partido en el Senado y la Cámara. Además, Nubia Stella Martínez, la directora del Centro Democrático.
“Doctor Petro, ¿cómo está la familia?, ¿cuántos hijos tiene?”, empezó preguntando el líder del Centro Democrático para romper el hielo. Petro, al comienzo prevenido, se atacó a reír y le respondió el interrogante. Nombró a cada hijo y le contó en qué estaban. La mayoría estarán por fuera del país, le dijo.
Petro fue deferente. A Juan Espinal, el congresista uribista, lo llamó el “jericuano” porque el representante es de Jericó, Antioquia. “Qué pueblo más hermoso tienes, me gustaría irme a vivir algún día allá”, le confesó el líder de la izquierda.
Uribe lució desprevenido, más tranquilo de lo que se esperaba y con la disposición de escuchar a Petro y plantearle sus principales preocupaciones. Entre los temas que abordaron los líderes de la izquierda y la derecha estuvo la reforma tributaria que planea presentar Petro apenas empiece a gobernar en agosto próximo. Uribe, por ejemplo, sugirió una tributación amable, es decir, que no lesione fuertemente el bolsillo de los colombianos.
También la reforma agraria, la transición energética y la reforma a la salud, seguridad y microtráfico. “Compartimos todo el esfuerzo que se haga para que este país supere la pobreza, pero no puede ser al costo de marchitar al sector privado porque se volvería insostenible y nos llevaría a más pobreza”, manifestó el líder de la Política de Seguridad Democrática.
Al final, Uribe –quien coincidió con Petro en varios puntos de construcción de país–, destapó sus cartas. Anunció que el Centro Democrático sería un partido de oposición, pero con argumentos y bajo la premisa del respeto.
Además, dejó claro que las reformas o proyectos de ley que consideren que benefician al país, podrán tener el visto bueno de la bancada uribista.
Uribe cerró la reunión planteando la necesidad de un diálogo directo con el presidente electo. La propuesta le pareció acertada al líder del Pacto Histórico, quien no dudó en responder que sí.